jueves, 4 de mayo de 2017
PAQUITA CEPEDAL, IN MEMORIAM.
Ayer, en un majestuoso atardecer de mayo, dejamos su cuerpo en el dormitorio de los cipreses. Durante las oraciones fúnebres, frente a la capilla, contemplaba al más señero de todos, el que está a su derecha, tan "enhiesto surtidor de sombra y sueño", y, en aquella solemnidad de tanto dolor, lo veía como una "flecha de fe, saeta de esperanza".
Paqui era la esposa de Poli Féliz y la madre de Luis y Alberto, que los deja tan dolientes. Se ha ido pronto, tras larga enfermedad que ha soportado con ánimo y con esperanza.
Que son familia muy querida se vio ayer en el entierro. La iglesia de las monjas se quedó muy pequeña. Había más gente fuera que dentro, y la comitiva fúnebre, salvo las cada vez menos excepciones de irrespetuosos charlatanes, era numerosa y sincera. Estábamos allí casi todo el pueblo, más los de fuera.
Deseo que eso les sirva para algo de consuelo. Y, como ella era Cristiana, mantengamos la esperanza de que "el pastor soberano, el de, desde el fondo de la noche de los infinitos ojos centelleantes, la haya admitido en su rebaño".
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