lunes, 14 de junio de 2021

 


            INSISTO EN EL PROBLEMA DE LA DESPOBLACIÓN Y LA VIVIENDA.

          Hace tres días me encontré con un amigo de Prado. Me da, como noticia que dos parejas nuevas se han o se van a asentar en el pueblo, y que alguna más vendría si no pidieran tanto por las casas habitables, que no tardarán mucho en dejar de serlo.

          La verdad es que eso de pedir mucho, en estas aldeas al borde del abandono, no es lo normal. Y ni aún así, dada la inexistente demanda,  no se venden. Por 12.000 euros se puede comprar una casa muy decente, con amplio corral, en pueblo cercano.

          En Fuentesecas, el pueblo de Pablo Morillo, me cuenta su alcalde que los familiares del antiguo médico del pueblo, le han regalado buena vivienda a una familia de tres niños, por supuesto que como residencia fija.

          En pueblo un poco mayores, donde pedían 60.000 euros por casas aceptables, a medida que van pasando los años con el cartel de SE VENDE, van bajando el pistón. Así en Cañizo, una, esquina a la carretera, con cartel bien grande y visible, según se viene de Zamora, la han dado por poco más de la tercera parte de esa cantidad.

          Aquí, en Villalpando, por una que hace quince años pedían  240.000 euros, la han dado, al final, en sobre 30.000, y gracias.

          Como mi ideología liberal social, tiene más de lo segundo que de lo primero, respetando la propiedad privada, opino que ésta no es un dios, y que debe cumplir una función social, de justicia, de sentido común. Que, en el conjunto del país, existan millones de viviendas desocupadas, muchas en poder de especuladores inmobiliarios, de fondos buitre, mientras que existan muchas parejas que no pueden pagar precios ni alquileres tan altos, es injusto.

          Aún así, todavía en las ciudades tiene cierta explicación, pero en estos pueblos, donde cada vez somos menos, el no ajustarse a la ley de la oferta y la demanda, está contribuyendo a que aumente la despoblación, con lo cual esas casas por las que tanto piden, nunca se van a vender.

 No se enfaden conmigo.  Parece que unos herederos (que no van a volver a pisar por el pueblo) de casona cerrada irá para diez años, puesta a la venta, están desatentos conmigo por esta causa. Dado mi cariño por esa familia, por los tíos, otra explicación no encuentro. No hago más que constatar una situación. Eso es así lo diga o no lo diga yo.

Y miren, aparte de que en la Ley de Vivienda que lleva meses intentando elaborar el gobierno, contempla ese incremento del IBI para las viviendas desocupadas, y que no acaba de parir, existe normativa que faculta a los Ayuntamientos a aplicar ese incremento. Les copio un fragmento de esa ley.

 Real Decreto-ley 21/2018, de 14 de diciembre. La nueva redacción que a la misma dispensa es la que sigue: “Tratándose de inmuebles de uso residencial que se encuentren desocupados con carácter permanente, LOS AYUNTAMIENTOS PODRÁN EXIGIR UN RECARGO DE HASTA EL 50 POR CIENTO DE LA CUOTA LÍQUIDA DEL IMPUESTO. Dentro de este límite, los ayuntamientos podrán determinar mediante ordenanza fiscal un único recargo o varios en función de la duración del período de desocupación del inmueble. El recargo, que se exigirá a los sujetos pasivos de este tributo, se devengará el 31 de diciembre y se liquidará anualmente por los ayuntamientos, una vez constatada la desocupación del inmueble en tal fecha, juntamente con el acto administrativo por el que esta se declare.

          Si este Ayuntamiento  quien, en teoría, es de mayoría progresista (me resisto en calificar a Ciudadanos, aunque hayan estado en Colón, de derechas; yo, por ej., nada tengo que ver con VOX ni con el PP, y creo que igual los tres concejales de aquí) tuviera  amor al pueblo y valentía, aplicaría esa Ley, con la cual haría mucho favor al pueblo e, incluso, a los propietarios de las viviendas invendibles por esos precios.

    Otra opción en las aldeas al borde del abandono total, las de menos de 50 habitantes, con inexistencia total de demanda habitacional, ería eximir del pago del IBI a los propietarios que, sin perder la propiedad de sus casas, (entendible por la cosa afectiva) las ofrecieran para ser habitadas por posibles repobladores.  También la Administración Regional o el Estado podría aceptar en donación aquellas cuyos propietarios están dispuestos a regalarlas, que los hay de las más precarias..

          Aclaro que la ley considera inmueble desocupado el que lleve, al menos dos años, sin ocupación alguna.

          Las segundas residencias de los emigrantes, lo repito, esas, ni tocarlas. Son sagradas. Si son, aunque sea a temporadas, quienes revitalizan a la villa.



2 comentarios:

Ángel Hernansanz Herguedas dijo...

La idea parece buena, pero que no se deba aplicar a quien viene un mes a pasar el verano, no tiene mucho sentido social.
Dar privilegios a quien va a pasar un mes al año en ella es discriminatorio.
O todas o ninguna.

Administrador dijo...


Primero: gracias por enviar tu comentario.
Segundo: El no gravar el IBI de quienes pasan un mes en el verano no es privilegio alguno. Es pura justicia. Estos paisanos han revitalizado, revitalizan la economía del pueblo. Sus casas son, o nuevas, o reparadas, han hecho importantes inversiones en ello. Sus estancias en el pueblo, bastantes casi todos los fines de semana, ayudan mucho a la economía local.
Si con todas las cerradas permanentemente ya hay corte, ya hay donde aplicar ese gravamen que influyera en su venta, arrendamiento o donación. En estas aldeas, veríamos a ver, si acudía gente a ocupar esas viviendas, aunque se las dieran gratis. De todos los modos, el disponer de vivienda gratuita sería el mejor incentivo para repoblar.