YA HABLA EL NIÑO.
Una de
las anécdotas que circulaban entre los maestros de la guasa y el salero local,
es lo ocurrido con “Chelín el Maragato”.
Vivía con
su madre, no sé si ya prematuramente viuda, en una casona posada, muy antigua,
con portón en arco y fachada de ladrillo mudéjar en la Plaza de las Angustias,
derribada, para sobre cuyo solar levantar una nueva por Maruja Gil, la de
Isaac.
Por aquel
entonces, su madre, “La Maragata” (una de las cinco o seis familias oriundas de la
comarca leonesa escenario de la gran novela de Concha Espina),
tenía tienda de ultramarinos, sogas, tornaderas, bieldos, purrideras, trallas, varas de
fresno, etc.
“Chelín”
pronto destacó como niño inquieto, listo, espabilado, (hoy el sicopedagogo del
colegio le hubiera diagnosticado un “síndrome de hiperactividad compulsiva” que hubiera requerido una “adaptación
curricular”, y tener a tres maestros especialistas, y otros, alrededor de él)
sobre todo, así que aprendió a andar, para meter mano en la caja de las
galletas. Todo lo entendía, pero no hablaba. Sólo emitía gruñidos y señas.
Cada
cierto tiempo, en bicicleta, llegaba un viajante quien le daba una chuchería
(sería un caramelo, confite o peladilla, otros chuches no existían) al crío,
con el que se encariñó. Le empezó a preocupar que pasaran los meses y “Chelín”
no aprendiera a hablar.
Un buen
día, debió ser vísperas de la feria, la madre alborozada, así que vio aparecer al viajante, le dijo: -¡Qué ya habla el niño, qué sabe llamarme!
Lo cogió
en brazos y le dijo: ¡Anda, anda!, dile a
este señor cómo me llamo.
Chelín,
muy pancho, respondió: ¡Tía puta! Esa
fue su primera hazaña. El niño prometía, con la edad no defraudó.
En el
pleno celebrado el pasado día seis, en ruegos y preguntas, las concejalas del
PSOE, realizaron unas cuantas: Rosana criticó que el seguro de las fiestas de
San Roque no cubrió el importe del traslado en ambulancia del chico de
Revellinos, desde Valladolid a Madrid, donde reside su familia. Mientras que la
póliza con Maphre, que los siete habían propuesto, si lo hubiera cubierto.
Natalia,
siempre la más justamente combativa, preguntó por qué no se había respondido al
escrito por ella presentado en el mes de julio, en el que preguntaba, cuánto iba a ser el gasto total de todas las
fiestas, ( a día de hoy, hechos todos los gastos, siguen sin informar de tal
extremo); quién iba a gestionar el desarrollo de los festejos, (a esto fue a lo
único que contestó el regidor: que Diosdado Manrique. ¿Alguien lo vio por la
plaza?) y más cosas que ya no recuerdo.
También
preguntó Rosana, dado que Laura sigue siendo la representante del Ayuntamiento
en los Consejos de Dirección del Instituto, del Colegio, de la guardería, ¿por
qué no se la convocó a la reunión de esta última?
Ante la
insistencia de los opositores al derecho que tienen a ser informados, incluso a
tomar parte en las decisiones, se oyó hablar, por primera vez en dos años y
medio, (“el niño ya habla”) al recién ascendido “teniente alcalde”: -¡Pues si no estáis de acuerdo, lo
denunciáis!
Eso: aquí
nosotros los putos amos, actitud típica de la derecha rancia, aunque sea un
obrero: “lo denunciáis”. ¿No es más democrático, mejor el juego de las
mayorías?
“Lo
denuncias”: ¿dónde, ante quién? ¿ante el organismo supramunicipal dominado por
el PP?
Por ejemplo:
en la consulta hecha por Laura y Chema a la Subdelegación del Gobierno
sobre la decisión del Secretario de inadmitir la moción de censura, responden
con contradicciones; que los ayuntamientos son autónomos, y a continuación que
la Administración General del Estado, ellos, según el art. 63.1 a) de L.B.R.L
están facultados para impugnar acuerdos de las corporaciones locales que no
sean conformes a ley.
Luego dicen:
que al Secretario del Ayuntamiento le “corresponden
las funciones de asesoramiento jurídico de la Corporación, y que por tanto es a
éste a quien corresponde la interpretación del Art. 197 de la L.O.R.E, al caso
concreto de la moción, sin que esta
Subdelegación pueda entrar a valorar la misma, ni el acuerdo de inadmitir a
trámite la moción de censura.
Ni sí, ni no, sino todo lo
contrario. Se lavan las manos. No se meten a juzgar el caso. No se estudian la
LORE. No ven que en esa ley se dice que “los
alcaldes podrán ser sometidos a moción de censura”. Según la interpretación
del Secretario, imposible.
No leen
en el punto primero de ese artículo, la obligación que tiene el Secretario de,
nada más recibir el escrito de la moción, extender diligencia y convocar al pleno. Ahí, en ese pleno, es donde el secretario
habría de prestar el “asesoramiento jurídico a la Corporación”, y rechazar la moción si no se
ajustaba a ley.
Les
transcribo el último párrafo del escrito de la Subdelegación contestando a
Laura y "Jose".
“No obstante lo anterior, el citado art. 63
de la Ley de Bases de Régimen Local, en su apartado b), legitima a los miembros
de una corporación municipal que hubieran votado en contra de un acuerdo a
acudir a la vía jurisdiccional contenciosa-administrativa para impugnar dicho
acuerdo”-
O sea: está diciendo, insistiendo en la celebración de pleno,
cuando el Secretario, impidió el tal. Pero, ¿cómo iban a votar en contra del
acuerdo si no hubo pleno? Están
reconociendo que el Secretario incurrió en una presunta ilegalidad, pero no se
mojan y los remiten al Juzgado de lo Contencioso, cuando creemos no es ese el
tribunal “ad hoc” para todas las tropelías de aquí.
“Lo denunciáis”: ¿cuál, la suspensión
del pleno extraordinario del 14 de junio cuando lo tratado excedía del 10% del
presupuesto?, ¿Que el alcalde haya contratado, comprado, vendido, pagado por
valor de más de 100.000 euros sin contar con nadie..?
Y si en
los próximos días, las tres chicas suben al Ayuntamiento a informarse de todo y
no les dan la información, ¿lo denuncian?
Y si no
contestan al escrito de la dueña de un
solar en Berrabueyes, cuya cerca fue cortada y lo ha invadido el Ayuntamiento
por la brava para hacer calle, sin trámite administrativo alguno, ¿lo
denuncian?
¿Denuncia
también el dueño de una parcela invadida por la ocupación del camino por las
basuras del vertedero sellado, que se le
devuelva la propiedad invadida, unos quinientos metros cuadrados? ¿Denuncia que
ni se le haya contestado al escrito presentado hace casi dos años, pidiendo esa
reposición o toma por su cuenta lo que es suyo, aunque quede cortado el camino?
¡Pues
hombre!: no sé qué se podrá hacer si siguen en esta texitura. “Chelín” no tenía
razón, pero a lo mejor el exmudito de ahora sí que la tiene, pues los casos son
de “Juzgado de Guardía”.
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