FILOMENA, CON NOSOTROS, TACAÑA

 

     Con lo bien que hubiera venido una buena nevada para esponjar el terreno. El campo ahora tiene la justa humedad. Está muy oreado por las heladas. No hay charcos. Para ver caminos cubiertos hube de ir al Raso. Les enseño las fotos. He puesto el pie antes de cada una.

    Empecemos por el río. Como ven hay dos cantos que no han roto la capa de hielo.

Un GRADO. Un momento antes había CERO. Cambió el termómetro de Dani cuando bajé a hacer la foto.

     Una majestuosa encina superviviente al "deshicidío" de los años "sesenta". Está en la lindera contra el camino del Sebo, en la parte más meridional de la dehesa, lo que entró en el lote de subasta junto al Teso Polanco. Hace unos años plantaron pinos. Menos es nada..

    Huellas de lobo sobre la nieve en dicho camino del Sebo. Lo del cánido es una pena. Con la cantidad de cadáveres, sobre todo de ovejas, y de pollos, que se producen semanalmente, y que estos pobres hayan de atacar rebaños para alimentarse. Deberían  solicitar y obtener permiso los de la Mancomunidad del Raso para, en lo más recóndito del pinar, dejarles ese tipo de alimento.

  Eso es la Senda de las Pegas, ya de vuelta al pueblo. Miren si no puede ser modelo para un buen cuadro de paisaje.

   Esa foto está hecha en la parte de la dehesa, unas 300 Has., que por ser entonces monte bajo, se libró del descuaje. Desde hace unos años pastan ahí vacas de campo. A base de que van comiendo los carrascos más pequeños y quedando los más fuertes, éstos se van convirtiendo en encinas, como vemos al fondo. Creo esa fue la forma de que la taraza autóctona se fuera convirtiendo en dehesa, a partir de la repoblación Cristiana del siglo IX, si bien entonces las encargadas del aclareo fueron las ovejas. 

   Suave bajada a Valdeconejo desde "el Sebo". Al fondo parte del pinar de La Mancomunidad.

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                                                       CASI EN EL PUEBLO.

       Esta foto la saco desde el puente de la autovía sobre la carretera de Zamora. Camiones que estrenan, después de diez o quince años, el aparcamiento invernal de emergencias. Vean, al fondo, Agrinza.

   Ésta la saco desde el otro lado, ya dentro del aparcamiento. Llevé a un camionero hasta el Atlanta. En la gasolinera del ALSA hay otro montón de camiones. Me dijo ser de La Coruña, donde había cargado madera para Almería. Esta noche la había pasado en otro aparcamiento en Astorga. La mayoría de estos camiones aquí aparcados, proceden de Galicia y Asturias para Madrid, o más abajo. También los hay del Sur hacia el Norte.

   Quiera Dios puedan llegar pronto a su destino. ¡Cuántas de éstas no le tocó pasar, en tiempos peores, al buen Cesáreo Miranda. También algunas a Jesús, los años que anduvo con él. Así que veo camiones,  con cuanto cariño le recuerdo. Era el cuñado bueno.

    ¡Hasta la próxima s.D.q.!