Pues ya lo ven: uno de los toros de La Purísima. Aunque en la escritura del Voto no se hable de celebrar fiesta de "alanceo" de toros, sí que ordena la celebración de festejos, "fogueras e luminarias", por ej., por lo tanto, los festejos taurinos, no desentonan dentro de las fiestas de la Purísima.
La ceremonia religiosa: Bien. Todos los bancos, más los supletorios, ocupados, gente de pie atrás y algo alrededor. La iglesia preciosa. Muchas flores. Muy iluminada. Mucho azul, mucho color. Además del Nuncio, el Obispo de Zamora, muchos sacerdotes, incluso alguno joven. Quien más me impresionó: cuatro niños-adolescentes, quienes por, vestidos con la túnica blanca y su actitud fervorosa, con las manitas juntas, me hicieron suponer eran seminaristas.
Vinieron la Delegada de la Junta y el Subdelegado del Gobierno, en Zamora, con quien conversé cordialmente un momento al terminar las ceremonias. La representación política, después de haber venido doña Carmen Polo de Franco, cuya conciencia, por todas los miles condenas de muerte, al acabar la guerra, que firmaba su marido, tranquilizaba su confesor, quedó un poco pobre; ni siquiera estuvieron todos los alcaldes de los trece pueblos, en vías de extinción unos cuantos; ni los concejales de Villalpando. Eso es ser consecuentes con sus ideas.
Mi reflexión: ¿cuánto, en esa iglesia llena, había de verdadera fe, de devoción? ¿Cuánto de postureo?
Los Evangelios, las Bienaventuranzas, donde está compendiada toda la filosofía Cristiana, tan coincidente con la ética universal. nos incitan a amar, a buscar, a practicar la verdad. Ésta ha de estar basada, apoyada en el raciocinio. Dicen los ateos que todas las religiones son una gran mentira. Creo somos mayoría quienes no hemos perdido del todo la esperanza de que seamos algo más que materia, de que exista algo espiritual trascendental. Aunque sea repetirme, confieso una vez más, que mi asidero a esa esperanza es lo que de razonable, de puro, de justo tiene la doctrina del Nazareno, sobre todo como norma de conducta humana.
Y, en ese amor a la búsqueda de la verdad, en ese intento de hacer compatible la razón con la fe, y, sin querer herir sensibilidades... ¿lo de Adán y Eva, la manzana, el pecado original "con que todos nacemos heredado de nuestros primeros padres"..?
Si con todos los hallazgos de fósiles, (Atapuerca) con todos los estudios, está muy claro que nosotros, desde "el homo erectus", pasando por el "homo sapiens", procedemos de una evolución de miles y miles de años. ¿Que en un momento de la evolución Dios nos dotó de alma, se perfeccionó nuestra inteligencia, nuestra sensibilidad haciéndonos capaces de creaciones artísticas, de disfrutar de las mismas, de emociones, de sentimientos (estos sí son espirituales)? Puede ser, ¡ojalá!
Si además el Nuevo Testamento para nada habla de la concepción inmaculada de la madre de Jesús. Incluso entre quienes ayer estaban en la iglesia, siguen creyendo que en la fiesta de la Purísima se celebra que la madre de Jesús fuera virgen. ¡Qué no!: se celebra que ese día, ocho de diciembre, cuando sus padres San Joaquín y Santa Ana la engendraron, desde ese momento de su concepción, ya fue liberada del pecado original. A los nueve meses, el 8 de septiembre, (la virgen de los pastores) se celebra el nacimiento de María.
Ahora bien: ayer vi a dos hermanas, abrazadas, llorando al salir de la iglesia. Recordaban al hermano difunto hace poco. Hay un sentimiento de tradición, de villalpandinismo, (del que no estoy esento), de religiosidad popular respetable. Contribuye a fortalecerlo ese "auto sacramental" de Luciano López, en el que tan bien se escenifica la penosa situación de nuestro antepasados del siglo XV y su ingenua religiosidad, algo que no practicaban sus reyes y señores embarcados en constantes guerras: matarse unos a otros. "No matarás". Y no tenían vacunas contra la peste, descubiertas por los humanos, puede que actuando con la ayuda de la providencia divina.
¡Cuánto lucimiento, cuánto figurar, cuánto aparentar, cuánta comilona, cuánta insana connivencia entre el clero y los inmorales politiquillos pueblerinos a cuenta del "voto"!
Pero con éstos "inmaculistas" no intentes dialogar. exponerles razonamientos racionales; recurren, como todo quien no tiene razón y si soberbia, a las salidas de pata de banco, o al negarte el saludo, por hereje.
Distinta cosa es el desacuerdo, el mío también, de que haya desaparecido la moral Católica en cuanto al Sexto Mandamiento de la Ley de Dios. Hoy día, desde bien pronto, parece ser, se fornica a troche y moche. Esta promiscuidad en que se busca el placer del sexo, sin fines reproductivos considero es mala: se está destruyendo a la familia, está generando muchos dramas personales, violencia de género, cada poco una mujer asesinada; y, lo más grave el brutal descenso de la natalidad, el suicidio demográfico de las sociedades occidentales.
¡Bueno!: que sea lo que Dios quiera.
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