viernes, 15 de mayo de 2020

PROCESO CONTRA BERNARDINO DE VALBUENA, EL COMUNERO DE VILLALPANDO.


        Posiblemente en el verano del año pasado, Ángel Infestas Gil, me habló del hallazgo de importante documentación sobre un capitán comunero de Villalpando, Bernardino de Valbuena.
        Hará como un par de semanas, por aviso en mi correo, entré en Facebook, "Hablando en Villalpando", y me encuentro con un artículo de Ángel, trasladado desde su blog, "Memorias del Araduey", en el que resume la peripecia de este villalpandino comunero y da noticia de la publicación de un libro, escrito por el Profesor toledano Tomás López Muñoz, titulado así: "Proceso contra Bernardino de Valbuena, el comunero de Villalpando".
      Así que pude lo compré, y he dedicado unas cuantas horas, bastantes, a su estudio. Al abrirlo me encuentro que es el Vice-Rector, emérito, de la Universidad de Salamanca, paisano y amigo, quien escribe su prólogo.
      Ayer terminé su relectura, lo que me sugirió hacerle al prologuista algún comentario y preguntas en carta que copié en  "comentarios" de su blog, que conseguí encontrar. Me pareció que un asunto de tanta enjundia histórica debía plantearlo en esa bitácora, y no en ésta, pero ahora lo vuelvo a buscar y no lo encuentro. Hoy, cuando andaba por ahí, dos lectores, me han animado a que escriba aquí todos los días, de ahí que ahora les hable  de susodicho comunero.
       Les resumo de qué va la cosa:
       En el Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, este investigador ha encontrado las ACTAS del proceso judicial seguido, en rebeldía, en el año 1521, contra citado capitán comunero, alcaide de la fortaleza de la villa y gobernador de la misma y su tierra. Es un legajo de no sé cuántos folios en el que está escrito todo el proceso (juicio), todas las declaraciones de testigos, bandos, providencias, sentencias. Folios amarillentos sin tocar desde hace 500 años; caligrafía, morfología y  sintaxis de aquel castellano arcaico.
      Pues, basándose en esas actas, dicho profesor Tomás López Muñoz, ha escrito el libro en cuestión.
       Ahora transcribo la carta dirigida a Ángel Infestas Gil.


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             Amigo Ángel: Llevo varios días leyendo, releyendo, página adelante, página atrás, remarcando, tomando notas, como si fuera un estudiante de Bachillerato, (cómo no con tan buenos profesores) sobre el libro por ti prologado: “Bernardino de Valbuena, el comunero de Villalpando”, escrito por el profesor Tomás López Muñoz.
            Estoy deseando hacerte algunos comentarios y exponerte algunas dudas.
             El primero: nunca, hasta en este libro, se habían descrito hechos históricos tan importantes acaecidos en nuestra villa. Ahora es cuando queda claro el papel de nuestros antepasados en la guerra de las Comunidades; pero, además las descripciones de la entrada por la Puerta de San Andrés, tras el diálogo entre Girón y el Gobernador Bañuelos: -“¡Abrid ese postigo e sacá esa hacha acá e conocerme héis!” , la entrada y el desfile de esa facción del ejercito comunero, con mucha algarabía de trompetas  y atabales; el recibimiento entusiasta de las gentes de Villalpando, tanto de “labradores e como de gente de baxa e no de cuenta” , todo lo anterior, digo, es como estarlo viendo en una película.
            Efectivamente,  de los datos, transversales diríamos, que aporta el manuscrito de las actas del proceso seguido contra Bernardino de Valbuena,  conocemos aspectos sociales, económicos, incluso urbanísticos de la villa. Por ej.: todavía hasta en aquel momento del siglo XVI se conservaba intacta la cerca de la villa (muralla), tramos de canto rodado, cal y arena, tramos de terraplén de tierra, con sus cuatro puertas de entrada.
En la nomenclatura del callejero de Villalpando, sigue existiendo ese nombre: “Las Cercas”, si bien, por desconocimiento histórico de los munícipes, ponen en el letrero: “Calle Cercas de Santiago”. ¡Qué coño de “calle”: ¡Cercas de Santiago, San Pedro, Santa María y San Miguel!. Otro ejemplo de información: la importante industria de curtidos, de ahí la laguna de "Las Tenerías”;.la población, otro dato más para reafirmarnos contra lo erróneo de los diez mil habitantes: DOS MIL, lo que en aquellos tiempos, con DIEZ MILLONES en toda España, no era poco, más si tenemos en cuenta la amplia base y escasa altura de la pirámide poblacional.        
      Hasta ahora todo lo que sabíamos, al menos yo, de la participación de Villa el Pando en la “revolución Comunera”, es lo contado por don Luis. ¿Cómo este hombre, hace cien años, con aquella escasez de medios, pudo investigar todo aquello? Y es que acierta en lo fundamental: que los villalpandinos abrazaron la causa comunera, y que Pedro Girón de Velasco fue un traidor. De acuerdo con lo ahora publicado por Tomás López Muñoz, los errores de don Luis, son de matiz: “que Villalpando ya era Comunera antes de la llegada de don Pedro Girón de Velasco”, y los nombres de los miembros del Concejo Comunero que fueron “juzgados sumarísimamente y ejecutados en la Plaza del Templo”. Dice don Luis:
 Alcaide de la fortaleza: Diego de Valbuena.
Alcaldes: Hernando de Villalpando
                 ¿Juan?    Marbán.
Regidor: García de Arce.
    La relación completamente fiable de la composición del Concejo Comunero de la villa, con todos los cargos que habían de velar por el gobierno de la misma: Alcaldes, Regidores, Procurador, Alguaciles, Escribanos, Guardas de dehesas, etc. es la que aparece en el trabajo de Tomás López Muñoz, y no es coincidente con la anterior relación de don Luis.
   El alcaide de la fortaleza, además gobernador de villa y tierra, y capitán del Ejercito Comunero, es el protagonista del libro, Bernardino de Valbuena, que no Diego. Éste fue ajusticiado, Bernardino escapó.
   Sí son coincidentes los alcaldes: Hernando de Villalpando, puede ser Fernando de Villalpando, y “Marbán”, puede ser Juan Marbán. El regidor, García de Arce, no coincide con ninguno de los cuatro citados por Tomás López Muñoz.
 ¿Tú, aunque no tenga la mayor importancia, cómo lo ves? Mi curiosidad es por saber de dónde sacó don Luis esos datos.
    Sí considero importante saber las razones por las que el Ejercito Comunero acantonado en Villalpando, no tomó parte, (don Pedro Girón y Bernardino de Valbuena) en la batalla de Villalar.      
            No quiero distraer más de tu tiempo al encomiable esfuerzo de novelar sobre esos hechos.
            Un abrazo.       

          A. Modroño.              
                                           

                                                           ------------------------
               

RESPUESTA DE ÁNGEL INFESTAS GIL


  1. Amigo Agapito.
    Contesto a tus interesantes comentarios en los dos medios por donde me han llegado. Estoy de acuerdo contigo sobre la importancia del libro para la historia de nuestro pueblo tanto en referencia a su participación en las Comunidades de Castilla como en la enorme cantidad de datos que nos ofrece sobre la estructura urbana y las relaciones sociales existentes.
    Cuando recibí el primer manuscrito de Tomás López, comprobé que tenía en mis manos un documento excepcional y no paré hasta presentarlo en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca. Así lo consideraron también ahí y, tras someterlo a una evaluación rigurosa, decidieron publicarlo. Como esperamos presentar el libro en Villalpando, cuando la pandemia lo permita, habrá ocasión de comentar estas cosas y agradecer el trabajo y la generosidad de su autor.
    En cuanto a la obra de don Luis Calvo, con frecuencia siento envidia por los documentos del archivo municipal que manejó y cuya desgraciada pérdida no dejo de lamentar. Hubiera sido muy interesante y enriquecedor contrastar ambas fuentes (los documentos del archivo y las actas del proceso), pero de momento debemos sólo tenemos las segundas, que afortunadamente gozan de la fiabilidad de los documentos judiciales.
    Como detalle curioso, en el callejero de Urueña existe una Calle Marbana y la explica con estas palabras: “Marbán era apellido gallego que se asentó en Villalpando”. Según las actas del proceso también hubo Marbán en Tapioles.
    Llevo varios días indagando la posible traición de Pedro Girón de Velasco y creo que haberla la hubo, pero no como la contó Antonio de Guevara en sus Epístolas familiares y que luego siguieron muchos cronistas oficiales. Fue un comportamiento mucho más complejo.
    Sobre la ausencia de Bernardino de Valbuena en la batalla de Villalar, la única explicación que se me ocurre parte de las características de esa batalla. Al parecer, la situación de los comuneros en Torrelobatón se hacía insostenible y Padilla decidió trasladar el ejército a Toro. El ejército de los nobles estaba sobre aviso y, en cuanto los comuneros abandonaron ese castillo, les persiguieron con la caballería y les alcanzaron en Villalar… Bernardino y su gente debían permanecer en Villalpando pues había llegado el condestable a Medina de Rioseco con un ejército numeroso.
    Lo dejaremos por hoy, pues ya hemos pasado un buen rato disfrutando con la historia de nuestro pueblo.
    Un abrazo.
    Ángel Infestas
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  2. Agapito Modroño Alonso dice:
    Buenos días Ángel.16/05/2020 de 12:23
    Me alegra el día leer tu respuesta.
    Para empezar: con un poco de suerte a lo mejor para el próximo San Roque se podría presentar el libro en Villalpando, aunque fuera ocupando butaca sí, butaca no, y todos con mascarilla.
    Felicito tu actuación ante el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca,. El manuscrito merecía la pena.
    Es aclaratoria tu información respecto de la utilización por don Luis Calvo del archivo municipal. Creo no fue el único que tuvo acceso al mismo.
    Recuerdo, para nuestros posibles lectores, la solicitud que presentaron ante la Junta Gestora de Izquierdas, los vecinos de la Villalpando, Julio González García y Elías Sánchez Fernández. Tratado el asunto en el pleno celebrado el 21 de abril de 1936, la Junta acepta lo solicitado. Se trataba de cambiar el nombre de seis calles por el de otros tantos “hijos ilustres de la villa”: Francisco García de Villalpando, Luis de Villalpando, Diego de Valbuena, Hernándo de Villalpando. (A estos dos últimos los cita don Luis entre los comuneros ajusticiados). Luego nombran a otros dos, José Narván y García de Áres, los cuales no me suenan a comuneros. Será cuestión de buscarlos en las actas.
    Este hecho me da pìe a pensar que el Sr. Julio, padre de “Poldo”. abuelo de un actual dirigente de IU-Podemos en Valladolid, y Elías, tio de Manuel el de Chencho, tuvieron acceso al mismo archivo. Bebieron de la misma fuente que don Luis. En esa fecha el manuscrito (nunca mejor dicho) del Párroco era prácticamente desconocido. No se editó hasta el año 1981, gracias a Carmen Allende. A cada uno lo suyo. Dicho lo cual, de acuerdo contigo, en que el dato fiable son las actas judiciales transcritas por Tomás López.
    En cuanto a la posible traición de Pedro Girón de Velasco, Tomás lo analiza muy bien: en un primer momento el despecho de Girón motivaría su apoyo a la causa comunera. Pasados pocos meses, al comprobar como “la gente baxa” con su radicalidad, empezaba a ser el contingente más importante, diera marcha atrás, sobre todo después de lo de Villalar.
    Estoy de acuerdo con la razón de que Bernardino no tomara parte en la batalla de Villalar. Este suceso de la guerra de las Comunidades Castellanas no es tan lineal como aprendimos de niños: batalla de Villalar y ajusticiamiento de Padilla, Bravo y Maldonado. Como casi todos los hechos históricos está mucho más lleno de sucesos y de complejidades. La desgracia fue que perdieran “los buenos”. Aunque nunca se sabe porque entre los seres humanos existe mucha imperfección; pienso, no obstante, que de haber triunfado la revolución comunera hubiera sido mucho mejor, hubiera cambiando la historia de España y de Europa; se hubieran evitado todas las subsiguientes guerras del Emperador que esquilmaron a nuestra Castilla.
    Muchas gracias por tus aclaraciones.
    Un abrazo.
    A. Modroño.

2 comentarios:

Angel Infestas dijo...

Amigo Agapito.
Contesto a tus interesantes comentarios en los dos medios por donde me han llegado. Estoy de acuerdo contigo sobre la importancia del libro para la historia de nuestro pueblo tanto en referencia a su participación en las Comunidades de Castilla como en la enorme cantidad de datos que nos ofrece sobre la estructura urbana y las relaciones sociales existentes.
Cuando recibí el primer manuscrito de Tomás López, comprobé que tenía en mis manos un documento excepcional y no paré hasta presentarlo en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca. Así lo consideraron también ahí y, tras someterlo a una evaluación rigurosa, decidieron publicarlo. Como esperamos presentar el libro en Villalpando, cuando la pandemia lo permita, habrá ocasión de comentar estas cosas y agradecer el trabajo y la generosidad de su autor.
En cuanto a la obra de don Luis Calvo, con frecuencia siento envidia por los documentos del archivo municipal que manejó y cuya desgraciada pérdida no dejo de lamentar. Hubiera sido muy interesante y enriquecedor contrastar ambas fuentes (los documentos del archivo y las actas del proceso), pero de momento debemos sólo tenemos las segundas, que afortunadamente gozan de la fiabilidad de los documentos judiciales.
Como detalle curioso, en el callejero de Urueña existe una Calle Marbana y la explica con estas palabras: “Marbán era apellido gallego que se asentó en Villalpando”. Según las actas del proceso también hubo Marbán en Tapioles.
Llevo varios días indagando la posible traición de Pedro Girón de Velasco y creo que haberla la hubo, pero no como la contó Antonio de Guevara en sus Epístolas familiares y que luego siguieron muchos cronistas oficiales. Fue un comportamiento mucho más complejo.
Sobre la ausencia de Bernardino de Valbuena en la batalla de Villalar, la única explicación que se me ocurre parte de las características de esa batalla. Al parecer, la situación de los comuneros en Torrelobatón se hacía insostenible y Padilla decidió trasladar el ejército a Toro. El ejército de los nobles estaba sobre aviso y, en cuanto los comuneros abandonaron ese castillo, les persiguieron con la caballería y les alcanzaron en Villalar… Bernardino y su gente debían permanecer en Villalpando pues había llegado el condestable a Medina de Rioseco con un ejército numeroso.
Lo dejaremos por hoy, pues ya hemos pasado un buen rato disfrutando con la historia de nuestro pueblo.
Un abrazo.

Ángel Infestas

Administrador dijo...

Al leer a Joseph Pérez me entero de que Pedro Girón dimitió como capitán y abandonó la causa comunera el 15 de diciembre de 1520, cuatro meses antes de la batalla de Villalar, y no después de la misma.