A la NOTICIA, por su valor
ejemplarizante, debo darle difusión.
El pasado lunes. he tenido otra prueba de
cómo el Estado de Derecho protege a los ciudadanos honestos, como a quien levanta la pequeña voz de su bitácora, contra arcaicas
actitudes caciquiles y corruptas.
El Tribunal Supremo de España, en
sentencia de 27 folios promulgada por tres Magistrados y una Magistrada, ha vuelto, además de la Audiencia Provincial
de Zamora, a absolver al justo inocente; ha vuelto a consagrar, como lícita, su
libertad de expresión, porque no la ha utilizado ni para mentir, ni para
injuriar; incluso esa conducta democrática regeneradora, de lucha contra el mal, es elogiada
en la sentencia. Y por todo ello impone todas las costas al recurrente,
incluida la de mis Abogado y Procurador.
¡Qué yo había faltado al derecho al honor
de quien ha utilizado un cargo público para su provecho personal, cuando yo estaba
informando de una ilegalidad ya sancionada por Medio Ambiente, sanción
refrendada por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Zamora, (la
Audiencia Provincial esperó a esa sentencia. Parece ser que no apareció la
licencia ambiental también “extraviada”. como la memoria.¡Cuánto extravío!, ) resolución de la que presenté
copia; y de la carencia, junto a la
solicitud de obra, de la más mínima documentación para construir una plaza de
tientas, en la que se han dado festejos taurinos..! Cuatro años después
apareció una “memoria” extraviada, cuatro años después el arquitecto municipal
elaboró un informe presuntamente de
momento, falso.
Reconforta después de la padecida
persecución en la villa de la Inmaculada por parte de las “fuerzas vivas” de la
misma, presididoras de misas y procesiones, que por encima de este “burgo podrido”, que
diría Azaña, están la Audiencia Provincial de Zamora y la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo.
Además de esas instituciones, ha
sido elogiosa la actitud del Secretario del Ayuntamiento y de Miguel, el
oficial del pelo rufo, fieles a la verdad. También la del anterior Juez titular, Mariano Jesús Mateo Zabala, quien instruyó el archivo de las querellas por la
vía penal.
Ahora una advertencia: “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”
. Y en la antigua iglesia del Templo
quedan muchas barbas. Y está al barbero en Sierra Pambley, 4, con la navaja en
la mano. ¡Ojito al parche!: “que
hacientes y consintientes la pena por igual”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario