EL LIBRO.
Los
quinientos ejemplares de “VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL EN VILLALPANDO”, se
agotaron dentro del mismo año de su publicación, el 2.006.
Con el
paso del tiempo, dado que aquello es historia, no ha perdido interés para las
nuevas generaciones. Debe ser por ello que, tanto a mí como a Patricia, nos
preguntan por ese libro, para adquirirlo. Ese es el motivo por el que decidimos
reeditarlo.
Ya
metidos en harina, era necesario corregir algunos errores y aportar nuevos
datos en cuanto al editado. Y, ya de
puestos, me pareció oportuno añadirle un nuevo capítulo, en el que cuento y
comento el estallido social que se produjo en Villalpando, y en toda la “Tierra
de Campos” en el año 1.904, importantes
sucesos que no vienen en los libros de historia, ni de los que apenas existen
noticias. Por ello nos ha parecido oportuno cambiarle el título, “LA OTDRA
HISTORIA DE LA VILLA”; y la portada: una
foto de los abuelos y tres niñas vestidas de luto riguroso, que ya de por sí,
describe aquella situación, aunque fuera ya en los años de la posguerra.
Copia
un fragmento de la introducción:
LA OTRA HISTORIA DE LA VILLA.
INTRODUCCIÓN.
No
pretendo ni emular ni corregir lo escrito por
don Luis Calvo Lozano en su “Historia de la villa de Villalpando”, ni lo
transcrito de él en el libro “Parroquias, Archivos y Cofradías”. La obra de don
Luis es admirable. Denota su enorme capacidad intelectual y de trabajo en unos
tiempos, hace cien años, en que ni existían medios de comunicación, en que ni
siquiera sé si habría forma de desplazarse a León (pasó muchas horas en el
archivo de la catedral) en diligencia (no se había construido el ferrocarril
Rioseco-Palanquinos). Sé que a Simancas se trasladaba en una caballería. Estaba
lejos de inventarse esta maravillosa herramienta de la informática…
La
obra de don Luis, sobre todo su relación de libros y legajos de las ocho parroquias, es un filón de oro sin
explotar para cualquier historiador, para cualquier estudiante universitario
que desee investigar a fondo la vida en la villa, en cuántos eran y cómo
vivían, la intrahistoria, en lo social, económico, demográfico…, a partir de
los datos extraíbles de los “Libros de Tamías”, por ej.
Ahora
bien: en la obra del doctor Calvo Lozano existe un encumbramiento de lo
religioso, sobre todo en sus aspectos formales, sin profundizar en si esa
cierta teocracia se traducía en una sociedad más justa, menos calamitosa.
Esa
exaltación, continuada hasta nuestros días, de las “glorias” locales, ha
contribuido a crear errores, confusiones
sobre nuestra historia, que han dado lugar a un “chauvinismo” aldeano.
Imposible convencer a los forofos del “villalpandinismo” que ni fuimos
“Intercatia”, ni tuvimos no sé cuántos miles de habitantes, ni siquiera un
Ponce de León, un Diego de Ordax, un tratado de Villafáfila (¿para qué citar el
de Tordesillas?) que llevarnos a la boca. ¡Bueno!: nos conformamos, que no es
poco, con Diego de Torres Bollo. Pero, vamos: que no somos el ombligo del
mundo, sino una de tantas pequeñas villas
desconocidas en España así que se pasa de Valladolid.
De
los libros sacramentales, de inscripciones de bautismo y defunción; de las
relaciones (Libros de Tazmías) de los obligados a pagar el diezmo en cada
parroquia, a falta de otros censos, se puede saber…
---------------------------------------
Este
prólogo es un aviso de mi propósito: el afán pedagógico de dar a conocer lo
desconocido, de luchar por la verdad, de atender a lo sustancial. Dado que
evolucionado del patrioterismo local (quizá la exacerbación de los
nacionalismos catalán y vasco, tan anacrónicos, me vacunaran de ello), no soy
de los que se creen que lo nuestro es lo mejor, ni lo peor.
Es
útil, necesario el conocimiento histórico, sobre todo del más reciente, para
superar los errores del pasado. Lo que cuento de Villalpando es común, está
incardinado en la historia de España: “quien ve su villa, ve Sevilla”.
Todos
los males de la humanidad son consecuencia del triunfo de la maldad de los
seres humanos, sobre la bondad, Y viceversa los logros, los bienes, el
progreso.
Aunque
las cualidades, las aptitudes humanas vienen determinadas, en gran parte, por
la herencia genética, la educación juega también un papel muy importante. De
ahí que en este pequeño rincón del mundo, en esta pequeñísima área de
influencia, este pequeño cronista, intente aportar su granito de trigo: “un grano no hace granero, pero ayuda a su
compañero”
Mañana,
s. D. q., creo por la tarde, llegarán los libros y unos pocos carteles que
pegaremos por ahí.
Aunque
solo sea por escuchar a alguien tan sencillo, docto y humano como Ángel
Infestas, bien merece asistir a la presentación en la Biblioteca, el jueves
próximo, día 19, de, “hoy en una semana”, como decimos en este pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario