S
SACADERO. m. Cántaro pequeño para sacar el agua de
las tinajas. ML recoge el término con la acepción de ‘vasija de barro de dos o
tres litros, muy usada en las bodegas para el vino’, y apunta que es vocablo
caracerístico de Fuentesaúco.
SALACIÓN. f. Es un vulgarismo resultante de la
pérdida de los sonidos iniciales de exhalación. Frecuentemente se emplea en
sentido fiurado para ponderar la rapidez con que se hace algo.
SARTAL. m. . Se emplea únicamente para aludir
al conjunto de chorizos que están unidos por el mismo cordel. Deriva de sarta,
plural neutro de sartum ‘atado’.
SALMORIAL. f. Tierra salobre y mala para el cultivo.
Corominas apunta que Menéndez Pidal recoge esta voz, salmorial, con la misma acepción usada en Villalpando, y señala
que es una voz toledana que tiene la
acepción de ‘trozo de terreno salobreño y estéril, de color blanquecino’.
SAN BLAS. Fiesta celebrada el 3 de febrero. Se le
considera sanador y protector de las afecciones de garganta.
“A
finales de enero, cuando el campo solía aún estar cerrado, las ovejas en El
Raso o en los cabañales, mulas y labradores en holganza, o todo lo más haciendo
matanzas tardías o alumbrando majuelos, los carámbanos en las lagunas y
endurecido el barro de las calles, llegaba la humilde novena de san Blas. Se
celebraba en la iglesia de san Pedro y era novena poco concurrida, de las que
no llenaban el templo. Alguien de cada familia solía concurrir para pedirle
protección contra las enfermedades de la garganta. El viejo organista cantaba
con aquel peculiar estilo: “Glorioso mártir san Blas, / patrono de los
mortales, / por tu glorioso martirio, / líbranos de enfermedades”. Los últimos
días de la novena las devotas llevaban roscas. Eran bendecidas en la misa del día
de la fiesta. El sacristán las partía al medio. Cada mitad era devuelta a la
dueña. Con unción, en casa, se repartía un trocito a cada uno para proteger la
garganta y oídos de anginas, garrotillo y otros andancios. Las mitades
restantes quedaban al servicio del altar: sacristán, cura y monaguillos” (p.
72).
SAN BLASICO. Fiesta que se celebra el 4 de febrero,
un día después a la festividad de san Blas.
SANGRÍA. f. La sangre que se recoge al sacrificar a
las ovejas y corderos. Sobre todo la de
estos últimos era muy apreciada para guisarla con patatas. JP recoge sangrecilla
‘sangre del lechazo sacrificado’.
SANSIROLÉ. adj. Pasmado, lelo.
SANTA BRÍGIDA. Fiesta que se celebraba el día 1 de febrero.
Tocaban las campanas toda la noche para evitar que unos seres sobrenaturales
amasaran las piedras que después, cuando ellos lo consideraran oportuno,
descargarían sobre los campos para destrozar las cosechas.
SANTIAGUÉS. adj. Variedad de cermeños o perillos:
“Cargados hasta los topes traportaban las ricas uvas de Toro, o los sabrosos
perillos santiagueses envasados en los típicos canastillos” (AE, p.
151).
SARIAO. SAREADO/AS Escamas, incluso piel cortada, producidas en la piel, sobre todo en el dorso de las manos, a consecuencia de la exposición a la intemperie, al frío y la lluvia.: “Luciano,
a primeros de quel año, se presentó voluntario al ejército, al arma de
aviación, con la esperanza de huir del pastoreo y del ordeño, de los soles, los
cierzos, del “burgalés” que sarea rostros y campiñas” (AM, Víctimas
de la Guerra Civil
en Villalpando, p. 169).
SARTENERA. Se aplica este adjetivo a las mujeres
mandonas, dominantes y pendencieras. Es muy raro el uso de la forma en masculino.
SAZONAR. Pasar las gradas y/o la rastra a un terreno
para dejarlo listo para la siembra. Deriva del vocablo sazón, y este del
latín satio –onis, procedente de serere ‘sembrar’.
SECO. Aparece en la locución a seco, que se
aplicaba a los contratos verbales que se hacían, especialmente entre un
labrador y un agostero, cuando el mantenimiento de este último no corría a
cargo del primero.
SEMBRADERA. f. Saco a modo de alforjas que se
llevaba colgado del hombro para sembrar a mano: “Acompasado, rítmico el
movimiento de brazos y piernas; en un paso la mano a la sembradera, en
el otro los granos al viento caían de frente y al costado del sembrador
cubriendo la tierra por igual “ (AM, Crónicas..., pp. 81-82).
SEMENTERERO. m. El asalariado que era contratado
para hacer la sementera.
SENARA. f. Cosecha: “Habíamos
costaleado la buena senara en la panera del mesón, que daba pa la era,
en las afueras del pueblo” (AM, Víctimas de la Guerra Civil en
Villalpando, p. 169). También se utiliza con esta acepción en la zona
palentina de Tierra de Campos: “Cada año vendía unas cuartas que ayudaban a la
menguada senara que la daba el pan” (AE, p. 253).
SERILLO. m. Bolso de esparto que se
utilizaba para trasportar la humilde compra desde la tienda a casa: “No
había carritos, ni grandes bolsas de la compra. Bastaba con un humilde serillo
para lo poquito que se compraba”. Proviene del árabe andaluz saira ‘espuerta’.
SERÓN. m. Serillo grande. Utilizado en plural, serones, sirve para designar dos grandes bolsas de fuerte esparto, unidas entre sí y reforzadas con dos palos. Se colocaban sobre la albarda, en los burros. En ellas, los recogedores, iban echando las piedras que apañaban en las viesas del Raso para, machacadas o molidas, construir o ensanchar las carreteras.
SERVUS. m. Betún: “Por aquel entonces la crema para
el calzado, el servus, venía envasada en unas cajitas cilíndricas, con
una tapa que encajaba, bien ajustada, sobre la parte inferior” (AM, Charlas...,
p. 104). RG y DE explican que se trata de una marca comercial antigua, que por
sinécdoque ha pasado a nombrar cualquier clase de betún.
SINSENTIDO. adj. Imprudente, alocado, insensato (L y
G, IS).
SISA. f. Oquedades que se abren a los lados de la
parte central de la bodega para colocar las cubas.
SOBA. f. Paliza. Juan Hidalgo en su Vocabulario
de Germanía registra soba como equivalente a aporreamiento y sobar
con el valor de dar a alguno de golpes. También se emplea esta palabra en la
expresión darse una soba, con la que se alude a haber realizado un
trabajo excesivo.
SOBREBORRA. f. Res de ganado lanar que tiene más de dos años y todavía no llega a tres, ya que a partir de esta edad se
convierte en oveja. Es término en desuso.
SOLASTRÓN. m. Erosión, herida superficial producida por el roce con el suelo al caerse corriendo.
SORNAVIRÓN. m. Tortazo, bofetón, revés. RG y DE lo
recogen con idéntico significado, pero lo escriben con b. Ya en el Diccionario
de Autoridades se define así: “El golpe pronto y fuerte que se da a otro
con la mano vuelta”. Véase su empleo en este texto de Diego de Torres de
Villarroel: “Sartenazo con hijos, porque lleva sus arremetimientos, moquetes y sornavirones
de prólogo”.
SUBASTA. Variedad de tute. Los jugadores calculan
los puntos que pueden conseguir y lo hacen público. El que considera que puede
sumar más tantos señala el palo que va a servir de triunfo y el resto de los
participantes hace causa común para que el que ha pujado más alto en la subasta
no pueda conseguir su objetivo y, como consecuencia, pierda la partida. También
se usa la variante subastao.
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