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25 de ene. (hace 2 días)
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Agapito:
Como veo que no te llega por tu
blog te lo envío por aquí.
Te decía que te “cotillearé” algo
más.
El acto lo inició el Secretario
de la Fundación Delibes,
que siento mucho no recordar su nombre en estos
momentos,
quien presentó a los otros 4 integrantes de la mesa presidencial,
que
eran Luciano, Alisa Delibes, Amparo Medina - Bocos
y José Antonio, el editor.
Habló unos minutos Elisa Delibes
de Castro
sobre la buena impresión que le había causado Luciano,
cuando 3 años
atrás la apabullaba con correos electrónicos
sobre diversos aspectos de su
padre y de sus escritos.
Ella movió palillos y consiguió que Ediciones Castilla
publicase el libro bajo el patrocinio de la Fundación.
En tercer lugar tomó la palabra,
y durante unos 25 minutos,
Amparo Medina – Bocos que ha resultado ser la
supervisora
del libro y que según nos aseguró lo ha releído multitud de veces,
unas por necesidad y otras por verdadera “devoción”.
La presentación del libro por
parte de Amparo fue,
sencillamente, extraordinario. No se oía ni una tos.
Ella
es catedrática de instituto y según dejó entrever,
paisana nuestra, de la
Tierra de Campos Zamorana.
Leyó literalmente varias palabras
y comentó su parecer
respecto a ellas, incluso contó una anécdota entrañable
ocurrida durante el período de la supervisión.
Por lo visto en una de las citas
textuales que Luciano,
hacía de Don Miguel, no eran tan textuales como él
pensaba,
y cuando se lo hizo saber, no se le ocurrió otra cosa
que decir que era
tan buena que merecía
haberla escrito el maestro.
Habló muy sucintamente el editor
para asegurar
que le llenaba de orgullo haber publicado una obra
tan fenomenal
y para pedir que, naturalmente,
comprásemos el libro.
Por último intervino Luciano en
el sentido que,
has expuesto y, como no podía ser de otra manera,
se
refirió en varias ocasiones a Villalpando;
concretamente en relación a una
palabra que le “soltó”,
en una ocasión uno de Portillo a Delibes,
y que nunca
logró que le dijera su significado.
Concretamente le había preguntado
Delibes al portillano,
a modo de saludo, que tiempo hacía por su pueblo
y le
contestó que había “movación”.
En ese momento Amparo dijo que a
lo mejor por
Villalpando y su “Tierra” (como ves estaba puesta),
se había dicho
antaño.
Entonces Luciano me preguntó a mi directamente,
y claro le dije que no.
(Yo, al menos, nunca
la he oído, y … tu?).
Por último, te contaré que
la representación
villalpandina estaba integrada por tu cuñado
Cesáreo y
tu sobrina Ani; Zosi y sus hermanas Loli
e Inmaculada; Fusina, su mujer y la
hermana
que vive en Valladolid (con la que compartió
el negocio en Torrevieja),
Manolito el de Isaac, Reyes y yo.
La verdad que el acto resultó muy
entretenido
y muy emotivo, al menos para nosotros.
Un abrazo.
Pablo Román.
2 comentarios:
Luciano López Gutiérrez
25 de ene. (hace 2 días)
para mí
Querido Agapito:
Ahí te va el mensaje añadiendo referencias al colgado por Madolok.
Querido y admirado Agapito:
Lamenté muchísimo tu ausencia en Pucela el miércoles pasado, pues sabes que compartimos, entre otras cosas, el acendrado cariño por unas entrañables, precisas y expresivas palabras, algunas de las cuales agonizan, a pesar de que difícilmente puedan ser desplazadas por otras, lo que redundará en un empobrecimiento del idioma. Gentes como Delibes y como tú las han trasvasado del habla de los más humildes al ámbito de la literatura, las han dado amparo, refugio y abrigada, porque han captado su belleza y precisión.
Ya estoy deseando que aparezca tu nuevo libro para deleitarme y aprender con su lectura. Sin entender mucho de la comercialidad de los títulos, a mí el de "Atisbando el borrajo" me parecía excelente, pero el editor sabrá.
Muchas gracias por colgar el texto de la presentación, por tus palabras de elogio dictadas por el cariño que me tienes desde pequeño y por aclarar a la amable amiga Madolok asuntos relacionados con mi genealogía.
Abrazos
¡Buenos días Luciano!
He preferido copiar tu carta detrás de la de Pablo. (Ves como huyo de "colgar", "post", "entrada"), pues en el capítulo de tu presentación hay bastantes mensajes.
He de agradecer a Pablo que me haya trasladado al lugar y momento de la presentación. Acostumbrado a mis limitaciones vespertinas, las acepto, sobre todo cuando después me lo cuentan. Y disfruto, en este caso, con la magnífica crónica de Pablo. Me alegra saber de la presencia de familiares y amigos tan entrañables.
Como le he dicho a Fernando Mazariegos, hijo de mi primo Jesús "China", pa que entiendas, debí haber dado la noticia en el blog. Pensé habría divulgación del acto en Valladolid, y llegaría a la numerosa colonia villalpandina. De haberlo sabido no hubieran faltado Carrisio, Daniel, no "El Mochuelo", sino el "Tocinero"; Pili "la Cabrita" y sus hijos, nietos de "Guadillo"...
La palabra referida al tiempo, que cita Pablo, es desconocida por estos lares, como lo son muchos de los vocablos utilizados por Delibes. Ocurre que los localismos varían, incluso entre pueblos límitrofes. Por ej.: a la planta que en Villalpando llamamos ajugera en Cerecinos le llaman "terrao", y a las ababanjas, mataculas. La palabra cavón, más allá de Rioseco le llaman de otra manera.
En tu presentación citas argaya, filamento de las espigas. Por aquí siempre hemos dicho argaña, palabra viva, aunque la mayoría de los trigos de ahora son mochos, sin argaña. No así las cebadas. También, recogiéndolo de Delibes, llamas, no recuerdo con exactitud, a la camisa de los granos, de forma distinta. Aquí le llamamos cosco. Incluso es apodo de una familia que se ha ido transmitiendo del "Cosco" original a los nietos. Tu padre lo sacó en un refrán, refiriéndose a Juan, el del monte, que por predecir la lluvia en primavera muy seca, "Cosco" y "Mostaza le iban a erigir una estatua de piedra en "la Bardada".
Gran parte de los relatos que van a aparecer en "Aquellos pueblos", tú ya los conoces y has espulgado. En los inéditos en papel, seguro seguro que vas a encontrar nuevas "joyas".
Ya sé que hay reiteración de situaciones, incluso de algunas palabras, entre los distintos relatos. No me importa. Es la motivación principal de la publicación ese amor al lenguaje rural, en peligro de extinción, que compartimos. Antes de que se pierda del todo, que algo quede.
Dejo la parleta. Seguiremos s.D.q.
Un abrazo.
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