¡Qué enorme tristeza! cuando leí una esquela "forastera", de Vitoria: MIGUEL ROJO FERNÁNDEZ, por poco no quintos. Amigos de la infancia, de la juventud hasta que emigró a Vitoria. Amistad mantenida durante sus veranos en el pueblo.
El pasado ya no vino . No sé si por la pandemia o porque no se encontrara bien. Ese matrimonio, en el parque, era de los que echábamos de menos. A él tomando los vinos con sus primos "los Foros" (ya sólo que uno), y el "Morito".
Ya vamos quedando pocos que nos podamos acordar de "Paíño". Hijo único, rareza en aquellos tiempos, a su madre, mujer simpática y afable, en el pueblo le llamábamos "la Paína". Creo, la causa, por ser Paíno su segundo apellido. Era de la familia de los Paínos.
Miguel, niño de los más listos de la escuela, jugaba muy bien al fútbol. De ahí que comenzáramos a llamarle como a un futbolista del Deportivo de La Coruña, "Paíño", por el parecido con el sobrenombre de su madre.
Tenía una habilidad innata. Jugando a la pelota, nos volvía locos. Nunca sabíamos para dónde la iba a dar. Formó parte del mítico Atlético de Villalpando de los años "sesenta" que ganó el trofeo "Gañán". Colgaré la foto cuando me la mande Pablo, él defensa de derecho, ahora se dice lateral, de aquel equipo.
Aprendió el oficio de peluquero con el Sr. Esteban. Al jubilarse éste, abrió peluquería en la casa de sus padres, la que hace esquina, sobresaliendo, con el rincón siguiente, antes de la panadería de Ivan, según se sube, en la Calle Miraflores.
Dada su inteligencia (era además un muchacho guapetón), ¿qué iba a hacer de peluquero en el pueblo, cuando casi todos emigraban? Pues él, también.
En Vitoria se situó de acuerdo con su capacidad. Encontró a una "terracampina" de Roales. Formaron bien avenida pareja. Sus hijas son licenciadas. Tienen buenos puestos.
Miguel era lector de esta bitácora. A través de ella quiero sepan su mujer, sus hijas, yernos, nietos que, con lágrimas en los ojos, estoy compartiendo su dolor.
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LA FOTO, que nos trae hermosos recuerdos.
2 comentarios:
Buenas tardes! Somos las hijas y la mujer de Miguel. Queremos agradecerte el enorme detalle que has tenido al recordar a nuestro padre. Con tus cariñosas palabras nos hemos emocionado, recordándole en su pueblo, al que tanto quería.
De que Miguel amaba a su pueblo no me cabe duda. Por eso pusísteis las esquelas por las cuales nos enteramos todos, y tuvimos recuerdos para él. -Era quinto de mi hermano Arsenio, decía al "Chano" Balbino Granado, de los "Fufuses"...
Podéis creerme que, dada mi sensibilidad, he llorado por Miguel.
Ayer tuvimos comida familiar, en el corral, al aire libre. En la sobremesa mi hijo Jesús me pidió que le contara a su hija Inés, a su hijo Edu, y a todos, mis orígenes familiares, que les hablara de mi infancia.
Cogí el libro "Aquellos pueblos". Lo abrí donde la foto con don Benigno, Mirad como éramos aquellos niños de la pos guerra. Cuando menos muerticos de frío con aquellos pantalonicos cortos. Éste, hacia el medio en la fila de abajo, de los pocos con abrigo, era mi amigo, se llamaba Miguel y se ha muerto hace pocos días.
Con ese y otros recuerdos, acabé llorando.
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