En el comentario anterior me quedaron muchas cosas en el tintero. Vuelvo a citar el libro "PARROQUIAS, ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS". Es una mina de datos. Lo escribió don Luis Calvo Lozano, pero no fue editado. El trabajo de recopilación y edición lo hicieron Pablo Román Allende y don Tomás Osorio.
De la lectura, sobre todo de las primeras páginas, se saca un reflejo de cómo era la vida de la villa hace cien años. Les resumo datos muy curiosos:
Existían, todavía, cinco iglesias abiertas al culto: Santa María, San Nicolás, San Pedro, San Miguel y Santiago; cada una con su capellán, si bien, don Luis, era el Párroco.
Además, había un curica de 90 años, Pablo Carricajo, que había estado en Rebollar de los Oteros. Tardiamente jubilado, volvió a su pueblo. Decía misa todos los días en el Oratorio particular que poseía la familia Mazo Trabadillo, en su casa de la plaza. Recuerdo la habitación donde estuvo el dicho oratorio; a la izquierda del portal según se entra, haciendo esquina con la calle Liceo.
Otro curica, "suelto", fue don Facundo Pastor, natural de Valderas. Éste vivía de lo poco que le pagaba el dueño de la dehesa, el Conde de Superunda, por ir a decir misa todos los domingos en la capilla de la desaparecida casona, que estaba, nada más entrar en dicha dehesa, por el camino de la Casa a la derecha.
Entonces, para decir misa, (delante del altar mirando al retablo, por tanto a espalda de los fieles) era necesario, al menos, un cura y un monaguillo. Como era en latín, a las preces del cura, en latín, respondía el monaguillo. Además para tocar la campanilla en la Consagración, darle las vinajeras, etc.
Mi tío David Modroño Chimeno, fue monaguillo de don Facundo. Iban los dos en una burrica a decir misa a la dehesa. Acabada les daban chocolate para desayunar.
Acabado el desayuno regresaban al pueblo para decir misa en la cárcel del Partido. Conocimos las ruinas, más o menos donde ahora está el Juzgado. Había sido convento de Dominícos. En dicha cárcel cumplían condena reclusos del dicho Partido Judicial. No olvidó nunca mi tío que los presos más peligrosos entraban en la capilla con "grilletes", que sujetaban con una cadena...
Este don Facundo pasó a la memoria colectiva del pueblo por ser un cura muy caritativo. Repartía lo poco que ganaba con los más pobres. Vivió de pensión an'cá la señá Candida, "la Zaurila", que tenía el surtidor de gasolina, quien le cobraba muy poco, o nada, cuando había más necesidad. Tenía una sotana descolorida y vieja.
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Más cosas. Pueden entrar en "Villalpando informa" para ver el programa de la Fiesta de la Purísima. Lo más destacado la presentación del libro MAESTRO, el día 7 a las siete y medía. Ya les informaré al respecto.
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Ha vuelto el Ayuntamiento a colgar, de nuevo, el bando por lo de los caminos, del que nadie, incluidos concejales, hace ni puto caso. Una medida muy fácil, para empezar, sería mandar a la cuchilla levantar esas entradas a parcelas que tapan cunetas. Sería una ayuda para que los propietarios construyeran, con tubos, alcantarillas o vados hormigonados en terrenos arenosos.
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Hay cambio en la dirección de la Residencia. Se ha ido Arancha Dúo al obtener una mejor opción laboral.
La buena noticia es que (supongo habrá habido bastantes aspirantes) le han concedido la plaza a una persona muy competente, quien conoce la casa. Desarrollando una buena labor, marchó rebotada y dolida hace unos años, cuando estaba la "Sor". ¿Quién le iba a decir que volvería de directora?
Me alegro. Falta hace una empática profesional.
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