Ayer fui a la Notaría, y no estaba Luis.
Sentí una sensación de vacio, como si hubiera ido a Misa, y no hubiera Cura, o como cuando fui al Registro, y no estaba su padre. Hay dos chicas, pero aquello no es igual.
Salvo su hermana Consuelo, es el último de una generación de "escribientes".
No sé si el abuelo, Melitón Feliz Well, o el bisabuelo, llegaron a Villalpando, finales del XIX o principios del XX a ejercer, en una sociedad de analfabetos, esa noble profesión.
Escribientes , hoy diríamos oficiales de Registro, o de Notaría, fueron su padre y su tio Genadio.
Todavía, cuando entró en el bar de Ventura me acuerdo de aquel viejo "REGISTRO DE LA PROPIEDAD Y OFICINA RECAUDADORA DE DERECHOS REALES".
Antes, puede que de mi nacimiento, había sido la Farmacia de D. Isidoro. Pasó a ser oficina del Registro creo que con pocas modificaciones.
Del portalillo de entrada la separaba una cristalera, y puerta también de cristales. La pared izquierda estaba totalmente ocupada por estanterías, llenas de legajos. En la derecha, dos ventanas en el mismo hueco que ahora, al fondo, más estantes y una puerta que comunicaba con el despacho del Registrador.. En sendas grandes mesas, llenas de papeles, escribían, y atendían al público Luis y Genadio.
Luis, el mayor de cinco hermanos, aprendió a escribir a máquina, y el oficio en esa Universidad.
Fuimos colegas en el recado y la tecla. Todavía andaría yo por casa de Cossio, cuando él ya andaba por la de D. Luis, el último gran Notario del pueblo. Todos/as los que después han pasado por aquí han sido desconocidos. Daba igual. "Chitín", resolvia todas las dudas y problemas.
En los últimos muchos años él solito ha llevado la Notaría. Pasó de la Olivetti al ordenador, y era una máquina. Le veía escribir con esa rapidez y le decía: ¡macho!: ahora me ganas. Yo seguía con la Remigton. Él me animó a aprender en este invento. Las teclas, aunque mucho más pijas, están igual dispuestas. Sin este cacharro ya no sé vivir.
Sabe de escrituraas, de herencias, testamentos, usufructos, retractos,.... , tanto como cualquier Notario.
Villalpando, y su partido, han perdido un importante activo.
Allí se entraba sin llamar, la sala de espera llena, la puerta de la oficina abierta, él atendiéndolo todo, resolviéndolo todo, siempre con simpatía, con discreción, sin un mal gesto, trabajando de mañana y tarde.
Ahora ya, sólo por las mañanas, de 10 a 1'30. La puerta cerrada.
La Notaría de Villalpando está vacantes desde hace la tira. ¡Pues si son tan escasos los Notarios/as, ¿por qué no "notariar" a "Chitín"?. Después de su carrera de más de cuarenta años. ¿No sería justo que viéramos aparecer una placa, si pudiera ser mejor en un despacho menos cutre, que dijera. DON LUIS FELIZ MARTÍNEZ.- NOTARIO.
Está en plena juventud, y capacidad física e intelectual. ¡Bien!: que se jubile de oficial, pero se reenganche de Notario. ¿A dónde hay que pedirlo?. ¿A la dirección General de Registros y Notarías?. Propongo una recogida de firmas para ello.
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