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jueves, 26 de septiembre de 2024

PUBLICADO EN FACEBOOK. Muro, o como se diga, de Antonio Burgos.

 

        Es a propósito de la foto de tres afganas con el burka y de las religiones, escribo:

        Perdonad que me asome por aquí para compartir mis dudas y pedir ayuda.

              Dudas que comparten y han compartido millones de seres humanos: ¿Hay vida después de la vida?

                Ayer, durante hora y media, escuché con atención la entrevista al Dr. Manuel Sanz Segarra. Ha escrito un libro de éxito, pronuncia montones de conferencias, sale en las redes sociales. Resumiendo: intentando basarse en la ciencia cuántica, en su experiencia con enfermos, asegura que existe la supraconciencia,  (¿El alma?)y que ésta sale del cerebro y vive después de la muerte. O sea: que existe vida consciente en otra dimensión ajena al cuerpo, etc. etc.

                Son tantos sus argumentos que esa idea de vida después de la muerte, de reunirnos en el “más allá” con los seres queridos, me dio tranquilidad.

                Hoy vuelvo a las dudas. Leo que algunos científicos desaprueban esa utilización de la Ciencia Cuántica para demostrar científicamente lo de la supraconciencia.

¿Miente deliberadamente el Dr.. Manuel Sanz? ¿Para qué? No está defendiendo doctrina religiosa alguna. ¿Para vender libros? No lo creo. Tiene 81 años y enorme prestigio médico. Muestra una sabiduría, una lucidez extraordinarias. Muestra, sobre todo, una serenidad envidiable. No teme al “trance”.

 Una parte de mi conciencia, tan honrada, le dice a la otra: “No te engañes”, y me sale todo el raciocinio de lo material. La parte que quiere ser creyente se aferra a ese ansia de inmortalidad que tenemos todos los humanos desde los primeros homínidos inteligentes,  que ha generado todas las religiones.

                Otro argumento es el magnífico ideario de la doctrina Cristiana, del Sermón de la Montaña, tan coincidente con lo que yo llamo la ética, o la moral, universal. Resumiendo el afán de justicia y la caridad.

                Aunque sea más bien frívolo lo tratado en este foro, creo no viene mal tratar, sacar lo que llevamos dentro. ¿Alguien me puede ayudar en mis dudas?

                O me ayudo yo: Wagner, Mozart,…, autores de una música tan excelsa, divina dicen que ellos sólo fueron el instrumento, que las notas se las dictaba Dios; ahora, el dios de la lluvia llora sobre la “inmensa llanura”; comienza el milagro de la germinación de millones de semillas…, ¿y la bóveda celeste en noche estrellada? ¿Quién lo ordenó todo?

                ¡Pues ya está! Tranquilo, sereno y en paz.

Después de comer, s.D.q., escucharé a Serrat: “Llueve, detrás de los cristales llueve y llueve…”; y a Wagner, a Mozar, Beethoven. Bach, Vivaldi, Schuber, Gregoriano, un poquico cada día, para desengrasar de Sabina y Rocío Durcal.


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