sábado, 11 de septiembre de 2021

VEINTE AÑOS.

        Aunque estén hartos de escucharlo en todos los medios me sumo al recuerdo del horror de los terroríficos atentados contra el Capìtolio y de las Torres Gemelas en USA, para asociarlo a unos recuerdos íntimos.

       Aquel día mi esposa y servidor, lo pasamos en el Hospital Central de la Cruz Roja, en Madrid, donde Belén estaba como MIR. A su madre le hicieron una pequeña intervención, preventiva, en la tripa. A mí me quitaron una bolsa de pus en el codo.

      De regreso en el pueblo, supimos del fallecimiento de mi amigo Ángel Mazariegos Alonso, "Angelito el de Marcos", el padre de Soraya, Estela y Alicia. Tenía 61 años. Lo había visto, ya sedado, dos o tres días antes en el hospital. Ahora aprovecho para recordarlo con mucho cariño.

       No sé si es bueno tener tan buena memoria. El recordar el pasado con tanta nitidez, con tanta cercanía, como si hubiera sido ayer, ("que veinte años no es nada", Gardel dixit) me hace pensar demasiado en la fugacidad del tiempo.

     ¡Bueno!: es cuestión de vivir cada día, intentando la estoica serenidad. La distracción con tantas actividades bonitas como me traigo entre manos. Hoy se me está dando fenomenal la venta de melones, pimientos, tomates. El libro de Josep Pérez, sobre Las Comunidades de Castilla es una gozada. Pues que pueda irles contando todas estas cosas. Ahora voy a seguir con lo de la luz.

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