Es noticia en cualquier medio: que, como casi siempre, por el "Cristo de Villanueva", los vientos ábregos nos traen las borracas atlánticas. Hasta leo en la Opinión la amenaza de un huracán. Mucho tendría que llover para que pasara la labor del arado, para que corriera el agua por los regatos, para que se llenaran las lagunas..; cómo disfrutaria Antonio Burgos; las tierras, el campo, las lecturas, eran la ilusión de su vida. Sigo apenado por su fallecimiento.
----------------------------
¡De pena!: La sanidad:Llevo cuatro días intentando consulta médica. El rollo de la voz telefónica enlatada, cuando al fin contesta un humano, ¡le llamará! Nada. Menos mal que no es nada urgente. Las urgencias parece que sí las atienden.
Correos: dos cartas, un aviso de certificado, una carta del Sacyl citando a consulta médica, han dejado en mi buzón sin ser ni una para mí, ni mi familia. Se las di a los destinatarios. La del Sacyl, hube de averiguar la destinataria. No era cosa de devolverla a correos y mientras le llegaba de nuevo perdiera la cita de la consulta la persona llamada.
La vida económica: Jubilado en ganadería, industria o comercio que se jubila, actividad que se cierra, o sin jubilarse. Les cito algunos de los establecimientos cerrados recientemente o en los últimos meses: Cafetería "Aboleo"; Avenida, Taller de Ciriaco, tienda de Antonio Mazariegos (Juanito sigue resistiendo); albañiles, un montón...
Patrimonio artístico: absurdas pegas a quien quiere construir pero la Puerta Villa sigue deteriorándose, ¿ y San Pedro..?
Ganadería: Ya lo decía el CPO, "cada día menos ovejas". Hace unas semanas las han vendido "Pasca" y Mateo, los de Quintanilla, a 105 euros cabeza; pero no para el matadero, sino para una nueva explotación de ovino abierta en Milles de la Polvorosa por una familia de marroquíes. Buscaron nave por aquí, pero les pedía "montes y morenas". Pasa como con las casas: "antes de regalarla, que se caiga".
Ayer, en el tanatorio, se me acercó un amigo: -"Te he leído en La Mar de Campos, lo de Sociedad de Cebones. ¡Qué razón tienes!". Como cuando apunto medidas para intentar evitar la muerte de los pueblos, poniendo viviendas a disposición de quien desee ocuparlas. Otro se puso a decir, sin saber, que no hay trabajo en los pueblos.
-Anda, llama a cualquier establecimiento hostelero, a los albañiles, incluso a bastantes ganaderos y verás como todos están necesitando trabajadores. Otra cosa es que con las ayudas estatales se esté favoreciendo la vagancia, que a bastantes jóvenes no les guste vivir en los pueblos.
Lo que cuento de San Martín es un ejemplo: propietarios, con sentido común y social, que han vendido según la ley de la oferta y la demanda. Y si se incentivara, vía IBI las ventas y los arrendamientos, más gente vendría. Me lo confirma la señora de un matrimonio, con hijos, que se han venido de Madrid:
-Buscamos casa en Villalpando, como pedían el oro y el moro, por menos de la mitad de precio hemos comprado una en Villamayor, y ahí vivimos. Mi marido es albañil. No le falta el trabajo. En Villamayor ya no quedan casas puesta en venta, después de la pandemia, a precio asequibles, se han vendido todas
Disyuntiva: Ahora cuando llueva y vuelvan a reverdecer, rastrojos, cunetas, linderones; se corra alguna liebre, se baje alguna perdiz, (incluso corzos, aparte de la plaga de los conejos, ya andan por aquí; uno he visto muerto en la cuneta de la carretera de Villamayor); ahora cuando llueva y los tractorazos empiecen a preñar las besanas, y si vuelve a llover lo suficiente en el año agrícola, y las bañerotas se vuelvan a llenar de granos, con escasez mundial; cuando en primavera "ondeen las mieses sobre el mar de esta inmensa llanura", ¿preferiremos ver esos campos, los mismos que sudaron nuestros antepasados, llenos de panes o de placas solares?
Me temo que el Ayuntamiento que tenemos, quien tiene la última palabra (lean tres entradas anteriores), no es capaz de discernir en esta disyuntiva de la que depende el futuro del pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario