sábado, 11 de abril de 2020
HOY ES SÁBADO SANTO.
Como algo me queda del fervor de mis Semanas Santas de hasta hace no tanto, he pasado un rato escuchando canciones religiosas, y se me han empezado a agolpar los recuerdos: cuando ayudaba a mi tío Paco y Pacucho a colocar el "monumento" en las monjas: los misereres en San Pedro todos los viernes de Cuaresma, día de no comer tocino; la novena de la Dolorosa con aquellos solos en el coro, con el Sr. Macario, después con don Santiago, al armonio, Pacucho, Antonio el Sastre, Poldo, servidor muy crío..., el "Salve Virgen Dolorosa", en la voz de dos niños; el olor a margaritas y rosquillas de los hornos; el Señor atado a la columna, "el Ceomo", las filas de muchachos con los maestros, las mujeres y después los hombres, guardando todos la fila, todas las imágenes a hombros...
Semanas Santas de joven y adulto vividas con gran intensidad religiosa. Inolvidable una en la que predicó Félix Enrique, un misionero santo muerto joven en el tajo, en Suramérica, como Paco Castrillo.
Después ya cuando llegó don Tomás y los Quicos. Oficios y vigilias en las monjas, el pregón Pascual cantado por Cesáreo,...
Por eso todo quiero resumirlo con unos versos que, aunque quizá alguien recuerde, no viene mal recitarlos de nuevo. Estos sentimientos que manifiesto no se contradicen con la crítica que hago de lo que es el exceso de lujo, de farfolla, de espectáculo, de falta de sentido Cristiano en esas multitudes de cofrades, carrozas, cirios, faroles, flores, tostadas, sopas de ajo, carajillos, incluso blasfemias debajo de alguna carrozas, que las he oído en pueblo no tan lejano.
"Nazareno de mi pueblo de lagares y tenadas,
de trilliques y agosteros,
de hambres y de senaras.
Nazareno de emigrantes
de gañanes oprimidos,
Nazareno de los de antes,
de aquellos hombres curtidos,
de viejicas enlutadas,
rezando los Misereres,
de mujeres encorvadas,
cuando respigan las mieses.
A más de una madre vi
llorando en tu capilla,
pidiéndote la salud
para alguien de su familia.
Nazareno, en este pueblo
cuánto has tenido que ver
desde la antigua Edad Media
hasta el año "Treinta y seis":
de la calle del Liceo,
los judíos expulsados,
en las Plaza las Angustias,
Comuneros degollados.
Tu doctrina, que es amor
impuesta a sangre y a fuego
por la infame Inquisición...
En carroza engalanada
por las calles hoy desfilas,
pero flores y cornetas,
¿no serán todo mentira?
Pero no, hay también mucha piedad
mucho recuerdo heredado,
mucho traer a la mente
a nuestros antepasados.
Queda aún fe y emoción
en los que ahora habitamos.
Y se manifiesta así,
puede que una vez al año,
siguiéndote en procesión,
al igual que los de antaño.
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2 comentarios:
Magnífica y sobrecogedora foto. El artículo concuerda con la grandeza de la foto. Ambos traen a la memoria entrañables recuerdos.
¡Pues claro, hombre! Los recuerdos gratos son el componente principal de las emociones de los mayores y no tanto. ¡Gracias!
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