Estoy llevando muy bien lo del confinamiento. Como soy tan dormilón, (como Unamuno, cuando estoy despierto lo estoy mucho) no me llega el tiempo. Ya ven ustedes todo lo que estoy escribiendo. Algunos días por la mañana y la tarde, si bien mi principal actividad es atender la casa, la compra. Sari, en vista que mis dotes de cocinero son pésimas, salvo en garrapiñar almendras que me he hecho un especialista, se encarga de cocinar rápidas y sanas comidas. Algunos días es Álvaro el cocinero, que no restaurador. Éste es un artista.
Desayuno con la radio, friego, dejó la cocina hecha un jaspe y desinfectada, luego pedaleo con la radio en la oreja, etc, etc.
Tengo aficiones que me hacen feliz: escribir, leer, escuchar música.
¡Cómo he gozado con Paul Prestón!: Las tres Españas del 36. Es una biografía de los nueve personajes más influyentes en la historia de España, desde comienzos del siglo XX hasta 1975. Voy a intentar resumir con unas frases la semblanza de cada uno. Es el resumen de un libro de 400 páginas y letra pequeña
Franco: intelectualmente mediocre, si bien astuto y sin piedad.
Millán Astray: un loco violento, temerario...
José Antonio Primo de Rivera: si bien en ese ambiente de hostilidad en la calle durante la II República entre las juventudes de izquierdas y derechas, elogió el lenguaje de los puños y las pistolas, dice Paul Prestón que tenía mucho carisma personal, porque era guapo e intelectualmente muy bien dotado, y que su doctrina social era bastante coincidente con la de los socialistas más centrados, como Indalecio Prieto, con quien tenía amistad personal e intentó salvarle. Que en los muchachos falangistas, que por la edad no votaban, había idealismo. Otra cosa los advenedizos, mayores que cometieron barbaridades en la retaguardia. Que Franco nada hizo por salvarle la vida. Que con José Antonio el "Movimiento" hubiera sido otra cosa.
Ahora llego al personaje por el que siento mayor admiración, cariño: Julian Besteiro. Un santo laico. Catedrático, hombre de paz en medio de la guerra. Intentó la paz por todos los medios. Fue el único de todos los dirigentes del Gobierno Republicano, que no quiso huir de Madrid, aunque pudo y le insistieron. Hombre ingenuo y limpio de sangre, quiso esperar a Franco para interceder por los vencidos. ¡Pobre hombre! Murió en la cárcel, adonde le llevaron mayor, enfermo y le dieron mala vida. Después Serrano Suñer reconoció fue injusto y un error dejar morir en la cárcel a Besteiro.
En la próxima entrega, s.D.q., continuaré con el resto.
Ahora, para desengrasar de lectura tan densa, me he puesto a leer "¡Va por ellas! Muy bien escrito y ameno. La autora: Mª Ángeles Grajal, hija del practicante de Villanueva, licenciada en medicina y esposa de Jaime Ostos. Estuvieron ambos en la presentación de "Andrés Vázquez, Memorias de un torero". Ésta si que sabe, y no yo, del mundo del toro. ¡Va por ellas!: por las mujeres, madres, esposas, hijas, amantes de los toreros, desde la señá Gabriela, madre de los "Gallo", hasta Eugenia Martínez de Irujo.
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