Aunque para nada sirva, vuelvo a colgar la carta que el pasado día 8 de noviembre envié a su Majestad Felipe VI. Ha desaparecido de mi blog, sin saber cómo.
Si alguien no estaba de acuerdo con mis razonamientos debió replicarme aquí. Admito puedo estar equivocado, y pediría disculpas por ello si alguien me lo demuestra, aunque creo que, al menos moralmente, mis argumentos son válidos, pero no querer taparme la boca así.
Ayer un hombre del pueblo me dijo: -"¡Ya leí la carta al Rey. Tienes razón, ¿pa qué está el rey si no?.
Villapando, (Zamora) 8 de
noviembre de 2.023
MAJESTAD
REAL, FELIPE VI.
Palacio de la Zarzuela.
Madrid.
Amigo
Rey de España. Perdone la forma coloquial del saludo, que no es falta de
respeto, sino la manifestación de la relación más sublime que pueda darse entre
los seres humanos: la amistad. En mi caso es hija del afecto que a usted, ( a su Alteza) y a toda su familia profeso.
Perdone
también adopte la forma epistolar, por considerarla más cálida que el
formulismo de una instancia o solicitud.
Pertenezco
a la generación de los niños de la pos guerra, de los hombres jóvenes que
apoyamos la transición y la Constitución. De familia escasa de recursos,
trabajando desde niño, conseguí, de forma autodidacta, ser “maestro de
escuela”, mezcla de Giner de los Ríos y padre Manjón. Nunca lo injusto me ha
resultado indiferente. Desde la humildad de mis medios he luchado contra la
corrupción. He participado de forma decisiva en el movimiento cooperativo
rural, publicado relatos costumbristas, la biografía de un torero y las
víctimas de la guerra civil en este pueblo, en el que he sido concejal e
influyente en la gobernación del mismo. Encabecé la candidatura de UPyD por
Zamora al Congreso de los Diputados, en 2.011. Toda esa discreta actividad
política siempre de forma altruista, poniendo dinero de la economía familiar.
Aunque
sea obvio: vivimos momentos cruciales en la vida de España. En usted tenemos puesta la mirada millones
de españoles, como en el dique, en la última barrera que frene la deriva de
inmoralidad, de ilegalidad, de despropósitos en que está inmersa nuestra
nación. No es menos grave el momento actual (por ser más sedicioso y
prolongado en el tiempo) que el vivido por su padre el 23 de febrero de 1981.
Su padre estuvo a la altura, justificó ante todo el mundo la razón de ser, la
validez de la monarquía parlamentaria. Ahora, en sus manos, está el futuro de sea
monarquía, de nuestra convivencia en paz, de nuestro Estado de derecho,
aceptados por la mayoría de españoles. Debe
usted disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones generales. Tiene
herramientas legales para esa decisión. Perdone me atreva a recordarle, de
forma sucinta, lo que usted de sobra sabe.
CARTA MAGNA.
Art. 2.- La Constitución se fundamenta en la
indisoluble unidad de la Nación española…
Art. 8- Las
Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el
Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia
de España, defender su integridad
territorial y el ordenamiento constitucional.
Art. 62.- Corresponde al rey
h): El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
No estoy insinuando un pronunciamiento
militar, sino, en un caso extremo, dada la importancia que la Constitución le
da a la unidad de la Nación española, a la potestad democrática que, a su
Alteza, le confiere la norma suprema.
Que
vivimos una situación de excepción es indudable. Su Alteza cumpliendo el art. 61, “Guardar y hacer guardar la Constitución”, puede por ello,
amparándose en el citado Art. 62 b:
Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos
previstos en la Constitución.
d).- Poner fin funciones presidente del Gobierno en
los casos previstos en la Constitución.
Carezco ya de la capacidad para el enorme
esfuerzo intelectual que me llevaría estudiar “los términos y los casos previstos en la Constitución” , pero
basándonos en los citados artículos 2, 8 y 62 h), ahí se podría encajar lo de
los “términos y casos previstos en la
Constitución”.
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Ahora
perdone un pequeño recuerdo a la historia reciente, a cómo se ha ido torciendo
el recto, risueño, amigable camino que se inició con la Transición.
A la
muerte de Franco, vivos, todavía muchos protagonistas y combatientes en la
guerra civil, decidimos todos los españoles pasar página y vivir en paz. Se
indemnizó a víctimas o familiares, se recuperó su memoria. Los social
demócratas del PSOE aplacaron cualquier afán, (si lo había era minoritario) de
revancha. Igualmente los demócratas del régimen se impusieron sobre los
nostálgicos e inmovilistas.
Con
Rodríguez Zapatero, auspiciado por sus ideas, se reavivan los rescoldos de un
izquierdismo radical, e intentan reescribir la historia. Así se promulga la mal
llamada “Ley de Memoria Histórica”, tergiversadora de lo ocurrido en los años
de la II República y la guerra civil.
Me crié con una abuela, hasta los 21 años, a
quien habían matado un hijo en la guerra. Mi padre, joven, soltero, se libró
por los pelos. He convivido con gente de los dos bandos, he leído, investigado,
publicado. Mis lecturas, todo, desde Gironella a Juan Eslava Galán…
Recomiendo a Hug Thomas,
Paul Preston, Javier Cercas, Pérez Reverte (como ven omito a los sectarios, de
la Cierva, Pío Moa, Ángel Viñas…) y,
sobre todo a Manuel Chavés Nogales. Ya en el “treinta y siete”, cuando asqueado
de los “Hunos” y los “Hotros”, huye de Madrid, profetizó: de esta guerra, según
quien la gane, saldrá un dictador de
izquierdas o derechas.
Existen muchos libros,
documentales. Vean los enormes murales de Stalin en la Gran Vía. Esa Ley es un
insulto a la inteligencia.
Ahora tenemos los frutos de
la radicalización: unos partidos de extrema izquierda, nacionalistas y
separatistas que no respetan la Constitución. No sólo me refiero a lo ocurrido
en el “Procés”, sino a otras actuaciones inconstitucionales que no debieron ser
permitidas. Por ej.: las declaraciones de una ministra del gobierno, Jone
Belarra: “Vamos a trabajar para que
Leonor nunca sea reína”. La animosidad contra su familia la evidenciaron
con la inasistencia al pleno solemne del juramento a la Constitución de su
hija, en que el Presidente del Gobierno asiente en el juramento de Leonar y por
la tarde se reúne con los independentistas.
El manifiesto de los
partidos ERC, EH.Bildu, BNG, contra la Monarquía y la Constitución.
El ilegal juramento de
algunos diputados en su toma de posesión: “Acato,
por imperativo legal, hasta la consecución de la República Catalana” o “hasta
la soberanía de Galicia”…
Todas esas actuaciones son
faltas o delitos contra la Constitución. Están tipificados en el Art. 471 de la
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de Noviembre, Código Penal: “la proposición, conspiración y provocación para cometer rebelión”.
En esos juramentos está el deseo expreso de ir contra la Constitución Española.
En todo el articulado de citada Ley están comprendidos los delitos cometidos en
el “Procés” que ahora se pretenden amnistiar. Hubo rebelión y actuaciones como
las citadas son una provocación a la rebelión. Lo más grave es la amnistía
cuando persisten en su idea de la independencia; deseo minoritario, 30 %, en la
sociedad catalana.
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Lo más grave de la situación
es que el futuro de los españoles dependa de la conveniencia de un delincuente,
quien tiene arrodillado y suplicante a un gobierno en funciones, a un
presidente humillado en su afán de poder. Ese ego es la motivación, no el bien
de España.
Para esa decisión, que le
ruego, tiene a su favor a la inmensa mayoría del pueblo, de las instituciones.
Destaco la contundencia jurídica de los argumentos expuesto en el comunicado
del Consejo General del Poder Judicial, en contra de la amnistía. Espigueo
algunos párrafos: “La democracia, las libertades y el Estado de Derecho pueden estar en
peligro”; maniobra política para evitar que los órganos consultivos judiciales
puedan omitir opiniones técnicas”. “Ha pactado amnistía, decisión de las Cortes
que invade competencias de los Tribunales”. La Ley de amnistía supone
degradación, cuando no abolición del Estado de Derecho en España”. Se violenta
la Constitución y los compromisos asumidos por España en el Tratado de la Unión
Europea, a la que se puede recurrir”…
Votan nueve vocales a favor,
cinco en contra y se abstiene el Presidente.
La argumentación jurídica
del comunicado es magistral, irreprochable, sin pizca de parcialidad política.
Y topamos con otro problema grave en la democracia española: la presunta politización
de la justicia: votan a favor del comunicado “los conservadores”, en contra
“los progresistas”. Si el caballo es blanco, ¿no deberían verlo todos con el
mismo color?
En este caso los nueve
favorables se apoyan en legislación legal, en la razón. Las cinco negaciones se
basan en la falacia de que manifestarse es tomar partido político.
Repito mi sugerencia:
DISUELVA SU ALTEZA LAS CORTES Y CONVOQUE NUEVAS ELECCIONES GENERALES.
Para tratar de arreglar
tanto desperfecto sugiero ideas para un programa reformista, que podrían
adoptar los dos grandes en conjunto.
a).- Zanjar, mediante
reparto justo de los dineros, el problema regional.
b).- Ilegalizar a todos los
partidos en cuyo ideario esté la disgregación de España, el rechazo de la
Constitución y de la Monarquía.
c).- Ilegalizar a todos
quienes no hayan condenado el terrorismo.
d).- Conseguir una justicia
independiente, como lo son la mayoría de los jueces. Es una aberración la
creencia general, difundida en todos los medios, de que el Constitucional, de
mayoría “progresista” (yo diría regresista) partidariamente, aprobará la
constitucionalidad de la Ley de Amnistia.
Querido rey de España. Creo
en sus manos está la acción valiente para que la honradez y la democracia, el
bien sobre el mal, se impongan.
Una nación sin valores
éticos, morales puede convertirse en una jauría. Usted puede erigir a su
Monarquía como el templo del que dimanen los valores eternos de igualdad,
libertad, justicia y fraternidad.
Si no un abrazo fuerte, un
apretón de manos reciba de este pobre maestro de escuela.
Firmado: Agapito Modroño
Alonso. DNI 11.79.980 M.
Teléfono 616 499 148.
Calle Silera, 3. 49630 VILLALPANDO (Zamora.
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