Ya lo ven en la foto: se nos cae. La ruina ha comenzado por la antigua entrada, el atrio del Sur, por el que accedía a la iglesia la gente pobre de la parroquia: Una acera, Calle Limpia, Ronda de San Pedro...
El pasado invierno, por podredumbre, se rompió una viga y, una parte del tejado, se vino abajo. Pasadas semanas, el Ayuntamiento desmanteló todo el resto del tejado de dicho atrio, con lo que la pared, sobre los arcos, quedó desamparada; hace unas semanas se ha venido abajo todo el trozo que ven.
El deterioro de toda la cubierta es grande; hay rajas en la torre, humedades en las paredes... Una restauración a fondo costaría muchos miles de euros, puede que algún millón. El Obispado tiene iglesias ruinosas por toda la diócesis; la Junta por toda la Comunidad... No obstante hemos de poner todo el empeño en conservar la última de las diez iglesias parroquiales existentes en la villa.
¡Cuánto esfuerzo dedicaron nuestros antepasados para conservar esos diez templos construidos en los siglos XII y XIII, salvo Santa María, de escaso valor arquitectónico (este de San Pedro lo único de cierto valor son los cegados arcos mudéjares que ven en la foto, y el ábside plano, sujetado por pilastrón de cemento) y con materiales de escasa calidad (tapiales de tierra y, si acaso, protegidos de cal y arena).
Llegó un momento, a finales del siglo XIX, desprovista de sus bienes la iglesia por las desamortizaciones, que a una población de tres mil habitantes, le resultaba imposible el mantenimiento de las diez iglesias. Fue cuando se suprimieron las diez parroquias y, poco a poco, los párrocos correspondientes. Todavía, hace cien años, había en Villalpando siete curas: uno por cada iglesia aún abierta (Santa María, San Nicolás, Santiago, San Miguel y San Pedro; más otro, muy anciano, que decía misa en el oratorio de la casa de don Ángel Mazo, Plaza, esquina a Liceo; otro más, don Facundo que decía misa en la cárcel (antiguo convento, después iglesia, después cárcel, de Santo Domingo) y los domingos en la capilla de la dehesa; señorial casa primera.
Era socialmente una barbaridad mantener diez parroquias con sus correspondientes párrocos. Aunque había muchos bautizos, (unos 140 nacimientos al año entre el XIX y el XX) bodas y defunciones. Además del cobro por estos servicios religiosos, el mantenimiento de curas e iglesias era costeado por el pago de los diezmos ("Pagar diezmos y primicias a la iglesia de Dios, decía el Catecismo"). Esa, además de la religiosidad en la Edad Media, era la motivación para construir tantos innecesarios templos: "salvar las almas de los fundadores y el sustento de los curas". Llegó un momento en que el Obispado de León prohibió la construcción de ninguna otra iglesia, para no cargar más las espaldas de los campesinos.
Hasta el año 1898 se mantuvieron las diez abiertas. De casi todas nos queda algún vestigio, salvo de San Andrés, cuyo solar pasó al ayuntamiento, y ahora hay casas, y Santo Domingo.
San Lorenzo se desmanteló a principios del siglo XX. Sus sillares y maderas fueron aprovechados en la construcción de la fábrica de harinas, a cuyos socios les fue vendida la iglesia. Todavía, una de las compradores de dicha fábrica, es propietaria de la torre y del solar, en el ángulo entre la carretera de Villamayor y la de Villanueva.
"El Templo" se vendió, sobre el 1920, a los hermanos Manteca y a Eulogio Alonso, abuelo de mi esposa, quienes la transformaron en sala de teatro, de cine mudo, baile, luego discoteca, "Abeto Rojo". Ahora es propiedad del Ayuntamiento.
De la de Santiago se conservan muros, puerta de entrada, la torre. Recuerdo, muy de niño, ir a la novena de San Roque. Sería hacía 1948 cuando se cerró. La de Santa María estuvo abierta el culto hasta que se vino abajo, inesperadamente, parte de la bóveda, en la novena de San Blas del año 1933.
San Miguel estuvo abierta hasta el año 1969. Don Policarpo se la vendió a Miguel del Castillo Pérez. Ahí están sus ruinas.
Creo que teníamos la mayor densidad de iglesias por metro cuadrado de toda Castilla-León. Si pegaban unas con otras. Miren la distancia entre la iglesia de Santa María, y la de las monjas, por ej. O entre ésta y la del Templo, Santo Domingo; Santiago-San Pedro.
Ésta que nos ocupa vivió su periodo de esplendor desde 1978, en que se cerró el viejo San Nicolás, hasta 1.996 cuando se estrenó el nuevo.
Les confieso le tengo un gran cariño. Está llena de mis recuerdos más íntimos. Quiera Dios se pueda reparar y convertirla en museo de tanto arte como de las diez parroquias queda.
1 comentario:
Ese recoleto jardín, cuidado por Elicio Sánchez, mientras pudo, está lleno de broza, completamente abandonado.
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