Llueeve / sobre los pardos tejados / sobre los árboles aún deshojados / sobre los campos / llueeve... ¡Dios mío! Esta era una de esas situaciones en que volvíamos a entonar el eterno, agarrándonos a la esperanza: ¡Todavía, si lloviera..! Alguno, más viejo, decía: "Este va a ser otro cuarenta y cinco". Yo les recordaba el "ochenta y uno", "el ochenta y dos", el "noventa y uno", en que llovió parecido al famoso año malo, aunque, todavía, algo llegó a apañarse.
A mis hijos, a algún amigo, para darles ánimo, también les recordaba el "setenta y uno". Terrible invierno de heladas, el campo entregándose, 28 de marzo, funeral de Josefa Boyano Chimeno, la de "Coco", se puso a llover y no lo dejó en toda la primavera. Problemas para secar la alfalfa. Primera empacadora que entró en el pueblo, la de Luis "Currero". Cosechón de cereales. Algo parecido ocurrió en el "ochenta y ocho", si bien el agua, hasta el 17 de julio, cuando cayó enorme tormenta por "los campos", fue excesiva. En algún bajo se tollaban las cosechadoras. También recuerdo el "noventa y tres", por abril. Venían los cúmulo nimbos, "los burros", por la dehesa. Yo estaba en "la finca", regando. El campo seco. Miraba al cielo y exclamaba: ¡Dios mío! ¿No va a empezar? Se cerró y empezó. El limpia no daba abasto a limpiar el parabrisas. Fue un añazo. Quiera Dios se repita la historia. Nuestros cereales, forrajes, girasoles son tan necesarios como en la posguerra española. Ahora no es pos, sino guerra cruel.
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Las guerras son el triunfo del mal sobre el bien, son el fracaso de la inteligencia, incapaz de imponerse, sobre la estupidez y la crueldad de bastantes seres humanos. La desgracia es cuando algunos de estos malvados llega al poder, algo que no es novedad. Tenemos el antecedente de Nerón en la Roma clásica. Toda la historia de la humanidad, por intereses bastardos, está llena de guerras, llena de reyes y caudillos inmorales, hasta llegar a los dos mayores criminales que ha conocido la historia: Hitler y Stalin. Derrotado el primero, fracasada la doctrina del segundo, pensábamos que, acabado el siglo XX, cuando las gigantescas atrocidades, no se repetiría la historia. Reconozco mi equivocación. Hitler, más que Stalin, ya tiene un sucesor: Vladimir Putin, el ser, hoy día, más odiado en todo el planeta.
Me consuela la condena, casi unánime, de toda la humanidad. Me consuela, y mucho, la reacción del gobierno y de los líderes políticos nacionales. Ayer escuché a todos en directo. Chapó a Pedro Sánchez, a Cuca Gamarra; Errejón, Rufián, Belarra, aunque pusieron su notita del tonto buenismo izquierdista pacifista, Abascal, con ganas de caña, todos condenaron la agresión.
La UE, la OTAN, están dando una lección de humanidad. Ir a un enfrentamiento frontal supondría la "tercera guerra mundial". Ese aislamiento político, comercial, deportivo,... lo creo más eficaz que las bombas. Ese apelar a la razón, a la justicia, las dificultades de subsistencia que, en la vida diaria, van a encontrar los ciudadanos rusos, una revuelta interior, pueden acabar con el sátrapa.
Magnífico el ejemplo de todas las democracias europeas, la doctrina de los "Padres de Europa", a quienes he citado en más ocasiones, de la tolerancia, el diálogo, el respeto mútuo, la justicia, la libertad, LA DEMOCRACIA, es practicada por la mayoría de los ciudadanos occidentales.
Democracia, sagrada palabra, fructifero árbol que si no se riega languidece, o se muere, cuyo fruto son los principios citados en párrafo anterior. La democracia hemos de defenderla, cada uno según sus fuerzas y su lugar. La democracia se asienta, vive sobre la fértil tierra del sufragio universal. Sobre el sagrado derecho del voto. Utilizar, apropiarse del voto de 47 indefensos ancianos, como se hizo aquí hasta el 2.003 inclusive (puedo mostrar a quien tenga interés toda la documentación de la que he dejado una muestra en la entrada anterior, mi actuación evitó que en el 2.007 se repitiera el fraude en que, presuntamente, se asentaban los triunfos del PP), es una INMORALIDAD descomunal, que no se arregla ni con misas, ni con comuniones.
Como a las democracias hemos de cuidarlas, señalo su principal enfermedad: el cáncer de la corrupción. Por su culpa a punto ha estado de reventar el PP. Bien el rumbo que emprende la nave de la gaviota. ¡Santiago y cierra España! De nuevo un gallego (quien concita más simpatías y menos rechazos que Fraga) de timonel.
Le recomiendo escoba, escoba y escoba. Regeneración, relevo, limpieza hasta en el último rincón, incluido este pequeño pueblo de la España despoblada. Les puedo mostrar dónde está la suciedad.
NOTA NECROLÓGICA. Anteayer falleció Josefa Gallego de Prada. Sus padres, hortelanos, fueron el Sr. Zósimo Gallego y la señora Evarista de Prada. Fueron sus hermanos Abundio y Marcial, mecánicos, fallecidos, Viven, Mariano, Pura y Zosi. Fue su marido Javier, hijo de la señora Claudina, de "los Tachueleros".
Descanse en paz.
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