Con él se va una parte importante de la vida en este pueblo desde, aunque recién había cumplido los 77, hace más sesenta años, pues bien crío comenzó detrás de un mostrador.
Aunque me fastidia dar la nota, mi sensibilidad por la tristeza de la marcha de alguien tan querido hacen que no pueda contener el llanto. Entre la familia Burgos Vega y los Modroño Chimeno, ahora Modroño Alonso, existen unos viejísimos vínculos afectivos. Conservo las cartas que mi tío, Gil-Agapito, le escribió desde el frente a su novia Carmen Vega, la segunda madre de Antonio y sus hermanos, la que le guardó luto y ya no se quiso casar. Para octubre, después de las vendimias, de aquel fatídico "treinta y seis" tenían fijada la fecha de la boda,
Sí, la señora Conce, su madre y parte de sus hijos, desde la modesta confitería "La Concepción", local en renta en la plaza, y la taberna de Monsifú, a base de emprendimiento y trabajo consiguieron su patrimonio, contribuyeron, en el negocio hostelero, a darle vida al pueblo: Bar Burgos, Ideal, Confitería la Concepción, La Polanco..; distribución de butano...
Antonio, en los últimos años, formaba parte del paisaje de la Plaza Mayor, de las Angustias; en el Burgos, a la puerta de la tienda Toño...; era tan de Villalpando como la Queda.
Saben Carmina y sus hijos como los quiero a todos.
El funeral se celebrará a las cinco de esta tarde en San Nicolás. Regreso al tanatorio para estar todo el rato allí con ellos.
3 comentarios:
Muchas gracias Agapito, agradecemos mucho tus palabras
¡Muchas gracias amigo por no tener miedo a aparecer en este blog tan leído, pero qye, dada la hipocresía local, "nadie lee".
De todos los modos, tú sabes de sobra, como he sentido la muerte de vuestro familiar. Formaba parte del paisaje urbano de Villalpando. Ayer, por ej., me emocionó ver unas lágrimas en el habitual compañero de tertulia en la plaza cuyo nombre, aunque es persona inteligente y con la que me encantaba hablar, por prudencia, omito.
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