viernes, 18 de marzo de 2022

¡Vaya situación!

 

   La guerra, (igual que nos ha llegado el polvo del Sahara a más de 3.000 kilómetros, nos llegaría la radioactividad de las bombas atómicas en caso de tercera guerra mundial, Dios no lo quiera)  la electricidad y los carburantes por las nubes; la huelga de los camioneros...

   Acabo de escuchar a una ganadera gallega que tienen que tirar la leche; aunque funciona el camión de recogida en la fábrica no la reciben porque no tiene salida a los hiper. Si ya estaban mal los del vacuno de leche, ahora perdiendo miles de litros, (hay granjas de dos mil, y más, litros diarios), ahora habiendo de tirarla, ni les cuento.

   Aquí, en Zamora continúa la recogida, si bien las tres grandes industrias Agroalimentarias , COBADÚ, GAZA, QUESOS EL PASTOR, prevén , muchas dificultades de continuar la huelga. Puede ocurrir que en las tiendas (hiper e hipos) empiecen a escasear o faltar los alimentos frescos: fruta, verdura, carne, pescado...

   No quisiera estar en el pellejo de Pedro Sánchez. Tampoco creo deba aprovecharse la situación para sacudirle badana. Sí, en cambio, deberían ponerse todos de acuerdo: un gran pacto de Estado.   

    Fue un enorme error el parón nuclear en tiempos de Felipe González, que nos hace casi totalmente dependientes del exterior en materia energética. La medida puntual de bajar el impuesto a los carburantes, para repercutirlo en el precio de gasolina y gasóleo, debería tomarse ya, sin esperar al 29 de marzo, evitando con ello la huelgas de los transportistas. Como el tanto por ciento de impuestos, se aplica sobre un precio mucho mayor, aunque baje éste el Estado no perderá recaudación.

    Es imprescindible una política de reducción del gasto público. Los 20.000 millones del Ministerio de Igualdad, fuera. Hay otros muchos agujeros a tapar. De los veinte, nos sobran siete u ocho ministerios, con toda su corte de cargos políticos y sueldazos.

    Disminución de sueldos de todos los políticos. En el caso de alcaldes y concejales de poblaciones menores de  cinco mil habitantes, ni una perra, incluidos los 5.700 euros año de este de aquí. Y a los concejales, que son ricos, por negocios o sueldazos ¿no les da vergüenza cobrar del ayuntamiento por asistencia a plenos o comisiones, aunque sean cuatro perras, que es más?

     En los enormes beneficios de las eléctricas es necesario meter enorme tijeretazo que repercuta en las facturas mensuales.

     Si la decisión por la transición energética es firme que supriman tanta lenta burocracia; que empiecen a instalarse "molinos" por todos los tesos y montañas. Sobre lo de llenar  miles y miles de hectáreas cultivables y cultivadas de placas fotovaltaicas (paneles solares), tengo muchas dudas.

     Lo de aumentar los impuestos a los ricos es una medida justa. Hay por ahí cada cartillaza dentro y fuera de España, que mete miedo. ¿No ven el precio que están cogiendo las tierras?

      Antes de conseguir esta sociedad del bienestar, los alimentos, escasos, tenían un precio altísimo en comparación a los ingresos de las familias. Como la mayoría vivía en los pueblos, su trabajo era para la pura subsistencia alimentaria, y los pequeños ingresos, en general, para comprar alimentos. En vestidos, vivienda, (predominaban las casuchas inmundas), ocios poco se gastaba; en calefacción, coche, teléfono, nada.

      Todavía, hasta ahora, los alimentos básicos (pan, azúcar, leche, verdura, naranjas, pollo...), que apenas han subido, siguen teniendo un precio asequible. Estos bajos precios al consumidor están basados en los bajos precios en el campo. La enorme subida de los cereales, a tenor de la subida de gasóleo y fertilizantes, inevitablemente ha de repercutir en los precios de los alimentos a los consumidores. Los ganaderos, con los precios actuales de piensos, luz, gas y gasóleo, si no suben leches y carnes, no podrán aguantar más.

      Como los precios de la alimentación (también según lo que se coma) van a subir, para compensar ello sería conveniente una rebaja del precio de la vivienda. Es importante para ello se aprueben las medidas propuestas en la Ley de Vivienda en tramitación.

     Y, menos mal que ha llovido. Quiera Dios acierten los pronósticos y vuelvan a entrar los "trenes de borrascas" previstos para la próxima semana. Las predicciones para el mes de abril son optimistas: nubosidad, chubascos y tormentas frecuentes.

      

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