DE URBANISMO Y HOSTELERÍA

El Ayuntamiento, después de haber actualizado el Castrato de Urbana, a efectos del Impuesto de Bienes Inmuebles, IBI, (la Contribución), anuncia una bajada importante del mismo, ahora que se ha puesto al día tanto solar y edificios como había de Contribución antigua.

También anuncia que congelará las tasas, agua, basura, depuradora, guardería,…, a pesar de que son deficitarias.

Si por mi fuera, en la línea de lo que vengo diciendo desde hace muchos años, esta bajada del IBI no la aplicaría a las fincas desocupadas, sino incluso lo aumentaría, fijando el valor catastral, en lo que piden cuando las ponen a la venta.

Si eso se hubiera hecho hace bastantes años, bastantes familias más vivirían en el pueblo, y a los que pedían cuarenta millones, por ej., por la casa del jardín en el “Reguero”, les hubieran hecho el favor de rebajar, la pedidura, hasta el límite de lo asequible y razonable, con lo cual la hubieran vendido, tendrían las perras, y no gastos.

Aquello del boom inmobiliario fue una locura que, todavía en las ciudades, podía entenderse. Se llegaron a pagar precios tan altos que eran inasumibles para las economías familiares. De ahí tanta ejecución de hipotecas como se está produciendo y tanto ladrillo, activos tóxicos, en poder los bancos, de ahí la crisis bancaria. Lo del pinchazo del famoso globo.

En cambio aquí lo que ocurrió fue que como realmente quienes pretendían comprar casas de pueblo o solares, no lo hacían por necesidad, (salvo dos excepciones que porque lo tenían, pagaron gusto y gana) los pedidores se quedaban con la pedidura. Se construyeron pisos que, más o menos, eran asequibles.

Lo que no se hizo por vía impositiva de impuestos, lo están haciendo ya, con retraso, las leyes del mercado. Por ej.: herederos de casonas que, cuantos más años pasan, más gastos les proporcionan, hasta que deciden vender por lo que les paguen, si llega un comprador.

Así ha ocurrido con las casas del “Comercio Grande”, como ya he explicado.

Ayer supe que el dueño del bar “Tercer Nivel” ha comprado el bajo de la casa de los Caramazana, en la Plaza Mayor, donde últimamente estuvo el taller de confección, con la intención de trasladar allí el negocio de su hijo.

Por ese motivo me autorizan, me piden divulgue la noticia de que VENDEN toda esa finca, 350 metros cuadrados en total. 110 en el Bar, Calle Miraflores, 240 por detrás, a la calle Progreso, y que lo dan “barato”. Que lo venden todo junto o en porciones, que vale para viviendas. No me han hablado de precios, ni sé a cómo han comprado, ni quise me lo dijeran. Supongo que lo que se pueda entender por barato que es ajustarse a la ley de la mucha oferta y de la poquísima demanda.

Claro que a lo mejor si los vendedores bajan el pistón algunos emigrantes se animan a comprar, como está ocurriendo, casitas curiosas, para entrar a vivir, por 30.000 euros. Sé de un piso majo vendido en 24.000 euros.

Como pueden entender no es otra mi motivación que buscar el bien común y del pueblo.