FROMAGO Y
EL CONSORCIO DE PROMOCIÓN DEL OVINO.
Como
lo prometido es deuda, después de meditarlo unos días, con afán constructivo
(dado mi currículum cooperativo) paso a comentar, matizando, el artículo
publicado en La Opinión por el Consejo Rector de dicho consorcio.
A
pesar del cierto optimismo de la nota, reconoce ésta el incierto futuro: “en cuatro años estarán cerradas un 20 % de
las granjas y la producción caerá en un 12%”. “Los ganaderos del Consorcio
asumen el reto de cambiar esa tendencia; no se puede seguir haciendo lo mismo;
asumen el reto de cambiar los estándares para evitar el despoblamiento rural,
la falta de relevo generacional, la sostenibilidad económica futura”. A
buenas horas…
Un
ganadero me dijo: las promesas de siempre; no sabemos qué significa eso de
cambiar los “estándares” ¿No han tenido tiempo de hacerlo cuando éramos el
doble, con el doble de leche, o es el convenio con Ibereólica..?
El
CPO nació con la vocación de potenciar el sector, de conseguir ventajas económicas para sus socios (insumos,
asesoramiento técnico y, sobre todo, precio de la leche y corderos frente a la
industria). En cuanto al asesoramiento técnico e insumos eso mismo han tenido
los no asociados. ¿En cuánto al precio de la leche? De siempre he oído quejarse
a pastores amigos de que estaban cobrando menos que los de fuera.
Con
ochenta millones de litros de leche comercializada al año, el 20% del total
nacional; puede que el 50% en CyL, debió el consorcio influir en un mejor
precio de la leche, muy bajo, hasta éste, en los últimos años, cuando todos los
ganaderos se quejaban con mucha razón: “además
de ser un oficio sacrificado en que se trabaja todos los días del año, encima
no ganamos dinero”.
Prevé
la nota una disminución de granjas en un 20%, repito. ¿Cuántas han cerrado (por
lo dicho en el párrafo anterior) desde que comenzó la andadura del consorcio
hasta la fecha? No necesito ir a internet. Hago un recuento de memoria de todos
los jubilados sin relevo generacional, de todos los que han abandonado en estos
pueblos. Me sale que quedan no sé si una tercera parte de pastores que antaño.
Ocho
explotaciones en Villalpando, alguna al borde del cierre (había que hacerle un homenaje a Teo, el último pastor genuino), cuando hubo por las treinta; en
Villárdiga, Quintanilla del Olmo, Prado (salvo Bárbara que no ordeña)…, ni una.
¿Para qué seguir con el recuento?
“Cambiar
la tendencia…”: nos conformaríamos con que no disminuyera el censo. Vuelvo a
pensar en un plan de incentivación del sector (que ya he explicado) en el que
el consorcio por si solo, poco puede hacer. Habrían de ser las administraciones
quienes se remangaran.
En
cuanto a los números que dan en la nota me informan de cierto maquillaje: en
cuanto al número de socios, parece ser existen distintos listados; en cuanto a
los 100 millones de euros de facturación en 2.022, ¿no será que en ellos incluyen la participación, en un
20 %, del CPO en la cooperativa de vacuno de carne, “Dehesa Grande”, zona de
Vitigudino, ajena al sector lácteo que es de lo que hablamos? Admite al Consejo
Rector en la nota que estamos comentando ser también de vacuno. Cuando hablan
de un importante esfuerzo inversor, SIETE millones en siete años, ¿proceden del
beneficio de la cooperativa o de las enormes subvenciones de la Junta de CyL?
Acusan
los de “Campo de Avutardas” de que, a pesar de trabajar en el consorcio
magníficos veterinarios, una de las mejores de España, no han aprovechado su
potencial para acometer proyectos de I+D para facilitar ordeño, eficiencia
alimentaria, formar peones ganaderos, calidad de la leche, genética, etc., para
con todo ello conseguir una actividad ganadera atractiva y rentable para la
gente joven…, o, cuando menos, ventajas para los socios por encima de los no
asociados.
Interesado
desde muy joven por el mundo rural, (fui con “Balastrera y Luci “el Tobo, a los
22 años, el promotor de la concentración parcelaria en la villa. Conservo la
copia de la solicitud y las firmas) ya allá por los años sesenta, cuando leí “El
cooperativismo agrario de Zúñiga entra en órbita” me interesé por este movimiento.
¡Dios
mío!: si se contaran las horas que eché con el incansable Luis García Cortés
para una cooperativa alfalfera deshidratadora que no prosperó, en lo de
Agrovico, Agrinza… Tengo experiencia, conocimiento en fracasos y éxitos, en lo
viable y lo no.
La
muestra del buen funcionamiento de una cooperativa es que aumenten o disminuyan
sus socios, del porcentaje, dentro de un colectivo, asociado. Por ejemplo: de
los labradores de Villalpando creo sólo hay uno que no pertenezca a Agrinza.
Ahí estamos (mi hijo) el 90% de la comarca. Al CPO de las ocho explotaciones de
ovino supervivientes en la villa, cinco entregan la leche, o a otras
cooperativas, o a la industria directamente.
El
dato de la comercialización de 48 millones de litros en 2.022 es, según otro
dato no desmentido, el 45% de lo recogido cuando más. Cuando se descuenten los NUEVE
millones de litros que ya han dejado de entregar los escindidos de “Campo de
Avutardas”, quedará en un 38% con las mismas instalaciones y el mismo personal.
Creo es para repensarlo.
Perdonen
mi afán arreglador de toda la vida, acertando casi siempre. Vi venir lo de la TEO,
así que se marchó Vidal Boyano con todo el paquete remolachero. “De perdidos,
panaderos”. Con la soga al cuello se metieron en montar deshidratadora de
alfalfa. Más tollo. Mejor haberse metido cuanto antes bajo el paragüas de
Agropal.
¿Cómo acabó
la “Campos-Tera”? En GAZA.
¿Cómo acabó
Agrinza al disolverse la insostenible CORECCAL? En Cobadú. ¿Cómo nos va a todos
en gigantes cooperativos tan eficientes? De maravilla.
Es
fácil suponer la solución para el CPO que humildemente estoy sugiriendo: INTEGRARSE,
reconvertida, cuanto antes en GAZA. Cooperativa consolidada, con valor añadido,
muy introducida en el mercado.
ACLARACIÓN.
Lo que estoy sugiriendo lo hago por mi cuenta y riesgo, aunque sospecho
percibir como el fundador, de GAZA, D Santiago Santos Borbujo, aquel hombre tan íntegro,
jefe de AP en Zamora, desde el cielo me estará sonriendo.
NOTA. Permítanme un ruego y un desahogo, para quedarme tan pancho: sin vanidad, sino en justicia, apreciarán mis lectores el interés, o cuando menos, el entretenimiento de todo cuanto aquí escribo. Miren si este artículo no merecía que lo publicaran los de “La Opinión. No me molesto en mandarlo. Me tienen vetado. Soy incómodo.
Pueden comparar con los del resto de columnistas y escribientes, aunque uno de
ellos, dominguero, sea Catedrático de Sociología en la Universidad de Salamanca.
A ese señor le gané un certamen. Pena no lo pueda testificar el vice-rector, Ángel Infestas: “Le
cayó fatal le dieron el primer premio a un humilde terruñero autodidacta Maestro de Escuela, siempre en el tajo.
Tengo
derecho a contarlo: al poco me convocó a “un taller” sobre el tema del certamen: "Proyectos e ideas para
revitalizar la provincia de Zamora”. Asistí: rodeado de alumnos pelotas, fue
una encerrona para intentar humillarme. Desconocía la casta del lugareño.
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