odo ello en el mes de mayo. De los tres artículos arriba citados es indudable la autoría de Infestas Gil y de Tomás López, las autoridades en la materia; pero que el primero lo firme el alcalde de Villalpando, me produjo verdadera hilaridad. Pero si éste en su vida ha leído  un libro. Si no distingue comunero de comunista. Es tan limitada su capacidad intelectual (¿alguien lo ha oído hablar en público?) que la poca poseída ha de utilizarla en lo que es diestro: la maldad, la traición, la intriga, el enredo, la mentira (lo de firmar ese artículo una de tantas, ¡menos mal que el negro es de casa!): las artes del buen político.