Disiento, de la opinión
publicada, en calificar de fracaso la
moción de censura porque no haya servido para derrocar a Pedro Sánchez.
¡Vaya novedad! La seguí en directo. El primer día dio una
lección magistral. En el segundo, ayer, le bastaron unas pocas frases para
replicar a cada uno de los contendientes. Y tuvo la valentía, a pesar de los
años, para decirle a al del PNV, Aitor
Esteban, que los vascos tienen privilegios sobre el resto de los españoles. Le
dio a entender que gracias a un terrorismo de extrema izquierda.
Mereció la pena que don Ramón
pisara, muchos años después, el Congreso de los Diputados para manifestar allí,
una verdad evidente (basta con revisar las hemerotecas, ir a Hug Thomas, a
Eslava Galán, a la Wikipedia), pero que nadie se atreve a recordar, contra la
falaz Ley de Memoria Democrática: “que en la guerra civil no hubo un bando de
los buenos y otro de los malos”, que en ambos se cometieron atrocidades.
Los lectores de este blog y los
de “La Mar” pueden recordar como desde hace mucho tiempo vengo diciendo lo
mismo. Con la cantidad de posibilidades de información veraz actuales, ¿cómo un
gobierno puede legislar intentando tergiversar la historia reciente? Esa falta
de honestidad debería ser suficiente para censurarlos.
Vuelvo a bosquejar en gruesos,
para breves trazos, nuestra penosa historia reciente:, la vuelta, 1814, del
felón Fernando VII arrasó la siembra, para la justicia, la libertad y el
progreso, de las Cortes de Cádiz, 1812. Fue el XIX un siglo convulso en que los
males de la nación, al no aplicarse las necesarias reformas, se fueron
agravando: problemas sucesorios, guerras carlistas, independencia de las
naciones americanas, nueva guerra por el mismo motivo al final de siglo en Cuba
y Filipinas, motines, desordenes. Botón de muestra: asesinato de dos
Presidentes de Gobierno, Prim, 1870, Cánovas del Castillo, 1897.
Continuamos en el siglo XX con la
misma situación, agravada, consecuencia de la alta natalidad y las incipientes
vacunas, por el aumento poblacional: miles de nuevos brazos que no hay dónde
ocuparlos. En Inglaterra, por ej., estaban en plena revolución industrial.
Aquí, aparte de la artesanal en cada pueblo y ciudad no existían otras
industrias que las incipientes en Cataluña y Vascongadas, en las que, además,
los obreros eran explotados.
Las masas campesinas
desheredadas clamaban: ¡tierra! En ese
reparto propugnado por emergentes doctrinas, anarquistas, (en 1912 asesinan a
otro Presidente del Gobierno, Canalejas; los mismos, en 1921 a Eduardo Dato, y
comprendo la rabia de los de abajo) comunistas, sectores del socialismo, veían
la forma de matar su hambre.
En 1904 cunde una revuelta muy
seria de braceros campesinos en toda la Tierra de Campos. A lo largo de todos los
siguientes años al malestar social (huelgas, luchas, asesinatos, recodemos la
Semana Trágica de Barcelona) va en aumento. En 1923 la dictadura del general
Primo de Rivera, impone cierto orden, incluso, apoyada por la UGT, fueron, en
principio, años de progreso. Un escándalo de corrupción termina con la misma.
El clamor, alentado por los intelectuales más preclaros (Unamuno, Ortega y
Gasset, Marañón, Madariaga, centristas demócratas) en pro de una república es
casi unánime.
A propósito de golpes y pronunciamientos,
recordemos de que, aparte de varias huelgas revolucionarias (la Semana Trágica
citada) en noviembre de 1924, unas decenas (al principio había miles que se
fueron rajando) de anarquistas (entre ellos siete de Villalpando) irrumpen, desde Francia por Vera de Bidasoa y
la Junquera, con la esperanza de que, en España, la sublevación obrera contra
el dictador iba a ser general. ¡Pobres! Allí dejó su preciosa vida de 23 años
Abundio Riaño, tío de los Villasante Riaño.
Los republicanos demócratas (Azaña,
Alcalá Zamora, Maura, Indalecio Prieto, Gil Robles, Besteiro,…) de centro, de
izquierdas y derechas moderadas, no pudieron aplicar las reformas que el país
necesitaba. Las izquierdas (huelgas constantes) exigían ya la revolución, el
reparto de la tierra. Con esa intención se sublevan izquierdistas en Casas
Viejas, Castilblanco, Arnedo,… Dos capitanes del ejercita lo hacen, Galán y
García, lo hacen en Jaca; Sanjurjo intenta otro golpe, en este caso de
derechas…
Conozco al dedillo todo lo
ocurrido en mi pueblo, la tensión social era axfisiante, hasta un muerto y otro
herido grave ocurrieron. Eran más activas las izquierdas que las derechas, (en
ambas el espectro iba desde los moderados a los extremistas) éstas se escudaban
tras la Guardia Civil. Ese era clima general en España: anarquistas, comunistas
y un sector de los socialistas, (vuelvo a recordar el talante democrático y de
justicia social de los socialistas villalpandinos) estaban por la revolución, ¡ya! En las derechas
no sólo estaban los terratenientes, (si los hubieran dejado solos los hubieran
barrido), sino casi toda la clase media de labradores, aunque tuvieran dos
cachos de tierra, comerciantes, profesionales de los oficios, los curas, por
supuesto, y gran parte del ejército. No pudieron los centristas sujetar a los
extremos; además el país se fue radicalizando.
Anteayer lo señaló Tamames: la
guerra civil comenzó en octubre del 34. Largo Caballero convocó una huelga
general revolucionaria que sólo prosperó en Asturias. Miles de muertos en la
batalla y en la represión.
Tras el triunfo del Frente
Popular en febrero del “treinta y seis” el estallido, por los “hunos” o los
“hotros” se veía venir. Les recomiendo lean en la “Otra historia de la villa”
la actuación de la Gestora Municipal de Izquierdas en Villalpando. La gota que
colmó el vaso fue el asesinato, por guardias gubernamentales, del líder de las
derechas, Calvo Sotelo.
Las derechas no se alzaron contra
el orden constitucional. No había orden. El gobierno del Frente Popular iba
hacia la revolución. La CNT (con un millón de afiliados en España, el sindicato
más fuerte) no había querido participar en las elecciones generales del 31 y
del 33, porque no estaban de acuerdo con la aquella república democrática
burguesa. Ellos querían ya la revolución directamente. Los Comunistas, en
cambio, querían utilizar dicha república para llegar al mismo camino: la
dictadura del proletariado. Para unirse al resto de fuerzas revolucionarias los
anarquistas toman parte en las elecciones del 36, incluso, ya en la guerra,
entran a formar parte del gobierno.
Barbarie y crueldad sobró en
ambos bandos. Millones de páginas escritas sobre ello. Sintiendo mucha piedad
por las víctimas más cercanas, las de mi pueblo, he publicado dos libros.
Conozco, de primera mano, muchos testimonios escalofriantes. Otros leídos. El
del maestro y pastor evangélico Atilano
Coco, cuya carta de recomendación llevaba Unamuno en el bolso el día del follón
con Millán Astray.
Le sobró a Franco toda la crueldad de la pos guerra. Podemos suponer que hubiera ocurrido de haberla ganado los izquierdista dominados por los más radicales: Largo Caballero, Pasionaria, Carrillo, dictadura del proletariado al canto (no olvidemos todo el armamento ruso, a cambio del oro del banco de España). A tenor de lo sucedido en la Revolución Bolchevique del 17, podemos imaginarlo.
La dictadura franquista, pasados
años de hambre, consiguió el mayor desarrollo económico jamas vivido en España.
Hechos con el poder los reformistas del régimen, y de acuerdo con los
dirigentes de la social democracia (lo era tal Felipe González, incluso
Carrillo, adjuró del marxismo), se pusieron de acuerdo en una modélica
transición a la democracia, algo que todos los españoles de entonces, estábamos
deseando. Borrón y cuenta nueva; perdón y reconciliación, sin revanchas ni
deseos de tergiversaciones históricas.
Hubo dinero para todos quienes
habían sufrido prisión por el franquismo; comenzaron ayudas para la justa
exhumación de huesos de los represaliados. Todo ello muy justo. En cambio esta
sectaria Ley de “desmemoria” de lo ocurrido es extemporánea, inoportuna, y, lo
que es peor: sectaria, sin atender a la verdad histórica.
Mucho más recientes están los crímenes de ETA. ¡Qué horror, qué indignación en aquellos años de plomo, cuántos nombres de inocentes vienen a mi memoria! Si la democracia les perdonó todos los crímenes cometidos durante el franquismo, si hubo amnistía general... Pero cegados por un fanatismo aldeano, convencidos de la superioridad de la raza vasca (como Hitler con la aria), con una cobardía y crueldad de seres abyectos, siguieron torturando, secuestrando, matando. ¿No sería oportuna una ley, por lo menos de ostracismo social, de rechazo a su actuación? ¡Pero no!: se les acerca a cárceles vascas, se les homenajea cuando vuelven a sus pueblos, incluso sus afines están en el parlamento con buen sueldo de la nación a la que aborrecen, incluso formando parte de la mayoría gubernamental de investidura.
Una revolución social si queda pendiente: la de la justicia, la ética y la honradez.
7 comentarios:
MOCIÓN DE CENSURA
La Moción de Censura presentada por VOX pasará a la Historia como un intento fallido de derribar a la bestia, pero también como un heroico y valiente ataque contra la fortaleza inexpugnable del gobierno, protagonizado por un grupo pequeño de soldados osados de VOX, capaces de luchar contra un enemigo notablemente superior en número y fuerza.
Es mentira que la Moción sirva a los intereses de Sánchez. Eso lo dicen los políticos de izquierda y sus periodistas esclavos. La verdad es que el sátrapa Sánchez, acostumbrado a escuchar halagos, tuvo que escuchar algunas de verdades sobre su bajeza y su pobre y miserable gobierno, mientras sus cómplices y aliados le defendían y otras tropas del bando de la democracia (PP) se abstenían en la lucha.
La única forma de describir la Moción es que está siendo una refriega heroica entre héroes y villanos, entre los que combaten el mal y los que lo defienden o se abstienen.
También sirvió para saber que el verdadero rufián de la política española no es el catalán descarado de ERC, sino el corrupto que reside en la Moncloa.
La Moción de Censura es tan clara y contundente que solo los que voten a favor demostraran ser decentes y demócratas. Los contrarios a esa lluvia de decencia y acusaciones sólidas demuestran que solo están en la política por el botín o que ya han sido convertidos en borregos.
La moción de censura se está convirtiendo tristemente en una exhibición de odio, un derroche de anti democracia, una burla a la inteligencia y una demostración palpable de que los políticos, salvo muy escasas excepciones, son el gran fracaso de la Humanidad, una auténtica chusma indecente, ajena al bien común.
Una de las frases más acertadas de la Moción de Censura la ha pronunciado Ines Arrimadas: “Es la primera vez que el mayor problema de España es su presidente”. Cierto, Sánchez, por su falta de ética, suciedad, egoísmo y maldad, es la más grande boñiga de la nación.
El gran mensaje de la moción es doble: los malos no son la extrema derecha, como ellos dicen, sino la chusma gobernante, tan arrogante y fatua que ni siquiera responde a los grandes temas que se le plantearon, desde la ruina económica a la injusticia generalizada, la decadencia de España, el desastre moral, los socios podridos del gobierno y otras muchas; el otro es un mensaje de esperanza: queda solo poco más de medio año para que podamos librarnos de la gentuza en las urnas.
Pasó inadvertido, pero creo que el momento más brillante de la primera sesión fue cuando el tirano dijo que VOX es la heredera de Blas Piñar, a lo que el viejo Tamames, cargado de razón y lucidez, respondió que ni el 0,1 por ciento de los españoles actuales saben quien fue Blas Piñar, pero que si recuerdan y saben quién fue Largo Caballero, socialista como Sánchez, al que llamaron "el Lenin español" y provocó la guerra civil de 1936", además de ordenar el saqueo y envío a Moscú de las reservas en oro del Banco de España y saquear las joyas y monedas que los ciudadanos guardaban en las cajas fuertes de los bancos.
La estupidez.
Entre los disparates comentados ayer en la moción de censura hubo uno que me llamó especialmente la atención. El listón estaba alto, pero si alguien podía superarlo era Yolanda Díaz. Sin sonrojarse subió a la tribuna a reivindicar, cito literalmente, el "derecho a ser feliz" dando por sentado que la felicidad puede ser un estado permanente del ser humano. Lo cierto es que tal afirmación se revela como falsa. Basta con asumir la condición humana para saber que nuestra propia
existencia genera irremediablemente momentos de tristeza, dolor y sufrimiento. Un argumento tan estúpido como reivindicar el derecho a ser guapo, alto, fuerte o ¡qué narices! ¡A ser una tortuga, un delfín o un tucán! A ver si la condición humana va a saber más que Yolanda Díaz, que la votó el pueblo.
Aunque en este mundo en el que nadie está triste, todos simulan tener vidas maravillosas en sus redes sociales y hasta algunos trastornados mentales creen que el mundo necesita su aprobación cada mañana para continuar, no es de extrañar que tal afirmación pasara desapercibida y arrancase una sonora ovación de los miembros del gobierno que hace justicia a la clase de perturbados aupados al poder que aseguran poder eliminar del ser humano las condiciones que nos desagradan.
Y es lógico que, una ministra que se ha dedicado a falsear las cifras del paro y ni con esas ha conseguido que España deje de liderar la tabla de desempleo en Europa, considere que la felicidad pueda ser un derecho. No descarto que pronto aseguren que ese supuesto derecho deba estar recogido en la Constitución. Como en Chile, que incluyeron en su nueva constitución el derecho a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Yo, por el contrario, reivindico la tristeza, la nostalgia, las lágrimas y el sufrimiento como sentimientos ineludibles del ser humano de los que no debemos avergonzarnos y, sobre todo, reivindico la estupidez, la irracionalidad, la mentira y la utopía, pues cómo si no podríamos detectar al inteligente, racional y honesto. Al final, el más cuerdo de todos fue Tamames.
Pues claro que nuestra propia "existencia genera irremediablemente momentos de tristeza, de dolor, de sufrimiento". Perdona que aproveche la ocasión para recordar, compartir: hoy, 24 de marzo, hubiera sido el "cumple" de nuestra hija Sara-Belén.
Dar un besico esta mañana a su madre ha sido mi consuelo.
"La moción de censura se está convirtiendo tristemente en una exhibición de odio, un derroche de anti democracia, una burla a la inteligencia y una demostración palpable de que los políticos, salvo muy escasas excepciones, son el gran fracaso de la Humanidad, una auténtica chusma indecente, ajena al bien común."
En este párrafo se contiene toda la sin razón del resto del comentario, de quien se dice "Sicosis", lo cual ya da muestra del esperpento y desvarío del mismo.
Sin aportar un solo dato o mínima razón que explique el sin sentido del comentario en su totalidad, baste como ejemplo el párrafo indicado, donde se dice que la moción de censura es antidemocrática cuando la CE lo permite y la entronca como un derecho de la oposición, en este caso, propuesta por VOX. Luego están las intervenciones claro, más o menos acertadas o más o menos de acuerdo con ellas, pero de ahí a tratarlas como un fracaso de la Humanidad para culpar a los políticos a todos, resulta, pues eso, sicótico, un delirio y rebuzno, porque francamente, el comentario no lo firma ni Astray, ese que se enfrentó a Unamuno...
¡Gracias por tu comentario! y totalmente de acuerdo, amiga: "Los políticos el gran fracaso de la humanidad". ¿Cómo nos íbamos a regir si no existiera la política?
Otra cosa es la demonización que se está haciendo de "la política". El desprecio por esa actividad, por esa palabra, a causa de la inmoralidad de mucha gente mediocre que en la actividad política ha buscado la satisfacción del "ego" y del bolsillo.
También se da la cobardía de quien teniendo capacidad, por comodidad, no se lanza al ruedo político. Estamos ahora viendo a la hora de formar candidaturas para las municipales, como personas valiosas, recién jubiladas, por ej., no den el paso, no se quieran comprometer para la candidatura del PSOE.
A lo de Unamuno y Millán Astray le voy a dedicar una entrada.
Te cuento una anécdota. Ocurrió hace unos años en el bar de Ventura, que se llenaba, casi todos, hinchas del Barcelona, acabado un partido en fútbol, en que, cosa rara, perdió su "Barsa" del alma.
Como consuelo le dijo un hincha a otro al salir: "La política nos está jodiendo".
Nunca he entendido qué motiva a una persona mayor, el forofismo. Por qué se es del "Barsa" o del "Madrí", no siendo madrileño o catalán. Y el colmo es que ese amor a unos colores esté por encima al interés por la cosa pública, la política.
Ese comentario quería decir que el arbitro, españolista, había pitado en contra del catalanismo. ¿Qué cosas!
Publicar un comentario