LO DE MILEI TAMPOCO.
¡Bueno!: que
escuchando aquel discurso, en un recinto, Vista Alegre, llenó hasta la bandera,
tan visceral, apelando más a las tripas que al intelecto, sentí vergüenza
ajena. Así se puede entusiasmar a los “júligan”, pero no convencer a los
indecisos, a los más civilizados que optamos por las razones.
Se está
produciendo en España una polarización, una crispación, de las que ya ciertos
chispazos saltan en la villa. Ni se me ocurre cuando salgo hacer el más mínimo
comentario.
El principal responsable del encanallamiento
es el Sánchez. Lo de comprar presidencia por amnistía es una acción canalla, lo
de amenazar con marcharse, visitar al rey, otra canallada; pero toda la
corrupción, todas las malas acciones deben combatirse razonando, con
argumentos, sin el trazo grueso del insulto, del tono encendido.
Cierto que
el “muchachito de Valladolid” prendió la hoguera, que los de la “progresía” no
paran de utilizar, como único argumento, “fascistas”, “fachas”, “derechona”,
“ultras”, que el dolido enamorado, a los millones de españoles no
simpatizantes, nos llama “fachosfera”; pero no es ese el camino, “zurdos”
“comunistas” “ladrones”, el de responder a insultos con más insultos, sino como yo hago, demostrar que las políticas
liberales, conservadoras, de iniciativa privada, de libre mercado; que las
derechas democráticas, civilizadas europeas son más eficaces que los regímenes
totalitarios; que fomentar, premiar el esfuerzo es más beneficioso que los
subsidios.
Y esa es la
política que él está aplicando en la Argentina, uno de los países con más
riquezas naturales del planeta y con más población sumida en la pobreza, en el
caos. A ver si le funciona. Pero que lo exponga con razones, con moderación; no
respondiendo a las provocaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario