martes, 1 de abril de 2014
LA MAR DE COSAS.
Acaban de visitarme "Mar", madre- "Turronica" (de niña, que se crió en parte en la casa de enfrente, con los Toranzos, le llamábamos Mari Mar) e idem hija.
Vienen a invitarnos a un vino español que van a dar mañana en la inauguración de su tienda, en la plaza Mayor, donde estaba el "Comercio Grande". Se va a llamar "La Mar de Cosas".
Lo doy como noticia, sin querer hacer publicidad que moleste a la competencia, que es mucha. Algo sí tenemos claro en nuestra familia: comprar en el pueblo todo lo necesario. Además no merece la pena desplazarse a los Mercadona o Alimerka de Benavente o Zamora.
Cierta alegría me da haber sido el "padre de la criatura".
Un día, al salir por las traseras, me las encuentro en "Los Corralones". Me preguntan. Andaban buscando algún solar o local para montar un negocio. No hacía mucho, Marinela, una de los catorce propietarios, herederos de la última dueña, Rosario Lozano, prima de su madre, nos había llamado pidiendo ayuda para vender los dos edificios de la plaza.
Le conté cómo estaba la situación. Aquello llevaba ni sé los años puesto a la venta. Como tantos otros, habían estado pidiendo barbaridades, de acuerdo con la situación de oferta y demanda en el pueblo. Como tantos otros se quedaban con "la pedidura". Pasaban los años, aquello no hacía más que generarles gastos. Ya nadie les preguntaba. Ya se habían convencido de que habrían de "bajar el pistón". Cuando me dijo que sesenta mil euros, le dije: -verás qué pronto te encuentro compradores.
Cuando a Mari Mar y su hija les dije, venid que os enseño un buen local, al ver que vamos a la plaza, me dicen: ¡bueno en la plaza, lo que pedirán!
-Primero lo veis por fuera, luego os digo lo que piden. Si hay alguna posibilidad de negocio en Villalpando, es en la plaza.
Y así fue la historia: llamadas de teléfono p'arriba y p'abajo. Cita un día por la tarde. Viene uno de los primos, Abogado en Zamora; encargado por los demás. Va Sara. Presentaciones. Abre, entran, lo ven, Sara los deja, negocian. Trato medio hecho. Volvimos a mediar, y hecho del todo.
Sara a veces, cariñosamente, me riñe: - si es que eres un areglalotodo. La verdad es que, entre lo de la familia y lo ajeno, siempre ando metido en alguna historia.
Quiera Dios que éste y todos los negocios del pueblo, los nuevos, como La Tienda de Toño y los antiguos, sigan adelante.
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