martes, 30 de abril de 2019
DE AQUELLOS POLVOS, VIENEN ESTOS LODOS.
Cuando, allá por 1998, en época de vacas gordas, servidor empezó a luchar contra la corrupción pepera local y provincial, a este asunto se le daba muy poca importancia. Recuerdo la guasa de un flamante promotor inmobiliario local, ahora candidato pepero, quien fuera, del pueblo, a la sombra de los concejales de urbanismo hacía buenos negocios: -"Tú, sí, como don Quijote, vas a arreglar el mundo".
En repetidas ocasiones siempre hube de responder: -"La corrupción acabará por pasarnos factura en lo económico y social". Y ponía el ejemplo de la Argentina, un país con enormes recursos naturales y una economía en bancarrota, acordémonos del corralito, por ej., por culpa de la corrupción. Si hasta los guardias de tráfico cobraban mordidas en lugar de sancionar las infracciones.
¡Pobre de mí!: por aquel entonces hasta existían connivencias entre el poder ejecutivo y el judicial, lo que libró al PP del "Caso Zamora" y del "casito Villalpando", y la bola fue creciendo, creciendo. El núcleo del cáncer estaba en Madrid, con ramificaciones importantes a Valencia. La metástasis se fue extendiendo por toda España. Afectó, sobre todo a las Cajas de Ahorro. En esto los catalanes no eran independentistas. Tampoco el PSOE, quien ya venía de la enorme corrupción de la época de F.G., estaba libre. Recordemos los ERES.
Y consecuencia de aquel desmadre fue la crisis de 2.008: paro, pobreza, recortes salariales, desahucios, rescates bancarios; al borde de la quiebra estuvimos. Es verdad que Rajoy enmendó bastante la situación, pero empezaron a estallarle los Bárcenas, Granados, Zaplanas, "Bigotes", Gürteles, Púnicas, etc. Y, ya lo ven: condenas por el caso "Gürtel", moción de censura y Rajoy a la calle.
Admitiendo que en el PP la mayoría de los alcaldes, sobre todo los rurales, están limpios (cito a Arturo, Febrero, Barrero, Vidal, Peláez, los de Rioseco, tanto Artemio como David) no por ello dejaban de existir caciques comarcales, aprovechados mantenedores del entramado caciquil: Villasante, Lorenzo, Allende, Isidro..., y otros más en pequeños municipios, cuyos nombres no recuerdo que salen cada poco en la prensa.
Ahora todos los tertulianos no paran de analizar las causas de la debacle electoral del PP: que si Pablo Casado se derechizó más de la cuenta; que, si ante el miedo a VOX los llamados de izquierdas, se han movilizado a favor de Sánchez; que si, que si... Mala memoria: El PP ha pasado de los 186 Diputados en 2.011, a los 123 de 2.015 y a los 66 de ahora, 2019, por culpa de la corrupción, cuando los jueces han comenzado a ser imparciales. ¡Qué remedio!, ante la avalancha de casos que cada poco destapaba la prensa, ante tanta evidencia...
Sí, esas connivencias entre el ejecutivo y ciertos jueces, con un C.G.P.J. mediatizado al ser propuestos sus miembros por los partidos, tapando los primeros casos, esa cierta impunidad, fue la causa de que la gangrena se extendiese por doquier.
Muy triste lo de Antolín Martín, quien intentó regenerar al PP zamorano. Se lo cargaron de mala manera. Él, con todas las pruebas en la mano, pues sucedió a Luis Cid en la presidencia de la Diputación, denunció las irregularidades. Antes de llevar papeles a los Juzgados, consultó con el entonces tesorero nacional y hombre fuerte del PP, Ángel Sanchís, si no habría presiones sobre los jueces. Le engañó. Ésto lo sé de primera mano.
Yo conocía, y tengo pruebas, de irregularidades en una residencia de ancianos. Si algún día encuentro el amparo de algún juez, (no para denunciarlo, sino para que se sepa) lo podré contar con detalle. Llevé esas pruebas a Víctor Gallego. En principio Carmen Luis me atendió bien, pero, al final siguieron tapando a quien, sin importarles los métodos, ganaba elecciones municipales.
Los métodos: además de la dádiva, la coacción, el miedo a un personaje con su zarpa en todas las instituciones del pueblo, incluido el cura, empleaba otro sistema mucho más directo. Como puede exista gente más joven que no lo recuerde, o que le parezca imposible, lo cuento a continuación.
En las elecciones del 2.003, al igual que venían haciendo desde las del 1987, en esta ocasión, cuarenta y siete ancianos de la residencia, "solicitaron" y "votaron" por correo.
La Ley Electoral, Arts. 72 y 73, es muy exigente con todo el proceso: obligatoriamente ha de ser cada elector, personado en oficina de correos, quien ha de rellenar, de su puño y letra, la solicitud, quien ha de recibir el certificado, escoger, de entre un montón, la papeleta al Congreso, poner las cruces en la del Senado, meterlas en el sobre correspondiente y los sobres, con el certificado, en otro sobre más grande depositarlo personalmente en correos. ¡Pobre Rufina!, por ej., ¡como para esos trotes estaba ella!
Dice ese Art. 72, apartado c): "En caso de enfermedad o incapacidad que impida la formulación personal de la solicitud, cuya existencia deberá acreditarse por medio de certificado médico oficial, aquella podrá ser efectuada, en nombre del elector por otra persona autorizada notarialmente, mediante documento que se extenderá individualmente en relación con cada elector, y sin que en el mismo puedan incluirse a varios electores, ni una misma persona represente a más de un elector"
Pues miren como se cumplía esa Ley en la residencia de "cuyo nombre no quiero acordarme": ni certificado médico oficial, ni autorización notarial, ni rellenada personalmente, ni siquiera firmada; huella dactilar, por quienes en su día sabían firmar.Ni siquiera la petición de esos ancianos de votar así.
Una misma monja, así que se abría el plazo, ayudada por otra persona, iba llevando a los ancianos a la próxima oficina de correos. Una misma monja "representaba" a los 47. Los metían, a la mayoría en silla de ruedas, ponían el dedo y pa casa. Así con 47 ancianos, todos los dactilares, sin capacidad cognitiva, volitiva ni intelectual. CUARENTA Y SIETE SOLICITUDES rellenadas, con impecables y muy legibles letras mayúsculas, por la misma monja.
A continuación les muestro copias de tres de las cuarenta y pico solicitudes que obran en mi poder.
Las dos primeras corresponden a dos señoras del lugar, quienes, antes de acometerles la senectud, eran inteligentes y perfectamente letradas. Pues ya ven: la huella dactilar. La segunda de ellas, en aquel momento, era un vegetal. Le cogieron el dedo para el tampón y la papela. También al señor de la última. Este padecía absoluta demencia senil. Si pinchan en las copias lo verán con letras más grandes. Miren qué forma de ganar elecciones el PP en uno de sus feudos tradicionales. ¿Se extrañan de la debacle? Menos mal que la mayoría de españoles rechazamos la corrupción.
(Continuará)
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