sábado, 25 de mayo de 2024

LA SIEGA de forrajes.

 

      ¿Ustedes se imaginan segar un campo con grandes rodales de manzanilla? Poco trabajo me costó arrancar unas manadas y traerlas a secar a casa, como ven en la foto. ¡Heno de manzanilla empacado! ¿Puede haber algo más apetitoso y sano para los rumiantes?



       Preciosidad, (cromática) de campo. Sembraron veza. Estuvo bonita hasta que la gamaza (prima carnal, en malo, de la manzanilla) se apoderó de ella. Segada ya, antes de que madure más la gamaza, como la veza está ahí, se puede conseguir un heno decente. Si se hubiera podido segar hace quince días, antes de que floreciera, hubiera sido mejor. Pero como la agricultura es un negocio al aire libre, ya estamos acostumbrados a contratiempos.
 
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     Cuando veo segar forrajes con estos modernos tractores y segadoras, no puedo menos de acordarme cuando segaba cada día, con la guadaña,  una carga de alfalfa, que traía en la yegüica, tiraba en el corral y devoraban un macho y la yeguica.
      Ya más mozo, con veinte años, guadañeé una alfalfa de seis cuartas que tenía mi tío-padre, David, en el Zaguazal, detrás de la borrachera, antes de la concentración. Creo me llevó dos mañanadas de ocho horas. Ya seca, la arrastrillé a mano; rastro y purridera haciendo montones. Otra mañana para cargarla al carro, y del carro al pajar; en el invierno (duraba unos pocos días) le sabía a gloria al ganao. No sé si en total llegaría al peso de un paquetón de los de ahora.
    Existían unas segadoras de forraje tiradas por mulas. No sé si habría una o dos en todo el pueblo.
    Después, cuando sembramos otro cacho más grande, de una Ha. en la carretera de Zamora, lindando al majuelo de los "Curreros", se lo mandó segar a Teofilín; ya tenía el primer tractor y un peine de Urbón. La recogida igual: rastro, purridera.
    Aquellos años sesenta fueron los del gran cambio. Estrené tractorillo en el "sesenta y cinco". Cuando nos dieron las parcelas concentradas, muchas se sembraron de alfalfa. Estrené peine, un Jolpa, en el año 1971. Lo pude comprar con las 22.000 pts. que nos dio Teodoro, el de Beninín, por la bodega; pero no tenía hilerador. Me lo prestaba Luis el "Currero", para seis y media Ha. a cambio de arrastrillarle a él, diez Has. En la directa del Barreiros R335. 
    Este Luis "Currero" trajo la primera empacadora que entró en el pueblo; una Batlle con trillo para la paja. Él nos hizo las primeras pacas; después ya "Modes" Cepeda, durante años, cuando ya teníamos más, nos empacaba, a duro la paca. Valía la alfalfa sobre 2'30 pts./ kilo. Un invierno, las pocas guardadas, las vendí a DURO el kilo. Una barbaridad para aquellos tiempos.
    Por los años "setenta", cuando todavía quedaban muchos más labradores,  todos se fueron haciendo con tractorico, gracias a que se empezó a recoger la leche de vaca, que metieron en las cuadras de las que habían salido las mulas. Todos tenían cachos de alfalfa. Y todos compramos los "peines", segadoras, Jolpa. ¡Las que vendería Chencho!
    Por aquellos años segar era una aventura. En lo fuerte, sin cantos, ¡menos mal!, pero fuera de ahí, sin arrodillar los suelos, porque no había medios, ¡qué penitencia! Se nos rompía una cuchilla, un dedo, o se quitaba, y a la fragua. Si es que no teníamos ni herramientas. Había colas en la fragua de Chencho.
    Cuando me fui desahogando compré una llave estrella de 17 mm., para cambiar dedos; una radial, para afilar cuchillas, un puntero y cortafrios (martillo y llave inglesa ya tenia; era mi única herramienta), para cambiar cuchillas rotas o reponer las que se perdían. Me hice con un taco de hierro. Lo metía de yunque debajo de  la barra; cortados los roblones, cuchilla de repuesto e idem nuevos, remache, y a segar sin cabras. Metro y medio de corte. Nada que ver con lo de ahora.
    Mis amigos los san Damián tienen una segadora acondicionadora frontal y lateral; seis metros de corte. David Áres otras dos segadoronas enormes; la de mi hijo Álvaro es una Leyle más normal, la que ven en la foto, creo llega a los tres metros de corte, a doce por hora, echen cuentas.
    Son segadoras de discos; cada uno lleva dos cuchillas flotantes, fáciles de cambiar cuando se rompen o desgastan. Ahora ya, en todas las parcelas, se pasa el rulo. Queda el piso liso, sin un canto fuera. ¡Que gozada segar así!, unas forrañas que con los peines de antes, en que sólo se movía la barra de cuchillas, imposible.
    Además con estos modernos tractores, cómodos, versátiles, automáticos, maniobreros. La ventaja del GPS antes explicada. Preciosa actividad ver como va cayendo la pared de forraje, además, lleno de flores. Es una actividad lúdica, gozosa.

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