martes, 7 de marzo de 2017
REFLEXIONES SOCIALES (II)
La irrupción en "Feisbuk" (deseo castellanizar el anglicismo) de las calumnias y descalificaciones a mi persona, interrumpieron las reflexiones sociales. Esas actuaciones que he criticado, de las que he informado, me reafirman aún más en la necesidad de que se imponga la honradez. Las sociedades serán cuanto más perfectas a medida que los sean los individuos que las forman.
A Macias Picavea, cuando, al conocer la idiosincrasia de los pueblos de Castilla, el individualismo, hipocresía, mediocridad, zorrería de sus gentes, le invadió el pesimismo de que la mejora social partiera de abajo a arriba, le invadió la tentación de que surgieran líderes autoritarios, rectos, bondadosos, paternales que pusieran remedio a ese estado de cosas.
Recuerdo que en los años de la dictadura, allá por los sesenta, cuando el desarrollo y el pleno empleo, cuando se transformó el país, cuando la gente iba olvidando las heridas de la guerra, cuando se creó la seguridad social, los hospitales y las pensiones, ante la conformidad de la mayoría de la población, era muy común justificar la dictadura porque los españoles, por nuestra forma de ser, no éramos capaces de vivir en democracia.
Un día en el bar del cine, en la transición, cuando la tele ya empezaba a hablar de la formación de partidos políticos, le oí a un obrero que trabajaba él y su mujer, y, como la mayoría, había mejorado su calidad de vida, la siguiente frase: -"Sí: los partidos políticos, pa echarnos reñir a los unos contra los otros como cuando la guerra" . Luego resultó ser muy socialista.
Si estaría arraigada esa opinión que dio lugar a que el grupo musical "Jarcha", en el 76, saliera con esa canción que fue el himno de la transición: "Libertad, libertad, sin ira, liberta. Guardia tu miedo y tu ira porque hay libertad, y si no la hay sin duda la habrá".
Leyendo los editoriales del grupo "Tácito" en el "YA", me convencí que era imprescindible, que no quedaba otra opción, a la muerte de Franco, que la transición democrática; de que ni continuismo, ni ruptura.
No obstante me preocupaban los retos que la democracia tenía por delante: los separatismos catalán, entonces, con Tarradellas, adormecido, y el vasco, en plena efervescencia; el terror de ETA; el deseo de revanchismo que observaba asomar en ciertos izquierdistas rabiosos e históricos (al poco Felipe los domesticó a todos); los inmovilistas como Girón y Blas Piñar, la masacre del despacho de Abogados laboralistas. Me preocupaba la crisis económica del 73 propiciada por la brutal subida de los precios del petróleo, a causa de la guerra de Ihon Kipur... Pero entonces, dada mi juventud e idealismo no pensaba en el cáncer que podía corroer la democracia: las tendencias negativas, los vicios, las imperfecciones, la maldad de muchos, por desgracia, seres humanos, que traería consigo la profesionalización de la política, el ansia de medro en ello, el enriquecimiento ilícito, la corrupción. También el fanatismo que lleva al voto a piñón fijo. Aquella frase de cuando la enorme corrupción de la época de Felipe González. -"Como son los míos, si roban me da igual" . Después, todavía bastantes de derechas con el PP, si no lo dicen, lo piensan y votan. Cierto que lo de "todos son iguales" , más el miedo a Podemos, justifica esa actitud.
Esta necesidad que tiene la democracia de que todos seamos más virtuosos, se palpa en la vida, en el gobierno de los pueblos. Cuando no existía la pelea por el mando del que se empezó a obtener beneficio, los bajos instintos estaban adormecidos. La convivencia en el pueblo era mucho más pacífica. Incluso, como no cobraban, nadie se mataba por ser alcalde, sobre todo desde que yo recuerde. No niego que entre el grupo de los que podían mandar existieron piques, rivalidades y enemistades.
Me remonto a los tiempos de Emiliano Suena, al que me unió una buena amistad. El pueblo era una balsa de aceite. A partir de él, cada vez resultaba más difícil encontrar en Zamora, quién quisiera ser alcalde. Lo fueron don Millán, pobre, y Aquilino, porque eran funcionarios, y medio a la fuerza. Cualquiera de los tres citados fue mucho más competente y, sobre todo honrado, que la y él “democráticos”. Lo pongo entre comillas porque la forma de obtener votos, a partir de la tercera legislatura, de Carmen Allende era más que dudosa. Y el de ahora, bien poco respaldo democrático tiene en el pueblo, la tercera parte del censo. ¿Quieres a Ruperta por esposa? Al no haber otra cosa.
La democracia y el respeto a los derechos humanos son la mejor forma de organizarse las sociedades, si bien para que estas no se vayan al garete en perjuicio de todos (vean los estragos que ha causado la corrupción política) es imprescindible que todos seamos más virtuosos, (honradez, sinceridad, incluso compromiso, mojarse cada uno lo que pueda, aunque sé que eso, en el pueblo, es pedirle peras al olmo)
Pertenezco a la generación de los que entonces jóvenes, ( Adolfo Suárez, Marcelino Oreja, Landelino Lavilla, Martín Villa, Felipe González, Alfonso Guerra,,,) junto a otros mayores, (el principal, Torcuato Fernández Miranda, Gutiérrez Mellado, Fraga, sí también Fraga, Tarancón, Santiago Carrillo…) en las postrimerías del franquismo trajeron la democracia. La saludé con alegría. Estuve en todas las mesas electorales de la época. Milité en UCD, después en AP (del PP me expulsaron, un honor, cuando empecé a luchar contra su corrupción en este pueblo). Dentro de mis posibilidades siempre he tenido inquietud por lo político, lo económico, lo social. Salí elegido concejal en las primeras elecciones municipales. Renuncié al cargo antes de la investidura, al ver los manejos antidemocráticos para hacerse con la alcaldía. (UCD,4; PSOE, 3; los de Nano, 2; nosotros, liberales, 2, aquello se prestaba a todo juego de combinaciones). En las segundas, en la lista de Carmen, entonces PDL, 83-87, obtuvimos mayoría absoluta, entonces limpia, sin la residencia (PDL,5; PSOE, 3, AP,1).
Por entonces yo no sabía que se cobraba por la alcaldía, y por las concejalías. Se trató en el primer pleno. Un 4% del presupuesto eran las retribuciones a la Corporación; dos por ciento para la alcaldesa y el otro dos por ciento a repartir entre los ocho concejales.
A servidor, por entonces convencido, de que la actividad política debería ser una labor altruista, sin remuneración, si acaso los gastos derivados del cargo, viajes, por ej., no le entraba en la cabeza que se pudiera cobrar por ello. Chocaba con mis principios. Renuncié, en principio, al “sueldo”, algo más de cincuenta mil pesetas al año, de aquel entonces.
Mi actuación de última trinchera, cuando Carmen, aniquilados sus adversarios políticos (Luciano López, Pilar Casado, Nicolas Pérez, Felipe Vega) había implantado su bota sucia sobre el pueblo, es de todos conocida. Mi error fue la ingenuidad, el desconocimiento, la generosidad de hacer todo ese trabajo para otros, de aquel domingo de Ramos en “La Jabonera”, cuando creía que todos éramos una piña, decir: “-Pues que encabece Félix, por jubilado, tiene más tiempo que Cesáre,o hasta arriba con los camiones”.
Cuando en 2.007 se subió al carro, que ya se veía ganador, gracias a mi labor, sobre todo la de haber evitado el fraude en el voto por correo (a las monjas se les quitaron las ganas de llevar a 47 ancianos a correos a garabatear la firma o poner el dedo; además mi gestión con el Jefe Provincial de Correos también decidió), se subió, digo, el segundo de a bordo, otro buscador de beneficios personales en la político, “la jodimos tía Dolores”.
Recuerdo que en el moderado júbilo de la noche electoral, ese segundo de la lista del PP (refugio de corruptos), entre guasón, suficiente y como en broma, me dice:
-¡Cómo nos hagas a nosotros tanta oposición como le hiciste a Carmen, estamos apañaos!
-Espero no sea necesario, le respondí entre risas.
Desgraciadamente fue necesario. Muy a mi pesar, hube de remangarme. No soportaban mis ligeras críticas en “villalpandinos” por lo de los caballos del silo (¡por cierto!: según me informan uno de esos caballistas, sigue tomando agua de la red pública, por donde el ALSA, para llenar cubas de miles de litros con fines particulares) ni las de la obra en la Puerta de Villa, y se vinieron a por mí. Y en mi defensa destape todo lo que vengo contando, y lo que falta.
(Perdonen un inciso en cuanto a la “Puerta de Villa”: ni la antifuncional pasarela, ni los remedos de fosos, llenos de maleza, han servido para evitar las humedades. Observen cómo está el cubo de la izquierda según se baja. Un drenaje como el de los campos de fútbol y un empedrado con piedras del raso por encima hubiera sido más barato, eficiente y funcional).
Entre tanto sepan cuál es la actitud actual:
a).- No contestan al escrito en que pido el dictamen del Arquitecto de la Diputación sobre “Los Cercados y Corraletas”.
b).- No contestan a mi petición de acceso al libro de Registros de Entrada
c).- Lo último, muy reciente, de la semana pasada, no contestan a mi petición escrita de poder acceder al expediente de la obra de la nave de mi hijo, mientras que el denunciante de la también presunta denuncia falsa, ha escudriñado todos los expedientes de nuestras obras, todas ellas con proyectos y licencias legales, con lo cual están incurriendo en ilegal indefensión.
Bien: dada mi trayectoria anterior y desde hace unos años en esta bitácora, está clara mi apuesta regeneracionista intentando influir en las conciencias.
No pido que nadie se ponga en fila detrás de mi bandera. Ya sé que en la falta de actitud de compromiso las gentes de este pueblo huyen de “significarse”. Sólo les pido que, en el interior de sus conciencias, conociendo a las personas “por sus hechos”, conociendo todo lo que voy exponiendo y nadie rebate, juzguen sobre la personalidad del luchador y la de sus enemigos. Y, sobre todo, huyan de la hipocresía de dar el “para bien” a “hunos” y otro.
No, por favor, no acudan a la excusa tópica, para tranquilizar sus conciencias, de “el de siempre”. De todos mis referentes históricos, desde el de Nazaret hasta Nelson Mandela, pueden decir lo mismo.
Me siento en el deber, lleno de razón, de seguir con esto hasta el final. Atentos al capítulo (III) de la serie anterior.
NOTAS NECROLÓGICAS: En las últimas dos semanas han fallecido en el pueblo: Micaela Alonso Sinde, de la familia de “Los Guadillos”, tenía 95 años; Dionisia Redondo Mansilla, fue la mujer de Amalio Argüello, madre de Milagros y Amalín, iba a cumplir 101 años; anteayer Angelita Fernández San Pedro, hija única de Paulino Ranillo, que fue hombre muy competente, trabajador y buen amigo. Reciban sus familiares mis condolencias.
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