Cecilio con un par... de boletus.
Plaza de Castroverde. Junto al busto de Diego de Ordax deben poner un busto de Cecilio.
¡¡¡Que se besen!!! ¡¡¡ Que se besen!!!
¿Quién dijo que Cecilio anduvo siempre con malas compañías? Pues ya lo ven: dos presidentes, el de España José Luis Rodríguez Zapatero, y el de CyL, Juan Vicente Herrera. ¿Se acordarán ahora de él? Creo que alguien sí debería ayudarle.
6 comentarios:
Ayer
1237 entradas. ¿Qué falta me hace que publiquen en la Opinión un artículo que les he enviado? ¡Allá ellos con sus vetos y su falta de libertad de expresión! En estos tiempos no se puede tapar bocas, sobre todo cuando cuentan verdades.
No nos dejes con las ganas: publícalo aquí.
Escribe en google: reportaje sobre Cecilio Lera en "El Periódico de España". Lo escribe Roberto Bécares. Estuvo en mi casa. Nada cuenta que no sepamos. Es la historia, un poco más larga, de la por mi escrita en el blog. Yo he colgado las fotos del reportaje.
Tampoco quiero cebarme con Cecilio. Todo el mundo le reía las gracias. Nadie intentó pararlo. Aconsejarle.
Me ha llamado un amigo mío que fue compañero de Cecilio en el PSOE. Piensa lo jodido que puede estar, y lo abandonado que se puede sentir. Está gestionando para intentar visitarlo, si él lo acepta. Sería un acto humanitario. Mira que el mismo día de la noticia, al final, ya le ofrecí mi apoyo.
La suerte de Cecilio ya está echada. Ha cruzado el Rubicón y no puede volver atrás. Sólo pedir que la cárcel no le sea demasiado dura.
Si insistiendo en la alcahuetería, tanto del PSOE, como de algunos del PP, hacía Cecilio.
Sus borracheras, broncas (la agresión, sin mediar palabra, de que fui víctima) y el mal trato a su mujer, de sobra conocidos, son desde hace muchos años; pero le seguían visitando Zapatero, Juan Vicente Herrera, Carlos Herrera; se besaba con Susana, etc. etc. En el PSOE de Zamora, donde de sobra le conocían, seguían contando con él. Hacían como ignorar la presunta hinchazón del censo.
A los pocos meses de haber sido condenado por el Juzgado de Villalpando por agredirme, mi cuñado le invita al palco en la primera novillada organizada en la flamante nueva plaza de toros, conocida como la del "niño torero".
Todo eso eran razones que reafirmaban mi desafección por políticos de más o menos pelo.
Quise decir: "sigo insistiendo"...
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