IMPRESCINDIBLE REARME
MORAL.
Las diferencias en lo físico, lo moral, lo
intelectual, virtudes y defectos, entre los humanos, determinadas por los genes
y los contextos familiar, social,
económico, son abismales.
A lo largo de la historia, la humanidad, con
diferencia entre razas y regiones, ha ido mejorando gracias al influjo de las
personas inteligentes y bondadosas: Platón, Aristóteles, Jesús de Nazaret,
Averroes, San Agustín, Tomás Moro, Erasmo de Roterdam, Teresa de Jesús; los
ilustrados del XIX; los padres del Tratado de Roma (Adenauer, de Gaspari,
Monet, Churchill, Paul-Henri Spaac…) de Gaulle; Gorbaschov, Teresa de Calcuta…
Cuando los egoísmos, fanatismos, las injusticias,
triunfan sobre la razón, la lógica, el sentido común, surgen las tragedias humanas:
las guerras, que llegaron a su culmen en la II Guerra Mundial.
Han tenido que perecer millones de humanos para que
en Occidente (U.E. y U.S.A.), fracasadas las revoluciones colectivistas
dictatoriales, hayamos llegado a la mejor forma posible de organización social:
democracias parlamentarias y economías social liberales de mercado, gracias a
lo cual llevamos en España cincuenta años de paz y prosperidad, tras la
convulsa historia del XIX y principios del XX.
Desde Prim a Carrero Blanco, cinco Presidentes
fueron asesinados; asonadas, semanas trágicas, huelgas, constantes conflictos
que derivan en la cruenta guerra del “treinta y seis al “treinta y nueve”. A
consecuencia de la pobreza e injusticia las masas jornaleras veían en el
ejemplo ruso la solución: “dar la vuelta a la tortilla”. La otra media España,
también trabajadora, (labradores medianos y pequeños, profesiones liberales, la
iglesia, gran parte del ejército, los señoritos eran los menos) defendían la familia, la religión, la
propiedad privada. Y se armó. De haber ganado las izquierdas se hubiera
implantado la dictadura del proletariado: el comunismo.
Durante la dictadura de derechas sociales (¿Quién creó los subsidios, la seguridad
social, la medicina y la enseñanza universales..?) tras los años de hambre
fueron llegando los del progreso. El desarrollo económico mayor conocido, que
facilitó la llegada de la democracia. A la muerte de Franco, sin hambre, con el
tractorillo, el “seiscientos”, los pisos de protección oficial, el “Madrí”,
Lola Flores, El Cordobés y Manolo Escobar, casi nadie, queríamos jaleo. Y
vivían muchos de los protagonistas de las trincheras. Reconciliación, borrón y
cuenta nueva. La modélica transición, en la que se tuvieron en cuenta las
peculiaridades de las dos regiones más ricas: las Vascongadas y Cataluña, y las
más beneficiadas por el desarrollo franquista, en cuyas postrimerías surge el
terrorismo vasco, separatistas de extrema izquierda.
El devenir histórico ha sido el causante de que los
conceptos izquierda y derecha hayan perdido su significado primigenio. Desde
los postulados y dogmas marxistas, leninistas, anarquistas hoy todos somos de
derechas. ¿Quién, por ej., rechaza la propiedad privada, sobre todo, por muy
rojo que se sea, la suya?
Ya de joven, en aquel enorme desarrollo de los años
“sesenta”, llegué a la conclusión de que para ganarse la vida, la persona de
derechas es la que confía más en su valía, en su esfuerzo, que en papá Estado,
y viceversa la de izquierdas. Se ha demostrado que la iniciativa el
emprendimiento privados son el motor de la economía. Lo importante es que, en
siendo la tarta grande, habrá para
todos. Fracasado el comunismo colectivista, ha surgido un neocomunismo, el de
la subvención que desincentiva el trabajo, lo cual lleva a los países a la
ruina; véase la Argentina. Ese peligro está comenzando a amenazar a la economía
española: millones en paro y falta de albañiles, ferrallistas, pastores,
geriatras,… Cinco millones de inmigrantes mal cubren esos puestos.
Pero: ¿no va este artículo de rearme moral? ¿Quiénes
son más éticos, los de izquierdas o los de derechas? Les puedo asegurar que la
integridad, salvo Largo Caballero, de
los socialistas de la II República (he escrito sobre la ejemplaridad de los de
mi pueblo) ha desaparecido en la actual casta gobernante.
A la muerte de Franco, los dirigentes y las masas de
izquierdas, dieron por buena la transición desde un régimen autoritario a una
democracia. Fueron minoría quienes, no aceptando el aperturismo de los
vencedores en la guerra civil, que desearon cerrar aquella etapa, preferían la ruptura. Con Felipe González todo
se fue apaciguando.
Llega Zapatero y empieza a urgar en el viejo y
mortecino rescoldo de la rojería. Se saca la ley de “Desmemoria Histórica”
tergiversadora de lo sucedido durante la II República y la guerra. Y, hete aquí
que el ínclito Sánchez toma el relevo.
Apoyados en el acriticismo, la ignorancia o la
fanatización de las masas (que al mundo sigue llegando mucho tonto y mucho
malo, Tobeña dixit) han llegado, y lo siguen haciendo, inmorales al poder. Omito la lista, desde Trump hasta
Putin.
Y, ¿Pedro Sánchez? Después de todo cuanto le han
gritado millones de españoles en las calles, de cuanto le han restregado por
los morros Feijóo, Abascal, Ayuso, los de UPN,… en el Congreso, del desacuerdo
de todas las instituciones, algo aún,
para quienes sólo ven TV1, la “6”, escuchan RNE, la SER o leen el País, puedo
reflexionar:
a).- El “procés” independentista
catalán no obedeció al sentir mayoritario de la mayoría.
b).- Sus líderes cometieron
delito.
c).- La amnistía es
inconstitucional. Humillantes las reuniones con el prófugo, y que este
individuo decida en el gobierno de España. Inmoral la compra de esos siete
votos para gobernar. Ciento veinte millones de euros la quita a la Generalidad.
d).- Sonrojante nos quieran
vender todo el paquete, incluido el referéndum, como algo conveniente para el
bien nacional. ¿Hubiera habido amnistía si el Sánchez hubiera ganado las
elecciones? ¡Venga ya, hombre!
Para demostrar la
desvergüenza de este hombre he dejado para el final lo más indignante, lo que
más repugna a quienes tenemos un sentido de lo justo; a los que valoramos, por
encima de todo, la vida humana de los inocentes, a quienes padecimos tanto ante
la vomitiva barbarie etarra: los pactos con la ídem BILDU. Se lo dijo Feijóo
anteayer: “Han dado la alcaldía de Pamplona a quienes asesinaron, entre otros
muchos, a compañeros suyos”…
Y nos tememos, ojalá no, lo
peor: la amnistía para criminales etarras que aún quedan en las cárceles; ya
están consiguiendo la aproximación a su Euskalerría; ya intentan borrar del
Código Penal el delito de exaltación del terrorismo…
Estos líderes del
“progresismo” acuñan estereotipos que sus acólitos (todos quienes comen del
mismo pesebre y los sectarios irreflexivos) loritean: “los crímenes del
franquismo” pero se olvidan de las checas, Paracuellos y del cenetismo en
Cataluña; del genocidio israelí, que sí, horrible, pero se olvidan de la
matanza de Hamás, de todas las matanzas por el mundo del terrorismo islamista;
…
¿Las derechas son las malas
(Adenuauer, por ej.?), ¿de qué es ETA, si no? ¿No pretendían con el terror
implantar el comunismo en una Euskadi independiente? Sí, sí: una extrema
izquierda muy “progresista”, hermana fraterna del ínclito (cada quien se busque
su adjetivo) trepa en el poder, usurpador de unas siglas respetables.
Intentan los de la progresía
(entre otros el patán de Valladolid) justificar su alianza con terroristas de
extrema izquierda comparándo a éstos, los del hacha y la culebra, con VOX. Y
eso movilizó el voto de mucho ignorante. ¡Que viene la extrema derecha! ¿A
quién han secuestrado, matado, extorsionado los de Abascal? ¿Está en su
programa la dictadura, como lo está en el de Bildu? ¿No son acaso
constitucionalistas y demócratas? Las derechitas cobardes temen los llamen
fascistas, fachas; por ello se ocultan, no dan la cara y los de VOX, sí. ¿Qué
lecciones le va a dar Otegi y la Merche Aizpurúa a los de VOX?
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