En un pueblo de tan glorioso pasado cómo no conservar gloriosos vestigios. Uno de ellos, que se ha mantenido, es la observancia de diferencias, de privilegios, entre los ciudadanos.
En las fotos siguientes pueden observarlo ustedes. Es como para sentirnos orgullosos.
Ahí, en lo que se ve en la foto, estaba la entrada desde la carretera de Quintanilla a un camino de servidumbre, cuyo comienzo se distingue un poco, por donde accedíamos a la mitad de acá de mentada parcela, tiene unos 1.400 metros de longitud; y por donde se accede a otra parcela a la derecha, y a otro del fondo, junto a la laguna del Barrero. ¡Pues ya lo ven!: desaparecida la entrada. Aclaro que ese acceso desde la carretera a un camino es competencia o de la Diputación o del Ayuntamiento. Si pasado un tiempo no ponen una alcantarilla como Dios manda, entraremos en helicóptero.
Ese es el cunetón que han dejado, achaflanando la esquina de nuestra parcela, entre la carretera y el camino transversal, al otro extremo de las fotos anteriores, y echando la tierra dentro, como se ve en las fotos de ayer, en el ángulo entre la susodicha carretera y el camino transversal, limpiando la cuneta del camino como en cinco o seis metros.
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