REPRESALIADOS DE VILLALPANDO EN LA GUERRA CIVIL.
En información aparecida en la Opinión "El Correo de Zamora", (20/08/2008) sobre el homenaje que los familiares les pretenden hacer, aparece la información de que fueron 27, al menos, los fusilados en este término municipal.
¡Pues bien!: ese dato es el que quiero matizar y concretar.
El total de personas de izquierdas fusiladas en Villalpando fue de 28.
De ellas 23, después de ser detenidas y pasar, hasta varios meses en la cárcel de Zamora, unas con juicio y otras sin él, fueron fusiladas en las tapias del Cementerio de la capital. Veintiún hombres y dos mujeres.
Dos más, los hermanos Aurelio y Gabriel Lobato Quevedo, “Mecos”, fueron apresados por gente del pueblo, junto al cementerio, y pistoleados por los mismos, en el término municipal de Villardefrades, a 21 kilómetros de Villalpando.
Igual ocurrió a otro más, Teodoro Boyano Sinde, el mayor de los tres hermanos Garibaldes represaliados. A éste también lo detuvieron gente del pueblo. Estaba haciendo el verano en Roales de Campos. Allá lo fueron a buscar. Lo asesinaron en el término de Villanueva del Campo. Allí están sus restos.
La lista de los asesinados se completa con otros dos que cumplían condena en la cárcel de Burgos: Ángel Fernández y Claudio González, a instancias también de paisanos que se trasladaron a dicha cárcel, fueron fusilados en la misma. Total 28.
Completamos la lista de las víctimas de izquierdas en la guerra con los hermanos Quintín y Timoteo Gil Calvo, “Manojos”.
Al primero le pillo la sublevación trabajando en Asturias. Combatió en el ejercito republicano. Parece que no murió en la guerra, pero no se supo más de él, a pesar de que la esposa lo esperaba en el pueblo.
Timoteo, que era el pequeño, nacido en 1917, estaba en Madrid, huyendo del hambre y la esclavitud del pueblo, cuando estalló la guerra. Murió combatiendo en el ejercito de la república. Aunque en un principio se creyó en el frente de Madrid, según mi última información, oral, cayó en la batalla de Teruel.
Por último, Celestino Fernández Andrés, (hermano de Ranillo) se suicidó en la cárcel, al acabar la guerra. Pasó primero por la cárcel de Zamora. Gracias a un canje quedó libre y, aunque tenía 31 años, se alistó en el ejercito popular. Hecho prisionero de nuevo, al acabar la guerra, se arrojó al vacío desde el alto muro de no se sabe qué cárcel.
A pesar de ser tan cruenta la represión, lo pudo ser aún mayor sin la salvadora intervención de D. Marcelino González Cifuentes, villalpandino procurador de los Tribunales en Zamora, D. José Labrador Luna, también Procurador en Villalpando; el Notario D. Eloy Gómez Silió, los labradores Pablo Riaño, Vicente Allende, Manolo Núñez, y el harinero Peláez que, al menos, a uno salvó. Y vive, 98 años. De él tengo el testimonio.
A quien desea conocer más detalles, le remito al libro "Víctimas de la Guerra Civil en Villalpando". Se encuentra en las librerías de la localidad.
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4 comentarios:
Me había dejado en el tintero al primer muerto de forma violenta, al que hemos de añadir a la lista: Santiago García Fernández.
La noche del 19 al 20 de julio de 1936, un grupo numeroso de obreros, hombres y alguna mujer, salió a la carretera de La Coruña a esperar a una partida de mineros que, desde Benavente, vendrían a tomar el pueblo. En lugar de mineros llegaron todos los guardias civiles de esa villa que huían del tren de mineros que la habían tomado. Los de Villalpando, creyendo que eran los mineros, los recibieron con gritos de jubilo. Fueron respondidos con disparos de fusil. Hirieron a dos: un hombre y un muchacho, Santiago. Mal herido lo trasladaron al Hospital de Zamora. Al poco falleció. Hemos de sumarlo a los represaliados. Con él fueron 29.
Me gustaria Agapito que añadieras a otras familias (como son los Allende Ortega,Allende Paniagua) que hicieron todo lo posible por ayudar de forma anonima a las familias que tal mal lo estaban pasando en ese momento, e incluso a alguno de las familias que mencionas como fusilados, se de muy buena fuente que en más de una ocasión le escondieron en su casa para librare de ser detenidos.
Cuando se cita positivamente a persona se corre el riesgo de excluir a quien también se merezca estar en esta lista.
Lo haces tú por mí y ahí queda. No me extraña que tal hicieran esas familias. Representaban la honradez de los castellanos viejos.
Quiero traerlos a la memoria, por si alguien no sabe quienes eran esas familias.
Los Allende Ortega (no quiero que los familiares se molesten por el apodo), “Los Chicharros”, tenían labranza grande de tierras propias, trabajadas por ellos de jóvenes. Recuerdo a Claudio, borrosamente, murió soltero; ¿Teodosio?. Vivió en San Martín, era el abuelo de Albertito; José, “Júpiter”, el de la Teya; vivían en la plaza, asiduo de la tertulia en la barbería de Capucha; tenían hija única, guapa, casada con Angelito el Sastre; en septiembre limpiaba a bieldo una gran parva de garbanzos; Máximo, “Sanzui”, soltero, era el Jefe de la explotación, tuvo el primer SEAT 1400 C que hubo en el pueblo; dejaba buenas limosnas anónimas en el cepillo del asilo de Benavente; Pablo, esposo de Clara “Contreras”, padre de “Josico” y Josefina; sólo vi una vez a otro hermano llamado Angelito.
Tengo recuerdo o noticia de tres hermanas: una mayor a la que no conocí ni recuerdo su nombre; Nicéfora, esposa de Marcelino Allende, padres de Carmela y Luis Allende, el “Cañero” tío, el genuino, y Angelita: la soltera que vivía con los hermanos también solteros.
La familia Allende Paniagua estaba formado por: el señor Tomás, Calle Miraflores, trasera al reguero; viven tres de sus hijos, Amparo, Paco y Tomasín; el señor Pablo, cuñado de D. Luis Calvo Lozano, abuelo de Pablito Román Allende; Ramón, el padre de “Maravilla”; Marcelino, ya citado, casa frente al “Paseo”; y una hermana que se llamaba Vicenta, esposa de Laurentino de Anta, “El Calduvero”, abuela de Antonio Núñez de Anta y los Suena Anta.
¡Cómo me gusta recordar a las generaciones pasadas de las que guardo tan buena memoria!.
Amigo o amiga comunicante, ¿por qué no relatas con algo más de detalles, omitiendo si quieres nombres de alguno de esos sucesos?. Creo es bueno recordar lo positivo.
Un saludo, amigo/a.
Gracias Agapito, sólo queria que se reconociera que buenas cepas, fuerón los Allende Ortega y Allende Paniagua, aunque algún ftuto se ha malogrado, con las añadas.
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