sábado, 30 de agosto de 2025

OFERTA: LIBROS Y MELONES




    Mañana, s.D.q., saldré a la plaza a vender libros. Ya saben a 15 euros el ejemplar. Con cada libro vendido regalaré un exquisito  melón.

    Este trabajo de investigación histórica, a lo largo de más de veinte años, contra la tergiversación de la historia reciente. plasmada, encima, en dos leyes, les aseguro merece la pena. 

    Los pasados 15 y 16, además de hijos, nietos, tuvimos tres invitados importantes: Pinilla, un ingeniero informático superior, quien está elaborando informes para empresas basados en la inteligencia artificial; un matrimonio Moíses, él Profesor de Música (no vean que sobremesa musical con las guitarras y las voces de éste profe, David y servidor tan preciosa tuvimos) ella, Teresa, Licenciada y Profesora de periodismo.

    La periodista y el informático habían leído la "introducción" y los capítulos más significativos. No dudaron en afirmar que mis argumentos desmontan totalmente la falacia de las leyes "zapatero-sanchiles". No era una afirmación de cumplido, puesto que ellos también aportaban más datos.

    ¡Claro!. como servidor siempre ha ido por libre, es políticamente incorrecto, molesta a diestra y siniestra., de ahí el silencio a mi trabajo, en La Opinión, en la SER, incluso en "La Mar de Campos", donde me prometieron entrevista, que no han realizado. 

    Le he hecho oferta al bibliotecario municipal, para que se la pase a la Concejalía de Cultura, así que salió, hace más de un mes. Comprendo que tan ocupados en las fiestas de "correcuernos", no hayan tenido tiempo de ocuparse de libros.

    Por otra parte, como beneficiario del Estado, de la sociedad del bienestar, siento el impulso de ofrecer "mis talentos" a quien desee beneficiarse de ellos. El haber sido maestro "crea carácter". Mi afán docente, educativo, mi formación intelectual ha, incluso, aumentado con los años, las lecturas, los trabajos...

    Ahora entienden por qué me exponga, hasta puede que a alguna chancita chocarrera, por ese romper el molde del encorsetamiento del "qué dirán", y salir a la plaza con melones para animar a la lectura.

    Nunca se me han "caído los anillos", y menos en pro de la ética y de la cultura.

    

   


miércoles, 27 de agosto de 2025

CUENTO BASADOS EN HECHOS REALES.

 





            POBRE PRISTILO

 

         Desde hace muchos años vengo utilizando mi pluma cual lanza de caballero andante, intentando desfacer entuertos: corrupción, sectarismo,  ignorancia, estupidez, hipocresía…, dentro del pequeño ámbito de la Mar, del blog y de mis libros.

         Aunque los aspazos fueron brutales, viendo como, no obstante, iba alanceando gigantillos, seguía cabalgando. Y liquidé a los del pando.

         Pero ahora, ya antes del agosto, cuando criticaba a Sánchez, sale lo de Montoro…, y en el agosto las llamas y el genocidio de Gaza, que se recrudece, ocupan mi capacidad de protesta. ¿Qué puedo decir que no se repita en todos los medios? Aunque no me debo atribuir aquello de Larra, “en España escribir es llorar”, si que les digo observo alguna mala cara según a quien critique.

         Buena gana de molestar a rojos desteñidos y a azules desvaídos. Buena gana de intentar, con mi concha, vaciar el océano de la maldad humana. Pero, siempre henchida de tinta mi pluma, como teta de recién parida, la ordeño recurriendo a un recurso infalible: el humor. Por eso les cuento caroca acontecida en mi infancia, lo ocurrido al pobre Pristilo.

         Su padre, el tío Morgate había cogido en renta los majuelos de la señá Petra, y arrendado la bodega de “Caitanines”, en las de la Fuente.

Llenaban una cuba de trescientos cántaros y varios carrales. El de doce cántaros era el primero que, incluso antes de que llegara San Andrés, espitaban.

         Pasada la Purísima, cuando reciente la primera matanza y alguna hornada, Pristilo cogía dos chorizos de callos (éstos había que comerlos tiernos), medio pan y, con su amigo “el Rojo”, marchaban a la bodega.

Cogían unos palicos (siempre tenían manojos a mano), preparaban pequeña hoguera en la lagareta y los asaban al encallete.

Por la zarcera y el cañón de la bodega subía el delicioso tufillo del asado. Esa fue la causa de que la pareja de la guardia civil, de ronda por las bodegas, fuese atraída por el olorcillo.

Con su capotón, fusilote y tricornio se asoman a la abierta puerta.

-¿Quién anda ahí? -vocea Pristilo.

-La Guardia Civil.

-Pues bajen ustedes, verán soy hijo del amo, y no estamos robando.

Los miembros de la pareja eran dos guardias jóvenes. Alrededor de la hoguera, los anfitriones, colocaron para asiento los povinos de un carral ya vacío.

Se sentaron los cuatro muchachos. El Rojo de Aurelia,  la “Tachuelera”, fue a su casa, que estaba cerca, a por otros dos chorizos.

A los guardias que, en aquellos años malos, tampoco andaban muy sobrados de alimentos, les sabían a gloria aquellos chorizos picantes, con el pan tierno y la mortera que iban trasegando del carral y reponiendo cada poco.

Pristilo empezó con sus cantiquiñas aflamencadas de falsete, el Rojo con las palmas...; los civiles, que habían dejado los capotones y fusilotes sobre la piedra (el pienso) del lagar, empezaron animados a palmear…, Lucilo sacó, en sucios vasitos de cristal gordo, el ponche… Todos se pusieron muy contentos.

         El mayor de los guardias, quien se contuvo con el ponche y no llegó a mangarla, ordeno la retirada. El más joven tambaleándose empezó a canturrear. ¡Cómo para cargar con el capotón y el fusilote estaba..! El otro guardia se los dio a Pristilo.

         El Rojo y el otro guardia echaron los brazos del mareado por encima de sus hombros. Lucilo los escoltaba, por el camino de la Fuente y la carretera de Madrid, camino del cuartel, portando capote y fusil…

         En el primer traspiés del mareado, se le cayó el tricornio. Pristilo lo recogió del suelo y se lo caló a lo chulo, deladeado. Y así, ya de noche, con el guardia mareado sujetado entre los dichos, y Pristilo con el capotón, tirado por encima, el fusil en bandolera y el tricornio a lo chulo, irrumpieron en el portalón del Cuartel.

         Al verlos, la descarga adrenalítica del bilioso teniente Villa, enrojeció su tez cetrina. De dos manotazos despojó a Pristilo de los atributos beneméritos, que apoyó en el banco, y le propinó dos sonoros  tortazos.

         -Lo han emborrachado de intención y encima se vienen burlando de la impóluta, inmaculada institución.

         -Que no, señor teniente. Si es que éste no tiene costumbre de beber.

         -Pues no se va a acostumbrar.

         Dirigiéndose a los agentes: -Vosotros, quince días seguidos de guardias. Y vosotros, los bodegueros, toda la noche en el Cuarto Churro…

         ¡Pobre Pristilo!: encima de su buena acción…

        

         




viernes, 22 de agosto de 2025

GARBANZOS ECOLÓGICOS, MELONES Y CALABAZAS.


 


    También, además de melones y calabazas de mesa, VENDEMOS GARBANZOS Pedrosillanos.

     Están seleccionados, para llegar y poner a remojo. Son de cultivo ecológico, por eso la cosecha, aunque selecta, ha sido escasa. Los hemos cultivado en una parcela al pago de Canillas. A quien lo dude y/o lo pida, le podemos dar el certificado de ECOLÓGICOS.

     El precio es de a DOS EUROS KILOGRAMO.

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                                      CALABAZA GRIS.

     Esférica, redonda, y achatada. Se caracteriza por su piel de color gris, lisa y con surcos.

    La pulpa es firme, densa y de color amarillento o naranja.

    Tiene un sabor suave y es de carne jugosa.

    Admite todo tipo de técnicas culinarias: ASADO, GUISOS, HERVIDOS O PURES,. FRITOS, etc.

    Vendemos porciones, a UN EURO/Kilo.

    Es riquísima.

GÉNESIS DE LA "CUCA". 2ª Parte.

 

           


       LA GÉNESIS DE LA CUCA. 2ª parte.


             Al escuchar los relinchos gozosos, se asomó el Domínguez menor, con una estaca; pero la cubrición estaba hecha. –“Si ya parecía que daba muestras de andar salida, mañana, que es lunes, la íbamos a llevar a la Parada”.

            Recurrieron, de urgencia, al veterinario. Como por aquel entonces no se había inventado la “píldora del día después”, -“le practicaremos un lavado profiláctico”;  dijo el galeno de lo animal.

            En todas las casas existía un recipiente de porcelana, semicilíndrico, como de dos litros de agua tibia, que se colgaba alto de un gancho en la pared. Del fondo salía una goma, con una canuleta al final, con llave de paso, de aplicación anal. Se utilizaba, sobre todo en los muchachos, para combatir el estreñimiento, o, simplemente, lavar el intestino, vía colon, cuando nos pegábamos atracones a uvas, perucos, titos, muelas y garbanzos, de brúa.

            En este caso, la irrigación vaginal, se la practicaron a la yegüona. Le metieron toda el agua templada del pote de la lumbre.

            -“No obstante la profilaxis académica practicada, de cuya eficiencia no existen estudios científicos, ni pruebas objetivas, es conveniente recurrir a nueva inseminación, mediante remonta natural, antes de las veinticuatro horas”, dijo el erudito licenciado.

            La cuestión era evitar aquel embarazo no deseado.

            Había que ser labrador de, por lo menos, par mulas con tierras propias para poder mantener todo el año a yegüa de vientre. En las casas más grandes, por ej., las de los “Piteras” aquí , Valdés en Quintanilla, Nájera en Villamayor, Oleas en Villádiga.., tenían hasta tres y cuatro yegüas, así que tenían el corral lleno de muletos cerriles; hasta los dos años no se los domaba.

         Las mulas, compañeras en el trabajo y el descanso (la cuadra estaba en el corral de la casa) de las familias labradoras, eran la fuerza de tiro en la arada, la siega, el acarreo, la trilla; llenar el pajar y la panera, echar el estiércol, la vendimia…

El ganado mular (híbrido infértil de caballar y asnal) bueno era el hijo de yegüa y burro; heredaba la fuerza y talla de la madre y la rusticidad del padre. De forma genérica, a todo ese ganado le llamábamos mulas; si bien, en singular la hembra era la mula, y al macho le llamábamos así, simplemente, macho. También distinguíamos si eran yegüatos, la mayoría, o burreños.

        Había yuntas de hasta once dedos de alzada: siete cuartas desde el borde del casco de una pata delantera, eso era la cuerda; a partir de ahí se medían los dedos hasta la cruz.

Once dedos media “el Castillo”, los justos para sujetar el emburriones del carrazo de varas, de los aguardienteros, y nueve la “Pastora”, que iba en los tiros; la mejor pareja para la reata que había en el pueblo, coincidencia popular que alagaba mi vanidad infantil.

       Se la compró mi abuelo a Vicente “Pastor”, muerticos de hambre, en el tardío del año malo, por quinientas pts. Se puso el ganado regalao.

        Escuchamos por la radio nacional en el programa “España agrícola”, a don José, el Secretario del pueblo, y a Juanón, un labrador, la forma de aprovechar las vides para matar el hambre de las caballerías: había que podar, con toda la hoja, así acabada la vendimia, y lo podado cada día, traerlo e irlo echando en el pilo del lagar, por ej., e irlo compactando (el maestro me dijo que compactar era apretar).

       En nuestra casa, mi padre y sus hermanos, aguardienteros, que estaban juntos, tenían setenta cuartas de majuelo. Los tres hermanos a podar, mis primos y yo, apañando las vides y cargando el carro, llenamos un pilo de los del orujo; lo tapamos con tamuja de los pinos, (paja era carísima la poca que había) y barro, y lo dejamos que fermentara. Aquel alimento, don José, el de la radio, dijo que era un ensilado apetitoso y alimenticio. ¿Quién nos iba a decir que muchos años después se ensilarían los forrajes, con máquinas, y envueltas las bolas en plástico?

Cuando me llego a algún cabañal, ese olor rico a fermentado, esa apetitosidad para las ovejas, aunque hayan empacado cardos y espiguera, me recuerda, las brazadas de vides amollecidas y hojas con los que el Castillo y la Pastora se pusieron como nansas. La gente del pueblo se reía cuando nos vieron el acarreo, después nuestro par era la envidia. Nos lo pedían, aquel invierno, para llevar al Barrero las caballerías que se morían de hambre. Al año siguiente, el bueno, ya por marzo se segaban las reñales de centeno; por cañadas y regatos, tan arrojados, engordaban todos los animales que habían subsistido a la hambruna, a mis tíos les ofrecieron veinte mil pesetas por la pareja, una fortuna, que era lo que valían aquellos camionetos (Chovrolet, Ford, Studebaker,..,) de cuarta mano que llegaban a España, o los rusos de cuando la guerra.

     “Los Piteras”, por el dinero de seis muletas, para domar, que vendieron, trajeron un tractor, de veintisiete caballos, un Fordson de petróleo que, además de prender fuego en la trilla, se escacharró al principio de sementera. Tardaron todavía unos años, a finales de los cincuenta, en llegar los primeros monocilíndricos (pom, pom, pom) Lanz, nuevos. Las mulas resistieron a los tractores (Ebros, Barreiros de fabricación nacional, al poco los Jhon Deere, Massey Ferguson…) hasta finales de la década de los sesenta. Servidor, comprado por su tío-padre, estrenó el primer tractor, un Barreiros R335, de 37 CV, en las vendimias, para recoger el orujo, de 1965.

Volvamos a la Cuca y su madre. Creo que, por sensual, se llamaba Gilda.

         Bien de mañana, al día siguiente, vino el “Pedro” mayor con la promíscua, a la Parada de Sementales del Estado. La hembra venía alegre, con un trotecillo muy sospechoso.

Tres Paradas de fecundadores existían en el pueblo Cabeza de Partido Judicial: la dicha del Estado, dependiente del Depósito de Sementales, “Almansa” de León. Llegaban a la villa, hasta Castroverde en el  “Tren Burra”, a cargo de un sargento y dos soldados, desde allí caminando, el día del “Ángel”, primero de marzo; permanecían, en las cuadras anejas a la plaza de toros, junto a las ruinas del castillo de los Condestables, hasta la víspera de la fería, 20 de junio. Había dos particulares: la de Frutos con un caballo y un burro, más la del señor David, el “Burrero”, que era la de los pobres; sólo poseía dos burros, más bien buches, y el caballejo rifón. Prestaba sus servicios a las burricas de jornaleros, el que tenía, y a las de los pastores.

            La misión del caballo rifón, un tordo de nueve dedos por debajo de la cuerda, negras y abundantes crines, geniudo, mal encarado, muy excitado sexualmente, por raras veces complacido, era la de cortejar a las yegüas en la parada del Estado, para comprobar su celo. Como todas las hembras de la naturaleza sólo admiten macho en la ovulación. Dado que eran cubiertas por garañones zamorano-leoneses, burracos que a su indolencia se sumaba su explotación sexual, estragados de yegüas, (a pesar de que a falta de potenciadores hormonales, les procuraban una dieta afrodisiaca, a base de nabos, tercerilla con mostasí y mielgas; también los soldados le aplicaban un potenciador de uso tópico: lubrificación con manteca de marrano y canela) habían de salir a tiro fijo.


            La yegüona de los Pedros, no necesitó del rifón. Le evitaron la repetida represión. A base de mucho ramal y vara de fresno habían de retirarlo de las yegüas dispuestas. Le consolaban con alguna burra a la que preñar para “macho” burreño.

            Sacaron al Villaornate, a quien, aún de refresco, aquellas ancas lujuriosas no le incitaban. Al aproximarlo, la hembra le soltó un par de coces. Le duraba el regusto del congénere, aunque fuera enano, del día anterior. Estaba harta de la flacidez asnal.

            -“Bueno si no queda del burro que nos dé buena mula, la echáremos al caballo. Con suerte una buena potra nos vendría bien”, dijo el amo.

            Le sacaron al “Rubís”, un imponente percherón, caballo de tiro capaz de arrastrar toneladas, a quien de tarde en tarde le ofrecían yegüa. Difícil les resultaba a los soldados sujetarlo, sobre todo cuando vio a aquella hembraza húmeda, espatarracada, mascando espuma y embriagando el aire sus feromonas. Ni los dio tiempo a llevarla para que su pecho topara con la horizontal viga sujetadora.

            El majestuoso salto y la introducción (sin necesidad de que los soldados enchufaran), fueron la unísono; sus “manos” y panza delantera a espernaquete, sus patas avanzaron un paso para conseguir el acople total.

            La yegüona, sintiendo tal virilidad dentro de sus entrañas (lo del poni un aperitivo, las flacideces de los burros, un engaño) emitía entrecortados jadeos, provocadores de bestiales emburriones del Rubís, incapaz de sujetar. Así la fue llevando hasta la dicha viga tope, donde, al cabo de varios salvajes vaivenes, apretando con todos los músculos glúteos, soltó el chorro fecundador. Sus relinchos gozosos representaban toda la grandeza de la naturaleza fecundada.

            Pero de poco sirvió: llegaron primero al óvulo, los gametos del poni. A los nueve meses de la función titiritera, nació una potrilla, aunque mejorada la raza del padre, de quien heredó astucia, sin valer para otra cosa que hacer de burra. Nació la “Cuca”.

 



lunes, 18 de agosto de 2025

Salió bien el encierro, a pesar de los pesares.

 

                                CRÓNICA DE UN ENCIERRO. 18 agosto 2.025.


    



    En la primera foto se ve al fondo como llega la avanzadilla de la manada y el tropel de caballistas.
   
    En la segunda un toro, que después de subir con los demás la Puerta de Villa, volvió a bajar. ¡Menos mal que hay una valla de cerramiento, y muy buena organización municipal!. Anduvo un rato por allí embistiendo al vallado, hasta que, por las Cercas volvieron a traer a los cabestros que consiguieron subirlo.
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    La suelta de cuatro novillos y tres cabestros, se volvió a realizar desde la misma corraleta de pacas en Tablares. Había coches parados para evitar tomaran otra dirección que no fuera la del pueblo.

    Salieron unidos y corriendo. Unos caballistas, los forasteros, intentaron disgregar, para tener ellos su juerga, sin importarles el bonito espectáculo de la subida por el Arco de San Andrés. Otros, creo la mayoría de Villalpando, y de la Organización, se lo impidieron. Hubo bronca, sin llegar a alancearse.

     Consiguieron los colaboradores unir la manada, menos un novillo que quedó por allí rezagado. No tardó la Organización en enmaromarlo y subirlo al camión.

      Además de unirla, pararla. Así, al paso, la condujeron hasta San Francisco. Allí, a la puerta de Raposo, arrearon, cruzaron la carretera, muy poco tiempo cortada, sólo cuando iban a llegar y, una vez cruzada la volvieron a abrir enseguida. 

     Disfrutamos del precioso espectáculo rememorante de la llegada de los Comuneros, gracias a los caballistas colaboradores. Cito al que vi a dos pasos, Rubén Gallego de la Puente. Cuando las reses cruzaron el arco, frenó a su caballo y se volvió para atrás, por fuera de la verja de cierre. Le aprecié el gesto de satisfacción de: ¡lo conseguimos!

    Inexplicablemente tres o cuatro jinetes llegaron a la plaza, donde quedaron con un novillo. Permitan el tópico: "el capotillo de San Roque echó una mano": cayó un caballo y derribo al jinete, en los morros de un novillo. Éste, saltó por encima y no los embistió. La intervención de un vecino de la villa, en el olivo, fue muy importante.

   Actitudes negativas haberlas las hubo. La citada de los potenciales disgregadores. También de algunos vehículos que se saltaron las señales de Circulación Prohibida.

     Salimos unos cuantos coches respetando las señales. Al regreso, desde hacia la nave de los "Chisteras", aproximadamente, al llegar la cruce, la mayoría giramos a la izquierda, sentido Villalpando, Transversal, camino de los Gallegos. Unos cuantos listos se saltaron las señales colgadas en la entrada anterior, continuando por el camino de Valladolid, dos o tres y otros tantos por el Transversal dirección ctª. Quintanilla. 

      No puedo evitar contar la ofensa comparativa: la denuncia de hace dos años a quien no infringió señal ni norma alguna, y la laxitud de este año.

    


viernes, 15 de agosto de 2025

REGALAMOS MELONES, Y SEÑALES

 

      


                                                   Pueden pinchar para verlos más grandes.


      Por cada melón cerrado y bueno que nos compren a 80 cts./kilo, le regalamos uno abierto; que están igual de buenos, solo que es necesario limpiar un poco los bordes. Pueden venir por los Corralones de once a trece horas, aún en estos días de fiesta.

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           COLABORANDO CON EL AYUNTAMIENTO.



                   Esta señal de circulación prohibida está colocada en el camino de Valladolid, pasado el cruce con el Transversal, en dirección a Villalpando.


    


           Esta otra está colocada en el camino Transversal, pasado el cruce con el de Valladolid, en dirección a la carretera de Quintanilla.

    He ido esta mañana al melonar. Ya tuve buen cuidado de fijarme si había señales. Salí por el camino de Cruces, continué por el camino de los Gallegos, hasta el Transversal, al llegar al cruce, seguí por el de Valladolid, hasta los pinos de Quesada, sin infringir señal alguna. Igual al regreso. Las de la foto están en los otros brazos de la "cruz".

   En 2.023, cuando accedí a la Ctª de Quintanilla desde el camino del mercado, NO HABÍA SEÑAL ALGUNA. Le reto al Agente y al Puesto denunciantes, a que me muestren la señal que indicaba el corte de dicha carretera, motivo por el que me denunciaron, cuando tampoco lo indicaba bando alguno. Que muestren las preceptivas señales de entonces, como las de la foto.

      Esto lo voy a aportar como prueba en la denuncia, Art. 404 Código Penal, contra el Jefe Provincial de Tráfico, Sr. Colmenares, y contra el Director General, Sr. Pere Navarro.

     Circulé unos quinientos metros, desde ese cruce dicho, hasta la entrada, por la servidumbre del Barrero, en nuestra parcela, la que tiene pinos y almendros toda la orilla, desde el punto kilométrico 1,800 ap., hasta el 3'200 Ap. Me quedé al principio de dicha parcela.

    Me marcho, con la bici, hasta la Puerta Villa.

     

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ENCIERRO INCOMPLETO. Tres horas después.


    Después  de cansarnos de esperar en la Puerta Villa, con casi dos horas de retraso, llegaron los cabestros y un novillo. Los otros dos quedaron por los rastrojos.
    Todavía me dio tiempo de llegar a ver como, enmaromado, con maestría Javi de la Puente, cargaron en un camión al tercero. No lejos de donde los habían soltado, en una parcela de Josefina Allende Riaño, donde unos dicen "Las Ánimas", otros "las Urnías", "Tablares"...; cerca del caseto de Tomás, "el Tarín".   Si aumentan el tamaño de la foto, verán al novillo.
    ¡Qué dineral en vallas!, (decisión tomada y gasto ya hecho por la anterior Corporación), tercer año y no hemos conseguido ver subir la manada completa.
    Este año el problema con la parcela de girasoles. Desde la plaza de toros salen cabestros y toros más juntos, rápidos, y no pueden los caballistas, para divertirse ellos, disgregar el rebaño.
    Hoy, me supongo que de la corraleta de pacas, inevitablemente saldrían más dispersos. ¡Pues ya está!
    El conseguir meter a cabestros y un novillo, es mérito del grupo de caballistas que los conducían.
    Sugiero que para el lunes deberían instalar el cercado, la corraleta de pacas, en la parcela de "Brillantina", contra la nave de Mariano, y cortar con vehículos el camino de Valladolid, otra fila en la parcela de Tomás Allende Alonso, para que no se llevaran las reses para allá.
   El objetivo, y lo bonito es la subida de la Puerta Villa. Hoy ya había muchos menos caballistas de fuera. Con los pocos de por aquí basta.
    Emular la llegada de don Pedro Girón, al mando del ejército Comunero, 2 de diciembre de 1520: jinetes, picas y lanzas, es lo que posee verdadera belleza histórica y plástica.
    ¡Por favor Corporaciòn!: no renunciéis a conseguirlo.
    


miércoles, 13 de agosto de 2025

TRANQUILOS, QUE AQUÍ SEGUIMOS.

 

              Estos campos me transmiten mucha paz. Ese es mi gran deseo: paz, paz, fruto de la justicia. Que el azar nos sea favorable. A veces, cuando menos lo esperas, a cambio de ayuda, uno recibe daño. 





                               TRANQUILOS, QUE AQUÍ SEGUIMOS.

 

            -¡Que hace mucho tiempo que no escribes!, -me han dicho unos cuantos  buenos amigos.

            Pues es que he estado muy ocupado. Después de dos años, ocho resoluciones sancionadoras y otros tantos recursos, ante la amenaza de embargo no me ha quedado más remedio que chinchar 240 euros en la Agencia Tributaria, por una multa de 200, que si hubiera pagado y callado, hubieran sido 100 euros.

            Como la verdad y la razón son muy tozudas, como creo que no estamos en los tiempos de mi abuela, cuando me decía: -calla hijo, que cuando no hay justicia tener razón es peligroso, pues no me rindo: acabo de presentar recurso ante el Tribunal Administrativo Contencioso Regional de C y L, pidiendo la devolución de lo injustamente obligado a pagar.

            Y, ya de paso, he mandado por correo denuncia a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Zamora, por la presunta comisión de un dolo recogido en el Art. 404 del Código Penal, por parte del Jefe Provincial de Tráfico y del Director General. Todo ello acompañado de abundantísima documentación. Unos cuarenta folios: todas las resoluciones de la Jefatura Provincial y de la Dirección General, insistentemente sancionadoras sin atender a las numerosas pruebas por mi presentadas que prueban la falsedad del hecho denunciado.

            Les copio un pequeño fragmento de mi último recurso:

"Cuarto: El segundo motivo en que se apoya la decisión de archivo de mi Recurso de Reposición, verdadero fondo del asunto: “no se acredita la existencia de error material aritmético o de hecho en el que se fundamente la solicitud” .

            ¿Cómo que no existe error de hecho? ¿Acaso no he probado, con la abundantísima documentación aportada, la falsedad de la infracción? ¿Acaso contra la “presunción de veracidad del agente denunciante, (Art. 14, Real Decreto 320/1994) no he aportado pruebas concluyentes en contrario? Ello está recogido en el Art. 105 de la Ley General Tributaria, 58/2003. CARGA DE LA PRUEBA: “Quien haga valer sus derechos deberá probar los hechos constitutivos de los mismos”. Ese es mi caso. Hacer valer mis derechos ciudadanos, Art. 24 de la C.E., para evitar la indefensión por decisiones administrativas injustas, operando al antiguo modo de “Causa General”-

Pues a ver qué pasa. De momento he quedado muy a gusto.

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Otra ocupación es vender melones. Si bien hoy, con el mercadillo, he tenido mucha competencia.

Viendo ayer la buena venta, retiré la oferta de a SESENTA CÉNTIMOS si vendía más de 10 kilos.

He visto que hoy en el mercadillo estaban 69 cts. O sea, 70. Unos melones enormes. Los nuestros son también de buen tamaño aunque no tan grandes.

Saben ustedes para conseguir esos melonazos ¿la cantidad de productos químicos que llevan encima?

A los nuestros, por fuera de lo acolchado, la broza se la hemos quitado con la azadilla, como toda la vida, Gladis y servidor, doblando el lomo, un ratico cada día.

¡Claro!: eso se puede hacer en como dos cuartas, que es lo que tenemos de melonar, 550 plantas; pero en la Mancha donde cultivan miles de Has…, ya se pueden imaginar cómo les quitan la broza.Y los bioestimulantes para que se hagan tan gordos. Y la hibridez…

Creo bien merece la pena pagarlos 10 CÉNTIMOS más el kilo.

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También me ocupo en obras de caridad, a pesar de que en ocasiones a quienes les dan pan, les muerdan la mano.

Como estamos en fiestas no quiero entristecerlos con ejemplos de la maldad de los seres humanos. Miren qué horrible lo que está ocurriendo en Gaza, por ej. Malos hay por todas las partes. A pesar de lo cual, como también hay bondad, muchas personas buenas entre los naturales del pueblo, como el clan "Citos", por ej., reconforta luchar por la causa del bien.

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Les prometo en breve publicar la segunda parte de la génesis, en Cotanes, de la Cuca.

 

 


lunes, 11 de agosto de 2025

YA TENEMOS MELONES. Y EN OFERTA:

 




     Empezando a sembrar a primeros de abril; replantar de nuevo toda la superficie a finales; acolchado, vasos tapando a las plantitas pequeñas, mucha zoleta quitando broza, por fin los hemos conseguido para San Roque. Nunca antes de finales de mes.

   Están para consumirlos los días de fiesta.  Los vendemos a 80 cts. kilo, si llevan menos de 10 kilos. A SESENTA CÉNTIMOS SI LLEVAN MÁS DE 10 KILOS. Están para durar más de una semana.

   Los tenemos accediendo desde la calle Corralones. Entren y llamen que alguien aparecerá a despachar.

sábado, 2 de agosto de 2025

GÉNESIS DE "LA CUCA". Primera parte.

 

-Ya haces días que no escribes, me dice un bloguero.

 Cierto: Me ha dado pereza. Es más cómodo, sentado en el jardín, leer; regar el huerto, llegarme a Villamayor o Quintanilla en la bici, hacer algún recado; salir a la plaza, o al Arte; ver tan interesantes podcast en YouToube, o alguna película.

De política, después de tanta crítica al Sánchez, incluso en el libro recién publicado, sale lo de Montoro. ¡Quita ya, hombre!

Como estamos en verano, es momento de vacacionar los asuntos importantes, que nos afectan. Por eso, me decido a publicar una biografía, unos hechos divertidos, incluso ligeramente licenciosos.

Puede que este relato posea cierta erótica. Podríamos calificarlo para mayores cuya libido esté en franca disminución. Jóvenes no entran en este blog. Además, anda que no tienen acceso a  videos de coyunda, anda que no están hiper sexualizados. Saben que desapruebo la promiscuidad sin fines procreativos, causa del invierno demográfico que lleva al lento suicidio de las sociedades occidentales.  Pero a los y las mayores, sobre todo si están desparejados, que ya han cumplido con su fidelidad a la pareja, que han procreado,  no les viene del todo mal un poco de literatura erótica. Pues allá vamos:


                             GÉNESIS DE "LA CUCA". Primera parte.




 

            Yegüeja pequeña y reponchuda, se la compró mi tío  a  unos tratantes de Benavente.

 

“¡Señó Davi!: si es mu manso el animalico; se monte usté”. Le cincharon una manta, se montó, y ni un ruido. ¡Claro!: le habían llenado la barriga de amapolas, primas carnales de la otra papaverácea somníferum, la del opio. (Si la tía “Melona” se colocaba con una infusión de capullos y manzanillas. Para disimular cantaba: “Cigüeña berreña, la casa se te quema, los hijos se te van para Villamayor,…”). Lo malo fue al día siguiente, cuando se le pasó el efecto.

 

Indagando supimos que procedía de los Domínguez de Cotanes. Pequeñaja y desmedrada, la querían tener de burra, pero eran tales sus mañas y picardías que no podían con ella.

 

            En la poda y el alumbre de los majuelos, como no hubiera un árbol cercano, cuando el cavador o podador se alejaba hasta el extremo del lineo, ella se las arreglaba para escaparse, llenar la barriga en cualquier sembrao, y volver pa casa. Al llegar a las traseras, llamaba con la pata delantera.

 

            Mira que le ponían siempre cebada con la paja, en la cebadera, de la que se desprendía de dos cabezazos, pues a ella le gustaba mucho más el verde. Con la misma facilidad, a mordiscos, se desentrababa. La única forma segura de sujetarla era atándole la cadena de un tiro, por encima del casco, a un árbol.

 

            Era sorprendente su habilidad para abrir cualquier puerta detrás de la que hubiera comida, sobre todo si eran salvaos o maquila pa los marranos. Yo la vi girar con los dientes el llavón de la panera. Lo de montarla se pareció a un rodeo.

 

            -”Mira aguardientero, le dijo el Domínguez mayor, -si es que nosotros ya no podíamos con ella. Nos había cogido las sobaqueras. Un día, a mi hermano, echó a correr, pegó el salto carnero, salió por las orejas, y se le rompió un brazo. Sólo obedece a la vara, a uno joven y, cuando está muy brava, llevarla al rifón, pero en Cotanes no tenemos Parada”.

 

            Con tales antecedentes, entre mi tío y yo, con la vara de fresno, la fuimos amansando. Y, cuando era buena, le dábamos un puñico de alfalfa.

            Cuando nos la pedían para el “Domingo Tortillero” o para ir a por uvas, siempre les advertíamos: -“Que se note no le tenéis miedo”. Rara vez volvían con ella a casa.

             Vino con nosotros, unos días, un pariente asturiano; muchacho de largas patas que abrazaban la barriga de la yegüeja. Como no conseguía descabalgarlo, se metió en la laguna de Torroyo, que es honda, y se echó, de forma que solo asomaba la cabeza con el pescuezo estirado. ¡Menos mal que el asturiano sabía nadar!

             Todo ese comportamiento, como el de los humanos, tiene su explicación en los genes. Veamos.

             Como casi todos los años, cuando brotaban las cunetas y las eras, iban llegando, desde más abajo, a los pueblos del adobe, los titiriteros. A unos le llamábamos húngaros, a otros zíngaros, para distinguirlos de los buhoneros quincalleros (“Cruzan por Tierra de Campos,/ desde Zamora a Palencia / que dicen Tierra de Campos / lo que son campos de tierra”).

             Por camino, desde Cabreros, se vio llegar el carromato: dos mulas viejas, flacas y llenas de mataduras mal lo arrastraban; en el pescante el patriarca, dentro la numerosa familia de artistas; en la baca, los palos, las sogas y las argollas del trapecio; un ventanuco a cada lado, una chimenea en el techo..; detrás, a pie, la cabra que subía y bajaba por empinados peldaños al reducido templete, y el domesticado poni entero, cuyas cabriolas encantaban a los aldeanos.

             Eran los alcaldes permisivos con estos trapecistas, payasos y músicos ambulantes. Aparcaban al abrigo del juego de pelota; recorrían el pueblo, anunciando, a tamboril y corneta la “gran función”; consentían que su ganado pastase por las eras.

             Tenían los Domínguez, como casi todos los labradores de par de mulas, una de vida regalona yegüona de vientre. Sólo, y si había apuro, la enganchaban en la trilla. Si, descansada, retozaba, allá ella: “Yegüa que por su gusto trota, no aborta”.

             Por abril, de recién parida, la estacaban con mucha soga, en “la reñal” sembrada de centeno, pa que, con el verde, le viniese el celo. Y le vino.

             Al poni de los titiriteros le llegó el fato de las feromonas de la yegüa salida que le alteró la testosterona sin estrenar. Con un trotecillo cochinero se fue acercando. Seductor comenzó el olisqueo, a restregar su lomo por la panza de la yegüona que mascullaba espuma.

 

       Su erección alcanzaba el suelo; la hembra espatarracada. con el rabo levantado, se ofrecía lujuriosa, pero, por más entrenamiento de cabriolas, el caballejo no alcanzaba.

  

     Entre la reñal y la era había un linderón, al que la hembra reculó la ansiosa; el macho aprovechó el desnivel, pegó un brinco y, enchufando, prácticamente cabalgó a la hembra. El tío, sin prisa, como si tuviera práctica, fue generoso. Su miembrecillo exploraba la enorme cavidad, se lo hizo desear, hasta que dio con el punto G.

                En la mutua eyaculación los relinchos gozosos de ambos se oyeron en el contorno. 

                             

 

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sábado, 26 de julio de 2025

PEDIMOS LOS TOROS.

 


        Les informo de los componentes de la mesa, para los mayores que viven fuera. De izquierda a derecha: Mª Eugenia Vidal, nuera de "Senara"; el alcalde, José-Emiliano de la Puente; Ángel Boyano Infestas; Tomás Herrero Aínse y Jesús Palmero, de Prado, el del Master.



       Se llenaron las sillas, gracias a que, pasados los mayores,  dejaron entrar a numeroso grupo de chavales adolescentes. 
     El señor primero de la segunda fila, con una muleta en la mano, es Emiliano de la Puentes, padre del alcalde.



    




    Vean el innovador cartel ganador del concurso, que figura en la portada del programa de fiestas. Su autora Laura Gallego Aller, de padre villalpandino y madre villanovense. La teniente alcalde nos explicó muy bien el contenido.

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    Como todas las actividades programadas vienen en el cuadernillo del programa, ¿para qué les voy a cansar?

   Sí, con todos mis respetos, se me ocurre una sugerencia, que no hice ayer en el acto, para no chupar micrófono que, amablemente, y se lo agradezco, me cedió Ángel Boyano, para preguntar.

    Me respondieron que los encierros mixtos, dos utreros y siete cabestros, dado que no se pueden soltar de la plaza de toros por los girasoles de la Nájera, los llevará el camión hasta una parcela de "Tablares", lindante con los pinos del mimbrero de Jerónimo Villasante, en el camino de Valladolid, un poco más acá de los antiguos pinos de Quesada.

    Al fondo de dicha parcela, contra las "Ánimas", acotarán un pequeño recinto con pacas. Supongo que, por lo menos, una hora antes de soltarlos, para que puedan reposar del viaje. Y si los ponen agua, mejor. Comida tienen en el rastrojo.

    De allí los soltarán cara al pueblo, por el cabecero de  las tierras, del camino de  Valladolid, y el del Valle, por detrás de la nave de Piza: las "Ánimas", cruce del camino Transversal, "Vagacedo a coger el dicho camino de Valladolid, antes de llegar a los "Huerticos". Con un poco de suerte en ese último tramo vendrán por el camino hasta San Francisco, antiguo "Barrio Rojo". en la parcela de Manolín, desde la casa de Raposo, pondrán pacas en forma de embudo. Del otro lado, la parcela de la "Facera", lindante con las primeras tapias, está más alta.

    La sugerencia: pues como hasta el momento, para el encierro mixto del día 15, la Jefatura Provincial de Tráfico, no da permiso para el corte con vallas de la carretera de Quintanilla en San Francisco, pues se están planteando si hacer encierro campero. Eso de soltar dos novillos del camión hasta que los agoten.

    ¡Pues hombre!: sugiero lo hagan igual, el mixto, aunque no haya vallas que corten la carretera. Todo lo demás está igual. Un momento antes de que lleguen, se cruzan dos coches, y ya está. O sin coches. Si la manada enfila San Francisco, cruzará la carretera igual, derecha a la Puerta de Villa.

     Esto es factible. Otra sugerencia: pedir la colaboración a todos los jinetes del pueblo, o alguno de los pueblos colindantes que se quiera sumar. Llevar brazaletes de la Organización, y organizarse para conducir la manada, impidiendo que otros jinetes de fuera intenten, parar, interrumpir o desviar el recorrido.