LA GESTORA DE DERECHAS 2ª parte.
En
la entrada anterior omití la descripción de uno de los gestores, a quien voy a
dedicar un poco más de atención, porque, bastantes años después, fue mi suegro,
PABLO RIAÑO RIAÑO.
Hijo
de labrador de par de mulas, fue el único varón entre seis hermanas. Combatió
en la guerra de África, cuando el desastre de Anual. Se casó, a los 25 años,
con Sara Alonso Núñez, la menor y única mujer de cinco hermanos, de 20 años. Tuvieron, con bastante diferencia
de edad, cuatro hijas y un hijo. Sarita fue de las pequeñas. Vivieron con los
padres de Sara. Tenían un majuelo de cuarenta cuartas en el camino del Valle,
rodeado de almendros; horno, palomar; junto a éstos unos cuantos perales; además
unas pocas tierras. Además aquel hombre, el abuelo, Eulogio Alonso “Cabrito”
porque lo crió una cabra, era muy emprendedor. Compró, junto a los Mantecas, la
iglesia del Templo, que convirtieron en teatro (escenario, butacas de quita y
pon, palcos todo alrededor…) y cinematógrafo. En mis tiempos fue el baile de
los Mantecas, acto seguido la famosa discoteca “El Abeto Rojo”. Ahora salón de
plenos.
Seguimos
con “Cobera”, así todo el pueblo llamaba a Pablo Riaño. Quedó huérfano siendo
joven, por lo que bien pronto empezó a andar detrás del par de mulas, para
sacar la casa adelante, si bien las hermanas, menos dos, jóvenes, se fueron
casando.
Casado,
comenzó a labrar las tierras del suegro, Eulogio, las pocas propias, y otras en
renta de Luis Rodríguez, “Huesines”. Me contaba su sobrino Pablo Barrios Riaño
que su tío Cobera, con buen par, era el labrador que más tajeaba, que no se
venía pa casa sin haber reblado seis cuartas. Así pudo ir comprando alguna
tierrica más. En ese momento de la guerra , él y su familia, (los suegros, dos
niñas y un niño pequeños) si bien autónomo, vivían de su trabajo. Algo ayudaría
el suegro ya viejo, en la trilla, si acaso. En la recolección cogía un
agostero. La típica familia campesina de clase media, convicciones religiosas,
vida austera que votaba a las derechas (religión, patria, familia, orden,
trabajo y propiedad).
En aquellas
elecciones de febrero del “treinta y seis”, aunque, por primera vez, Falange
Española presentaba candidatura, en Villalpando no obtuvieron ni un solo voto.
Ya había falangistas, pero eran menores de 23 años.
Como
conocí a aquellos, que fueron muchachos falangistas, de la primera hora,
coincido con Javier Pérez-Reverte en que entre aquellos primeros “camisas
viejas” y los muchachos comunistas, había poca diferencia, en cuanto a que eran
idealistas y nobles. Otra cosa fue los arribistas, ya cuando la guerra, que se
quedaron en la retaguardia fusilando.
Cobera
se afilió a Falange tras el triunfo del Frente Popular, cuando España se fue
radicalizando. Se le critica por su autoritarismo mientras fue alcalde en la
posguerra, pero en la memoria colectiva, en los coetáneos familiares, hermanas,
hijos… de fusilados, a Cobera la excluyen de complicidad, de tener las manos
manchadas de sangre.
En
sus años de alcalde, sin cobrar un duro, consiguió dos obras importantes: el
encauzamiento del Valderduey, dicho, y la repoblación forestal de pinos en el
Raso, unas 1.400 Has. durante seis o siete inviernos, desde 1948. No ha habido
después obras que hayan mitigado tanta hambre. Fallecida la esposa y, prematuramente la hija que lo cuidaba, el resto de los hijos nos hicimos cargo de él, quien más, Sarita. Falleció en esta casa a los 99 años de edad. Hombre poco hablador, sólo lo hacía si le preguntábamos. Si no había nadie con él, nos voceaba para que le pusiéramos "el parte", en la tele.
En
próximos capítulos le transcribiré lo más sustancial de los plenos. Resumo
ahora:
“24 de diciembre
(Nochebuena) 1936.
-Solicitan
al Gobernador Civil que lo Recaudado en las jornadas del plato único quede en
la villa y envíe alguna ayuda, si fuere posible, para atender a tanta pobreza,
agravada por la mala cosecha por culpa de inundaciones y tormentas, “a tantas familias de obreros en paro o
porque falta el cabeza, al estar detenido”.
Como labor humanitaria importante, a
principio de 1937, reinstaladas Las Hermanas en el edificio de San Nicolás,
donde hoy se yergue la Residencia, fue la creación de un comedor infantil para
niños pobres en dicho Colegio.
Sólo
dos actuaciones explicitas de represalia: los ceses de Emeterio Ainse y de
Dimas Infestas. Referido a la situación de guerra, los homenajes,
celebraciones, recaudaciones, etc. . Su preocupación y actuación social,
también innegables y positivas.
La
institución gestora, como tal, de forma organizada, no tomó parte en la
represión, en las detenciones y fusilamientos. Tenemos información, de primera
mano de que, a título personal, algunos de sus miembros salvaron vidas.
De
la actuación en contrario, también a título personal, o en conciliábulos
domiciliarios para elaborar listas, algunos nombres de estos gestores, y de
otros que no lo eran, han corrido de boca en boca. Como de ello no tenemos
constancia escrita, y ni aunque la tuviéramos, vamos a escribir nombres.
El
líder claro de la misma, Maximiliano Peláez, había sido fundador y Presidente
de la Sección Local del Partido de Acción Popular que, más tarde fue el núcleo
principal de la CEDA.
Del acta de 10 de
junio de 1937, extractamos lo siguiente:
-“Accediendo a lo solicitado por D. Ángel Pulido Mazo, D. Demócrito
García Fernández, D. Marcelino Allende Paniagua y D. Pablo Riaño Riaño, he
acordado cesen en el cargo y se nombre para sustituirlos a D. Pedro Gómez
Burón, D. Pedro de la Nogal Manso, D. Ángel Fernández Granado y D. Jeremías
Cepeda Cepeda”.
El
cese, a petición propia de estos cuatro gestores, es seguro fue debido a
discrepancias con el Presidente, que nombró a otros cuatro más afines, personas
muy honradas y totalmente limpias de participación represiva; sin que quiera
insinuar que los cesados no lo estuvieran.
En
conjunto positiva y honesta fue la actuación gobernante de estos gestores, como veremos en las actas que transcribiremos.
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