LA FAMILIA DE BERNARDINO GARCÍA FRANCO, "El Serio". 2ª Parte.

 

    Ya los tenemos en Francia a finales de 1929. Menos Alejandro, que tiene 10 años, se ponen todos a trabajar en talleres, en fábricas.

    En 1934, posiblemente con ahorros suficientes para comprar un piso en Madrid, regresan todos a la capital de España, imbuidos los jóvenes de las utópicas ideas anarquistas, así que llegan se afilian a las juventudes libertarias de la CNT. Cuando los militares y las derechas se sublevan contra el gobierno de la república, (que no, en un primer momento, contra la república) Joaquín, Julián y Fermín, corren a por un arma para  enrolarse en las Milicias Populares para oponerse a "los fascistas".

    Otro de los hermanos, Bernardino, al poco de llegar de Francia, se había instalado en Benavente, posiblemente por matrimonio con benaventana. Aunque nacido en 1910, posiblemente por haberle declarado prófugo el Gobierno Militar de Zamora en 1932, año en que debió incorporarse a la mili, no fue movilizado para la guerra, que pasó en dicho Benavente donde tuvo panadería y sastrería. Falleció de cáncer en los años "sesenta" en el Hospital de  Madrid, donde trabajaba Concha "La Tocinera". Dado que la familia no tenía dinero para el traslado del cadáver en coche fúnebre, hasta Benavente, lo trajeron vestido, sentado entre los otros dos hermanos en el asiento de atrás de un taxi.

    Al hermano pequeño, Alejandro, que tenía 17 años, al salir del Instituto, junto con otros chavales, los milicianos los hicieron subir a camión, les dieron un fusil y los llevaron al Guadarrama a parar a los Falangistas que llegaban de estas provincias. De Alejandro no volvió a saber la familia. Sus hermanos anarquistas fueron a pedirles cuentas a los comunistas que los habían "secuestrado".

   De Fermín, transcribo la biografía que me manda su hijo Mariano:

Fermín García Allende.

hijo de Barnardino y Fermina, nació en Villalpando el 12 de Junio de 1915, emigró a París (Francia) con 14 años, en 1929. y volvió a Madrid, allá por los años 30.

Se afilió a la CNT, FAI y JJ.LL en el año 1934, adscrito al Sindicato de Actividades Diversas y militante en el Ateneo Libertario de Pacífico (Madrid)

cuando se inicia la GCE, es movilizado por la CNT en las llamadas "milicias populares" y forma parte de patrullas armadas con distintos destinos, el más señalado es haber formado parte de las guardias cenetistas en la Cárcel Modelo de Madrid.

Fue jefe de milicias a cargo del Hotel Savoy (Calle Atocha) y donde una vez expropiado, alberga huéspedes extranjeros (periodistas, escritores, diplomáticos, etc)

Cuando la II República, organiza el ejército regular, es llamado a filas y destinado a la 40 Brigada Mixta, como auxiliar sanitario (eran los que recogían a los heridos y muertos, después de las "escaramuzas" la 40 Brigada Mixta, estuvo durante los 3 años de guerra en trincheras situadas entre la Calle Andrés Mellado y la Puerta del Ángel (junto a la Casa de Campo) fue una Brigada "privilegiada" ya que no tuvo que participar en los peores combates: Puente de los Franceses, Jarama, Brunete, Guadalajara, etc...

A últimos del mes de Marzo de 1939, la 40 BM, es desmovilizada, abandonan las armas y las trincheras y "se van a sus casas". Fermín es evacuado a Alicante, donde en Abril es hecho prisionero en el puerto.

y ahí comienza su periplo carcelero, pasando por el famoso Campo de los Almendros y a la Plaza de Toros (Alicante) no les dan de comer y se comen los almendros, las hojas y hasta la corteza de los árboles, después de 5 días reciben una lata de sardinas y un chusco de pan, para cada cuatro prisioneros.

Le llevan a Madrid, y le internan en la comisaria de Conde de Toreno, es victima de malos tratos y palizas, después le llevan a la cárcel de Porlier (Madrid) el 10 de Septiembre 1939 es condenado a muerte por el Consejo de Guerra Permanente núm.5 e ingresado en la Galería 3 de la cárcel Porlier, permanece allí con la "pepa" pendiente sobre su cabeza durante 2 años, vio a muchos compañeros y amigos, ser sacados de sus celdas para ser fusilados al amanecer, en las tapias del cementerio del Este (Almudena)

El 29 de Noviembre 1941, le conmutan la pena de muerte, por la de 30 años y es llevado a diversas cárceles de España: Valencia, Burgos, Santander, Pamplona, Segovia, Madrid.

El 5 de Mayo de 1946, sale a la calle en libertad condicional, teniendo que presentarse en comisarias cada 3 meses, cuando  "pasaba algo" o cuando había algún acto oficial de Franco en Madrid, le "visitaba" la Brigada Político-Social en casa o en el trabajo.

Se casa en 1948, comienza a trabajar en el Café del Prado, como camarero y en el año 1964, emigra con la familia a Alemania, para obtener el pasaporte y contrato de trabajo, se tuvo que movilizar a "algunas personas" del Régimen y gracias a su hermano Julián, que mantenía buenas amistades con altos falangistas, se le concedió el pasaporte y el contrato para trabajar en Alemania.

Regresa a España en 1980, ya jubilado y disfruta de los últimos años de su vida en su casita en La Adrada (Ávila)

Fallece en noviembre 1996, con 81 años, de infarto cerebral, sus cenizas fueron esparcidas en el rio Valderaduey a su paso por Villalpando.

A continuación transcribo la biografía de Joaquín:

                                     Fermín: es el prirmero por la izquierda, prisionero en Navarra.

Joaquín García Allende es camarero de profesión y trabaja en el Bar Moka en la C/ Alcalá, 75 (Madrid) ahí está cuando comienza la GCE, militante de la CNT y simpatizante de los partidos políticos que componen el llamado Frente Popular, aunque no se le conocen actividades políticas en la vecindad y observa siempre buena conducta.

Ingresa voluntariamente en las Milicias Populares y presta servicio como chofer,  conduciendo un vehículo con las iniciales de CNT. (De algo la había valido el haber, de muy joven,el haber tenido coche su padre)
Al año aproximadamente de iniciarse la guerra, se reintegra de nuevo a su puesto de trabajo, hasta que es llamado a filas por su reemplazo, es destinado al SIM (Servicio Información Militar) en el que presta servicios como policía y con la graduación de Teniente. Pasó toda la guerra en Madrid.
Durante la guerra se casó con Elvira García-Manso Ruiz y de cuyo matrimonio nació un hijo a los pocos días de terminar la guerra, que falleció en la Prisión de Ventas (Madrid) donde Elvira estaba recluida, estando Joaquín en la prisión de Porlier (Madrid)
El 25 de Marzo de 1939 es evacuado a Valencia, donde es detenido por el ejercito nacional, una vez concluida la guerra, después de pasar por diversos campos de concentración y prisiones, el 27 de Diciembre de 1940 es condenado a 30 años de prisión mayor por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas núm 2 de Madrid.
Se desconocen las prisiones en las que Joaquín estuvo recluido una vez condenado, existe una carta de Marzo-Abril de 1942 (en muy mal estado y muy inteligible) en la cual, Joaquín comunica a su hermano Fermín (recluido en la prisión de Pamplona) que está muy enfermo, necesita morfina y está en el Hospital de la Misericordia de Segovia. Según Fermín, que fue destinado a esa prisión de Cuéllar (Segovia) en 1945, llega a tiempo de ver morir a su hermano Joaquín, aunque no se sabe la fecha exacta ni donde fue enterrado.
Su mujer Elvira García-Manso Ruiz, murió en los años de la postguerra (40-50) a causa de enfermedad y a una edad muy joven.

    Ahora les transcribo fragmentos de las cartas que Joaquín, prisionero, desde el Hospital de Segovia envía a su hermano Joaquín, prisionero en Pamplona.

   

Segovia – 14 – 3 – 1942

 

Mi querido hermano Fermín ante todo deseo que al ser esta en tus manos te encuentres bien y tanto moral como materialmente.

Ya hace tiempo que te quería dar recuerdos y un fuerte abrazo a Beltrán

En vista de que pasa el tiempo y  no mejoro, no tengo más remedio que decírtelo. Me encuentro mal, me han tenido que trasladar al Hospital Provincial para ver si me pueden operar de un ganglio que me ha salido en la ingle.

. El paisano Valeriano Echevarría (que es Oficial de este Establecimiento) se porta muy bien y me atiende lo que puede. ¿Y tu que tal estas? escríbenos y cuéntanos más cosas.

Y para ti un fuertísimo abrazo de tu hermano.

Hospital de la Misericordia – Sala San Frutos- Segovia)

Mil abrazos tu hermano Joaquín

(Firma, Joaquín)

 

(

Segovia 24 – 2 – 1942.

Mi querido hermano Fermín recibi con mucha alegría tu carta la que no he contestado antes por saber la solución que me daban los médicos con relación a mis dolencias.

últimamente tengo unos dolores de espanto y por necesidad imperiosa me ponen morfina, por lo mal, puedo por lo menos descansar por la noche. No te extrañe que sea poco extenso y mal escrito, pues me cuesta sostenerme de la cabeza y todo después de unos meses que llevo en cama.

A madre y hermanos no les he dicho mas que estoy en el Hospital para que no tengan cuidado porque no es nada.

si un día tengo la dicha de poderos dar un abrazo, me parecerá mentira y más con mi estado que no me dan solución alguna más que morfina.

Si alguna vez te escribiese y yo no hiciese más que firmar la carta, no te asustes porque ya te digo que los dolores me impiden hacer nada. Ya veo que has intentado tu traslado aquí, yo de ello me alegraría mucho por estar juntos, pero si yo pudiera hacer que me trasladasen a un Hospital de Madrid me daría la vida porque aquí veo que paulatinamente la pierdo.

Nada más, recuerdos a Beltrán y un abrazo y tu vuelve un beso y un abrazo de tu hermano.

(Firma) Joaquín

 

ACLARACIONES Y COMENTARIOS:

Parece ser que a Joquín desde el Hospital de Segovia lo devuelven, no a Madrid, como soñaba, sino a la enfermería de la cárcel de Cuellar. Fermín consigue, ya en 1945, que le trasladen desde la cárcel de Pamplona, donde estaba, a la de Cuellar, junto a Joaquín. Pasan juntos los últimos días de la vida de éste, hasta el último momento. Al menos les queda ese consuelo.

Fermín sigue prisionero hasta 1946. Al poco de salir consigue, gracias a Valeriano Echevarría, un trabajo como camarero.

    En una, no recuerdo, de las  cárceles donde penó, se hizo amigo de un carcelero, falangista. Resulta que tenían parecidas ideas políticas, sobre todo en cuanto a justicia social. Al poco de libre se encuentra en la Gran Vía con el excarcelero falangista, acompañado de dos chicas hermanas. Una su novia. Se las presenta. Simpatiza con la hermana. Se enamoran y casan en 1948. El suegro, zapatero remendón en pequeño cuarto, natural de Villarejo de Salvanés, consigue dos yernos: uno falangista y el otro anarquista, que se quisieron como hermanos.

    He conversado durante horas con Mariano, el segundo hijo de Fermín y la hija del zapatero. Ha sido empleado en la Comunidad de Madrid. Jubilado, vive en Alpedrete con las necesidades vitales cubiertas con cierto desahogo. Nuestras coincidencias en la visión de la guerra civil son totales: puro horror a toda crueldad. Por boca de su padre, guardían cenetista en la cárcel Modelo de Madrid, le echa la culpa de todas las sacas y "paseos" desde dicha cárcel a los comunistas; que los cenetistas no pudieron evitar tanto fusilamiento, de tal modo, que su padre, harto, se marchó al frente.

    Y luego, aparte de la represión franquista en la retaguardia durante la guerra, reprobamos totalmente la represión en la posguerra. Todavía en el "treinta y nueve", ebrios de victoria, se puede explicar el saciar odios; pero, por favor, aquellos juicios sumarísimos, sin garantía alguna, aquellos miles de prisioneros, acosados por el hambre, la falta de higiene, los trabajos forzados, la enfermedad, la muerte hasta seis y siete años fue una inhumana crueldad sostenida en el tiempo. Las cartas de Joaquín son una pequeña pincelada de tanto horror.

    De la edad de Mariano, y más jóvenes, hijos de prisioneros franquistas o no, conozco alguno, (y son muchos, todos los que quieren reescribir la historia) que sigue rezumando odio y sectarismo. Es hora de no seguir transmitiendo los odios o la historia sesgada a las siguientes generaciones. De rechazar los horrores de los "Hunos" (más los de los vencedores) y de los "Hotros"; de aceptar los idealismos y los actos de humanidad, que también los hubo, en los unos y en los otros.

     Al igual que Salvador de Madariaga, Claudio Sánchez Albornoz, Marañón, Azorín, Ortega y Gasset, .Concha Espina, Clara Campoamor,.. los cientos de escritores que cita Andrés Trapiello en su libro, "Las armas y las letras", somos muchos los españoles que no nos identificamos ni con el fascismo de derechas ni con el de izquierdas. Los de la tercera España, a la que ya alude Paul Preston, y aludió hace muchos años Manuel Chaves Nogales.

    Lean en la carta de Joaquín como dice que "el paisano Valeriano Echevarría que es Oficial de este Establecimiento", le ayuda todo lo que puede.

   ¿Se imaginan ustedes para un injusto por sus ideas prisionero solitario y muy enfermo lo que podía suponer física y anímicamente la ayuda del paisano?

   Mariano y los descendientes de "El Serio" no lo sabían. Yo, nada más leerlo, caí en la cuenta: paisano, luego de Villalpando, y Echevarría, Valeriano, con seguridad hermano de la angelical María Echevarría, clarisa reformadora de este convento.

   Y me cuenta Mariano: 

    Un día del mes de agosto del fatídico "treinta y seis", en Madrid, reciben en el cuartelillo de la CNT un telefonazo: -Venid para acá, en tal sitio, que estos bestias comunistas quieren "pasear" a tres pobres ciudadanas, unas muchachas monjas, además, las tres, hermanas, de apellido Granado...

     Fueron para allá; Fermín con el grupo que comandaba y, pistola en mano, las bajaron de la camioneta. Fermín las llevó a un piso, y las protegió durante toda la guerra.

     Pues las tres monjas Granado eran primas carnales de los Echevarría. Esa acción la esgrimió Valeriano para que a los hijos del "Serio", compañeros en el pueblo de escuela, de juegos de la plaza, de baños en el Valdereaduey, les conmutaran la pena de muerte por la de 30 años. A Joaquín no le sirvió. Sí a Fermín que, después de siete años de cárcel, rehizo su vida, formó una familia de cuatro hijos, y vivió sin rencores. A la muerte de Franco fue uno de los que simpatizó con la Transición.       

     Ya es hora, dijo, de poner en práctica la patética frase del discurso pacifista de Azaña: ¡Paz, piedad, perdón!