BANDOS.

      Pues salí a por el pan y las  magdalenas del desayuno para una semana. Nada más salir, en los Corralones, me encontré con un bando. En la panadería leí el otro. Ahí van:

BANDO

D. Félix González Ares, Alcalde del Ayuntamiento de Villalpando

HAGO SABER:

 Que, tras la declaración en nuestro país del estado de alama, las personas que tienen animales de compañía pueden pasear a sus mascotas, pero deberán hacerlo siguiendo las pautas que se indican a continuación, con la finalidad de hacer frente a la pandemia del coronavirus y garantizar el bienestar de los animales y proteger la salud de todos:

-   Se limita el paseo al tiempo indispensable para que los animales hagan sus necesidades fisiológicas.

-   Se prohíbe transportar a las mascotas en vehículos.

-   Los paseos deberán hacerse en los alrededores del domicilio y, en todo caso, sin superar la distancia de 150 metros respecto del mismo.

-   Deberá evitarse la formación de grupos con otros dueños de mascotas, manteniendo siempre la distancia de seguridad.

La infracción de estas recomendaciones podrá dar lugar a las correspondientes sanciones.

Lo que se hace público para general conocimiento y cumplimiento.

BANDO

D. Félix González Ares,

Alcalde del Ayuntamiento de Villalpando

HAGO SABER:

Que, ante la conducta incomprensible, irresponsable e insolidaria que se ha detectado en algunas personas, que, a lo largo del día, abandonan varias veces su domicilio para desplazarse a distintos lugares y por motivos diversos, una vez más nos vemos en la obligación de recordar a todos que las salidas y los movimientos fuera del domicilio se deben limitar a una sola vez al día, salvo caso muy justificado.

A partir de este momento se adoptarán medidas sancionadoras severas contra aquellas personas que, de manera reiterada, incumplan la restricción de movimientos.

Tómatelo en serio. Si no lo haces por ti, hazlo por los demás. Quédate en casa.

Lo que se hace público para general conocimiento y cumplimiento.

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     COMENTARIO: Si bien con cierto retraso, hace días que vengo criticando no respetar el confinamiento,  el Ayuntamiento va tomando las medidas que servidor ha ido sugiriendo en el blog. Si no han leído mis entradas de todo el mes, den un poco para atrás y lo verán.

      Los paseantes de perros son pocos en el pueblo, tres o cuatro. Yo he hecho alusión de quien se trajo o compró al perrito para andar todo el día por ahí con él. Desde que le eché la bronca no ha vuelto a pasar por aquí. Espero lea el bando.

      Y  los zangarrones, que además se jactaban de sus paseos, espero, si se enteran del bando, se queden en casa. Hay uno que es incorregible:  hoy ya no lo he visto por mi calle, sale de la suya, en dirección contraria, como que va al Centro de Salud, que sabe de sobra está cerrado.

      Ahora ya falta la última medida que expliqué en entrada anterior: LA DEL CIERRE DEL PUEBLO.

       Es muy probable que el Gobierne dicté esas medidas de restringir aún más el tráfico, pero no vendría mal que los Ayuntamientos rurales se las hicieran llegar como he dicho antes.

      Y a la "de pravada" de los insultos, si estos fueron como reacción a mi sugerencia de que no vengan los de Madrid, le advierto que como vengan los voy a denunciar.  Es una situación excepcional.

    ¡Gracias a quienes me han apoyado en Facebook! Mi enfado con la "de pravada" miserable (qué a gusto habrá quedado su marido sin ella) y su palmero "Cleopatro", está más que justificado.
       Que me insulten cuando lo que estoy haciendo es trabajar, preocuparme, dar la cara por la salud de todos, se merece el retratar su asqueroso careto moral, para que reciban el rechazo social. Es para eso para lo que dedico razones contra esa gentuza. Una analfabeta funcional con el atrevimiento que da la ignorancia, intenta descalificar a un señor que está en inteligencia, en cultura y en bondad a mil años luz de ella.
     ¡Cómo no cabrearme cuando los "positivos" se nos están acercando cada vez más, e insultan a quien algo aporta para detenerlos..!  
     Pero bien: reencontrada mi paz interior por la satisfacción del deber cumplido, me instalo a escuchar música.
     Reconfortado con los bandos (que son de agradecer)  y consciente de que no necesito entrar en Facebook para que se lean mis mensajes pues las visitas a esta bitácora son copiosas, no volveré a pisar en esa pocilga de las vanidades, las banalidades, las babas y las bilis. Que nadie me informe de los viajes a lejanos países ni de los chismorreos por allí aparecidos, es lo que ruego a mis próximos.