UNA VILLALPANDINA EN PARÍS.

Se llama Mercedes Riaño. Acabo de hablar con ella más de media hora por teléfono. Como tantos y tantas emigró hace cincuenta años. Aquí nació, se crió y pasó una tercera parte de su vida hasta ahora. ¡Cómo puede la infancia y la adolescencia marcar tanto, para bien, la vida de las personas...!.

Habla un castellano perfecto, con mucha fluidez verba, sin acento francés, que es su segunda lengua, la que practica a diario, con voz juvenil y frescura de mente. Y recordando a todos sus parientes, los de su marido, a toda la gente del pueblo,..... .

Lo he repetido muchas veces, y no me canso: en aquellos años, conviviamos mucho todas las personas del pueblo, niños, jóvenes, mayores, en la plaza, en la iglesia, el baile, el cine, en el "paseo", en los paseos por la carretera, en bodas, bautizos, funerales. De ahí que todos nos conociéramos tan bien.

Constato con mucha frecuencia, como todos estos emigrantes, llevan el pueblo en su corazón. El pueblo es su infancia, sus raíces, su casica, sus padres.

Mercedes se escribe con mi esposa. Son parientes lejanas. A su nieta le da clases de español, y ella mejora su caligrafía que no pudo aprender en una escuela que dejó a los doce años para ponerse de niñera. La recuerdo en casa de D. Valentín, "El Maestro", Maestra también su esposa. Vivían en la plaza. Poseían uno de los pocos coches que había en el pueblo.

A su padre le llamaban "Nano Potagero". Es la mayor de tres hermanas. Se casó con Pedro San Pedro Fernández, "Pedazo", del que enviudó joven. "Pedazo" Era el hijo menor del carromaterro Bernardo Sampedro. Vivían en la carretera., en la casa que después reformó y vivió mi tio "China", en la esquina frente al silo.

"Pedazo" era un personaje célebre, por su simpatía y sus ocurrencias. Jugaba en el mejor equipo de fútbol de la historia del pueblo: El de Rupi, "Pezón", Vidal, Rafa, Primi, "Pillollos", "Brillantina", Aniano. Le ponían poco dada su fogosidad y que casi siempre acaba riñendo con el arbitro.

Cuando la fiesta más grande que han conocido los siglos de historia del pueblo, "LA CORONACIÓN" de "La Purísima", el 13 de junio de 1954, toda esta cuadrilla de futbolistas y muchos más del Frente de Juventudes, con un brazalete al brazo y la camisa azul, trabajaron en la organización de la efemérides. Distribuidos en las entradas al pueblo, dirigían a autocares, coches, tartanas, serrets, carros, caballerías, bicis, etc., hacia determinados lugares de aparcamiento. La misión más importante consistía en recibir a los coches de las autoridades, indicar el lugar de aparcamiento, (las eras que se habilitaron para ello), y encaminar a estas autoridades hacia "El Paseo de Venus", donde eran recibidas. De allí la comotiva partía hacía la plaza, bajo los arcos y el engalanado recorrido.

La Jerarquía más importante que asintiío, fue el nuncio Monseñor Antoniutti. Aquello entonces fue como si hubiera venido casi Dios. Parece ser que le acompañaba el Obispo de León, y llegaron por la carretera de La Coruña. "Pedazo", en la casilla, en lugar de mandarlos seguir hasta "El Paseo", les dijo: "venga, tirar detras de mí". Entraron por la carretera de Rioseco, la Rampa, la calle La Solana, a la plaza. Allí los monseñores esperando, mientras las autoridades locales y provinciales, esperaban impacientes la llegada de Antoniutti en El Paseo.

Puede que ierre en algún detalle. Se lo he oído contar a Primi. Fue una de las anécdotas de la fiesta. La calle Miraflores, engalanada: "arcos, algombras vegetales, etc.", y el Nuncio con Pedazo por la calle La Solana. Y dicen que lo hizo de intención. Mucho se rió él, toda la panda y los enterados después, a cuenta a cuenta de "Pedazo" de recepcionista del Nuncio.

¡Mi cariño para toda esta familia!.