viernes, 28 de agosto de 2015

LA OTRA HISTORIA DE VILLALPANDO. (II)

   

                        LA OTRA HISTORIA DE VILLALPANDO. (II)

                Hasta los años sesenta de la pasada centuria en España apenas si existía una incipiente industria metalúrgica, basada en la minera, en el País Vasco, y de tejidos en Cataluña. El 70% de la población vivía en los pueblos, de la agricultura, la ganadería, la pesca,  y pequeños oficios.

                Así la población de Madrid y Barcelona por el 1.900, apenas superaba el medio millón de habitantes. Zamora capital tenía 16.287; Toro, 8.379; Benavente, 4.959 habitantes.

                Les cito la de algunos pueblos de la Comarca: Villanueva del Campo, 2.825; Villamayor, 1.992; Castroverde, 1.680; Cerecinos, 1.612; Villafáfila, 1.576; Villalobos, 1,138; Cañizo, 987; Cotanes, 731; San Martín, 655; Villárdiga, 472, habitantes. Hasta el deshabitado desde hace muchos años, Otero de Sariegos, tenía 168 h.

                ¿Y Villalpando?  -3.165-TRES MIL CIENTO SESENTA Y CINCO HABITANTES. El aumento de 433 h. desde 1.830, se debía al crecimiento demográfico, general en  todo el país, a pesar de guerras, pestes, mortandad infantil  y muchos menos años de vida de promedio que en la actualidad; una tasa de natalidad del 30 al 40 por mil, daba para que, a pesar de lo anterior, siguiera creciendo la población.  Repasando los libros del Registro Civil, he visto como a finales del XIX y principios del XX en la villa había sobre unos 120 nacimientos al año.

                Bien: tenemos en bosquejo el cuadro de la situación. Sin apenas industria, ni construcción, ni servicios,  ¿de qué mal vivía la gente? Del sector primario.

                Centrémonos en la villa del pando. La situación social y económica cuando estallaron las revueltas campesinas en 1.903-1.904 era muy parecida a la por nosotros conocida de niños, por eso voy a fiarme de mi memoria.

                Existirían cinco o seis familias de ricos (d. Ángel Mazo, casona esquina de la plaza con calle Liceo, hasta el callejón de la “Fragua”, Cándido Ortega en calle Real y Miraflores; d Castorio Palencia, calle Olivo-Altasangre; d Teodoro Núñez, calle Real, posiblemente el mayor, 20 pares de mulas, según cuentan, y d Ramón Álvarez, “el gallego”, principio calle Real). Los dos mayores terratenientes, el Conde de Superunda, propietario de la totalidad de la fragmentada en la actualidad, dehesa el Encinar, de 900 has., y los dueños de “El Monte de las Pajas”, de 600 hectáreas, no residían en el pueblo.

                Pongamos unas 150 familias de labradores, entre medianos y pequeños; doce de hortelanos; treinta o cuarenta de pastores, otras tantas entre carreteros, herreros, albañiles, guarnicionero, herrador,  hojalatero, esquiladores, peluqueros, sastres, modistas, cereros, abaceros y otros comerciantes..; podría haber veinte de funcionarios. Si ponemos a una media por familia de siete miembros, excluyendo las anteriores, nos restan unas DOSCIENTAS familias de obreros. 1400 personas. De éstas supongamos que niños menores de diez años podrían ser  algo menos de la mitad. Nos queda un censo de obreros y obreras (criados mozos de año, criadas, perillanes, mayorales, jornaleros) de unas OCHOCIENTAS PERSONAS, viviendo, si bien con ciertas diferencias, en casuchas inmundas, mal comiendo y vistiendo.

            Aquella situación llegó a ser tan insostenible que originó la justa queja de los oprimidos, los sucesos que narraremos en siguientes capítulos. A ver, si entre tanto, puedo acceder al archivo municipal.
               


martes, 25 de agosto de 2015

EL MELONERO


     La huerta es una de mis aficiones de toda la vida. Saben que en algunas ciudades existen huertos para jubilados. Es una buena terapia contra el envejecimiento.

   A mí, la actividad física me viene muy bien, aunque me canse y me cueste esfuerzo de voluntad. Dado el gran consumo de fruta que existe en nuestra familia y que disponemos de un cacho de terreno apropiado para melonar, la tentación es inevitable.

   Sin ánimo de autobombo les digo que soy persona tenaz: dos años seguidos sembrando melonar y sin probar una pieza: el frío, los conejos, el pedrisco...

   Ya saben eso de a la "tercera...": preparé el terreno, junto a donde existen dos bocas de riego, clavaba una estaca a cada extremo de los 65 metros de longitud del cacho, tendía una cuerda, iba, con la zoleta, enterrando seis o siete pipas en cada hoyito a un paso largo de distancia, le ponía un vaso de plástico boca abajo; medía tres metros para colocar de nuevo estacas y cuerda... Así once filas, unas seiscientas "casas", durante varios días de San Marcos a San Gregorio.

    Le pusé unos aspersores. Lo regué. Empezaron a asomar agenijos, abrojos, ajujera, verdolaga y demás calaña, antes que los plántulas de sandías y melones. Escarbaba algunas casas. En la mayoría habían desaparecido las pipas. En alguna pillé al infractor: la rosquilla que se las jalaba. A mediados de mayo vuelvo a resembrar con pipa tratada, Parece que el "colorao" le gustaba más. unas pocas casas más conseguí.

    Solución: comprar planta en cepellón. Cuatrocientas un jueves en Benavente, encargadas de antemano, a finales de mayo.

   Nuevo riego. Se pone a calentar aquello empezó a tirar: plantas y broza. Laboreo entre calles con el tractorico de Vidal, pero los sesenta o setenta centímetros entre casa y casa a base de azadilla. Abro surcos junto y a ambos lados de la fila de plantas. Meto el agua por pie. Sigo luchando contra la broza a mano. No he querido utilizar herbicidas, ni insecticidas. Como fungicida contra oídio y mildiu  el clásico de toda la vida: azufre cúprico, dos manos, (dos horas de lloro de ojos) permitido en los tratamientos ecológicos, según he oído.

    Mes de julio el más caluroso de la historia. A aquello se le veía crecer...

    Mi idea de melonar era el de coger para el gasto, suponiendo la cosecha, tal como había planeado, viniera escalonada, para cortar las sandias desde San Roque, hasta octubre los últimos melones.

    Casi a una se ha venido todo. Lo nunca visto: corté la primera sandía la víspera de Santiago. Ya tengo hartos a familiares y amigos.

    Miro los melones. Veo uno "rajao": riquísimo. Llevamos tres días bien surtidos en casas. Nunca habíamos comido alto tan rico: "escritos",  naturales, cuatro dedos de carne, madurados en la tierra.

    La cosecha es excelente. ¿Qué hacer con los melones sobrantes? Venderlos. ¿Dónde?, Para empezar, en el mercadillo de mañana.    

   Lo comento con algún amigo. Se sorprende.

   -¿Vas a salir mañana al mercadillo?-

   -¿Por que no? ¿Se me van a caer los anillos? Ya he pedido permiso en el ayuntamiento. Ello no va a impedir mis constantes intentos de superación en lo cultural, en lo intelectual, en lo moral. Ello no ha de rebajar  mi posible  categoría humana.

   

domingo, 23 de agosto de 2015

LA OTRA HISTORIA DE LA VILLA. (I)




                                                            LA OTRA HISTORIA DE LA VILLA.                      

                No pretendo ni emular ni corregir lo escrito por  don Luis Calvo Lozano en su “Historia de la villa de Villalpando”, ni lo transcrito de él en el libro “Parroquias, Archivos y Cofradías”. La obra de don Luis es admirable. Denota su enorme capacidad intelectual y de trabajo en unos tiempos, hace cien años, en que ni existían medios de comunicación, en que ni siquiera sé si habría forma de desplazarse a León (pasó muchas horas en el archivo de la catedral) en diligencia (no se había construido el ferrocarril Rioseco-Palanquinos). Sé que a Simancas se trasladaba en una caballería. Estaba lejos de inventarse esta maravillosa herramienta de la informática…

                La obra de don Luis, sobre todo su relación de libros y legajos  de las ocho parroquias, es un filón de oro sin explotar para cualquier historiador, para cualquier estudiante universitario que desee investigar a fondo la vida en la villa, en cuántos eran y cómo vivían, la intrahistoria, en lo social, económico, demográfico…, a partir de los datos extraíbles de los “Libros de Tamías”, por ej.
  
          Ahora bien: en la obra del doctor Calvo Lozano existe un encumbramiento de lo religioso, sobre todo en sus aspectos formales, sin profundizar en si esa cierta teocracia se traducía en una sociedad más justa, menos calamitosa.

                Esa exaltación, continuada hasta nuestros días, de las “glorias” locales, ha contribuido a crear  errores, confusiones sobre nuestra historia, que han dado lugar a un “chauvinismo” aldeano. Imposible convencer a los forofos del “villalpandinismo” que ni fuimos “Intercatia”, ni tuvimos no sé cuántos miles de habitantes, ni siquiera un Ponce de León, un Diego de Ordax, un tratado de Villafáfila (¿para qué citar el de Tordesillas?) que llevarnos a la boca. Vamos que no somos el ombligo del mundo, sino una de tantas  pequeñas villas desconocidas en España así que se pasa de Valladolid.

                De los libros sacramentales, de inscripciones de bautismo y defunción; de las relaciones (Libros de Tazmías) de los obligados a pagar el diezmo en cada parroquia, a falta de otros censos, se puede sacar el número de habitantes. ¿De dónde sacar los “cerca de diez mil”, “tantos como León” la capital del reino, en el siglo XII, que alguien se ha atrevido a escribir? Dentro del recinto de la muralla, (la calle Olleros es posterior) sin rascacielos, ¿dónde se iban a meter? No existiendo más que el sector primario, ¿de qué iban a vivir?

                No necesito buscar en internet los Censos del Marques de la Ensenada, de Madoz, de Floridablanca…,  cuando a pesar del aumento de población en el siglo XIX, España al final de esta centuria andaba por los dieciocho millones, para saber exacta la población de Villalpando. Me basta con ir a d Luis. (pag. 313)   copiado de una diccionario geográfico, año 1.830 : Población de Villalpando 2.732 habitantes.   Cifra mayor que hasta entonces había tenido.

                Mi trabajo se va a limitar a los comienzos del siglo XX, cuando por toda la “Tierra de Campos” estalló la primera gran revuelta social jornalera. El conflicto alcanzó tales niveles que el Ministerio de la Gobernación encomendó un informe al Instituto de Reformas Sociales. Éste comisionó al Catedrático de la Universidad de Oviedo, Adolfo Álvarez Buylla, quien recorrió la comarca, y alguna otra provincia como Toledo y Ávila, y redactó una memoria que no tiene desperdicio.

                De esta memoria, recogida en el libro “Miseria y conciencia del campesino castellano”  tomaré y comentario los datos referidos a Villalpando.

                Para completar este trabajo necesito consultar libros de actas del Ayuntamiento local. Aunque hace más de un mes que lo solicité por escrito y he ido “veinte veces” al consistorio, aún no me han sido facilitados.  Espero lo sean antes de terminar este trabajo.
  
                                                                                                                                                                                                                                                                                                       
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                
               
               

               
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             


jueves, 20 de agosto de 2015

POBRE DE MÍ

      que se acaban las fiestas de San Roquín. Pobre de todos, cuando se acabe agosto y  quedemos solos!

      Me asomé sólo dos ratos a la plaza. Me aburre. Lo tengo todo tan visto... Antes, cuando había mozos a esgalla toreando, recortando, corriendo calle arriba, calle abajo, no había "ganao", ahora que éste abunda faltan los mozos.

     Aún así la concurrencia, como todos los años, ha sido abundante y por la calle ha habido buenas carreras.

      Esta fiesta que antiguamente, dos días pelados en plena recolección ("Candidín (alcalde) no quiere vacas / porque se pierden dos días / y los mozos no trabajan / y hay que darles la comida") llamaba, si acaso, a los cuatro mozos de cada aldea, desde los años sesenta, ya con cosechadoras y emigrantes, empezó a tomar auge.

      En la exposición fotográfica del pasado año (un éxito que debió repetirse este) se vieron fotos de la plaza por los años setenta, en lo intermedios taurinos, llena a rebosar en un desfile de la peña pionera, la "Tócame Roque", en la que todo el mundo participaba, reía, bailaba. Se ha perdido del todo esa interrelación festiva.

     En los pueblos de la comarca, unos cuantos en trance de desaparición, ya no celebran sus fiestas de antes, San Babilés, San Antón, San Blas,..  no hay gente en el invierno. Esperan a agosto, cuando los pueblos se animan, para organizar "semanas culturales". En Villalpando tuvimos la suerte de que nuestras fiestas de siempre, eran, son en agosto, cuando están los "forasteros" y somos la cabecera de comarca; muchas casas, de agosto más de la mitad, y muchas tierras que pagan abundante IBI. Tenemos más presupuesto. Han eclipsado los sanroques y las vírgenes de Villamayor, Villafáfila, Castronuevo... Son fiesta de "sota, caballo y rey". No es necesaria la imaginación. El éxito está asegurado de antemano. Y, para la gente joven y no tanto, la mayor diversión no se encuentra en el programa. Con los garitos de las peñas les basta.

     Incidente pocos: las protestas en el sorteo de las últimas entradas para las gradas, pues parece ser había recomendaciones. Por eso Guadillo no quiso sacar abono. Dijo: -Ese tablao es pa viejos. Yo prefiero andar por las garitas y en los "petriles". Me vino contando a la tertulia en la portalada: -Ahora por la tarde han sacao el toro de los recortes, otro cornigacho y dos vacas negras con buenas velas.."; el camión de los huevos que se cargó el cargadero de las puertas de entrada a la plaza desde la Solana; y un montón de gallinaza cerca de los "Huerticos" que se puso a arder a las "cinco (solares) en punto de la tarde. / Eran las cinco en punto. Ya sin Lorcas ni Sánchez Mejías.

     Al tiempo que a todos nos queda el regusto de unos días bonitos (en mi caso conviviendo con risas y recuerdos) reflexiono: ¿Cuándo se acabe agosto, qué? Organizar estas fiestas es fácil, menos triunfalismos filiales de clan. En allegar, gestionar recursos para crear empleo, fijar población, evitar la sangría demográfica, evitar la corrupción, es donde hay que dar la talla. Con o sin  asesor, ¿iríamos a la mili?

domingo, 16 de agosto de 2015

CRÓNICA SAN ROQUIL, HASTA AHORA.



    ¡Cuántas veces pienso si  San Roque volviera a nuestros días, ¿qué pensaría?

     Se pondría muy contento al ver los avances de la medicina, de la higiene, de la alimentación del, en suma, estado de bienestar, en lo que él fue uno de los primeros altruistas en contribuir. Seguro que le entristecería la descristianización, el materialismo, la inmoralidad (aunque también, no me refiero al sexto mandamiento, sino a la degradación ética) el hedonismo, la pérdida de valores en esta sociedad, que pueden, y ya lo están haciendo, pasar factura hasta en ese estado del bienestar.

    En cuanto a este pueblo y sus fiestas...: seguro le gustaría la conferencia sobre las Reducciones del Paragüay, aunque el conferenciante se extendiera en exceso; le gustaría, y mucho, la de Pilar Concejo sobre Santa Teresa en las monjas, sublime lección, le gustaría el retorno a las raíces de los emigrantes, los saludos, los recuerdos, la confraternización...

    ¿Que no le gustaría?   Tanto  incivismo, borracheras, violencias, maldades..., el río de orines  que, desde tras de la pilastra en iglesia de las monjas, discurre por delante de la casa de Pilar García, y llega hasta la mitad de la plaza de Santa María. A mediodía, ya secos, apestaba el olor. Como a estos niños de la Logse y el buen rellito educativo no les ha penetrado la asignatura de "Educación para la Ciudadanía", debería el ayuntamiento contratar agentes vigilantes y multantes para las noches de la fiesta, a una empresa de seguridad.

    Bajemos al detalle de los festejos: exhibición de recortes de cuatro promesas locales el día 8 en la plaza de toros:, Miguel A. "Tiarru", nieto de Rodolfo, Iván Gallego, nieto de Marcial, Jesús Gallego, hijo de Ciriaco, Jorge Alonso, nieto de "Nisio". Según me cuentan estuvieron muy bien los cuatro chicos. La cantera, ahora a cuerpo limpio, sin sangre ni sufrimiento para los animales, sigue dando frutos. A continuación la becerrada de las peñas, desangelada, como la tarde. El público en ambas  escasísimo, apenas los familiares.                                                                                                                                                                                                  
     En el IX concurso de recortes y saltos del día 14, igual: tan buena la actuación de recortadores como escaso el público. ¿Puede que desanimaran los 15 euros de la entrada? Me temo que ya se pasaron los tiempos, tan cercanos, en que se llenaba la plaza de toros,

     También bastante poca participación de espectadores en el desfile de peñas y en el mejorable saluda de la alcaldía.

    Del encierro ya les he hablado. Después por la tarde, "de la solana a la plaza  y ya en la plaza capeas", me cuentan que soltaron un novillo toro muy grande, y cuatro reses más, que hubo algún recorte, muy pocos y vaca arriba, vaca  abajo.

      Esta mañana me acerqué a la vaca del alba. Muy poca gente, un novillito bravo al que salvo un chico, subido en el olivo, nadie más se acercaba.

      Me dicen que la "vaca del aguardiente", a las tres de la mañana, un éxito de gente. Cuando más juventud se ha visto en la plaza. ¡Claro!: es su hora. En la de la "prueba", por los Corralones,  me encuentro con personas que vuelven aburridas y hartas ya de cuernos. Aquí, y en esto, no se aplica el refrán de "lo poco agrada y lo mucho enfada". Mañana lunes después de diez o doce horas de toros, de ni se sabe de peñas y noches en blanco, ¿quién va a ir a la vaca del alba?

    Personalmente este San Roque, entre otras razones por medidas de seguridad,  he decidido montármelo de distinta manera: las relaciones con familiares y amigos: ayer al atardecer noche, a la vuelta de la vigilancia del  huerto, me paré en la portalada de Maxi, en San Francisco, donde montamos la juerga; después compartí noticias familiares, recuerdos, conocimiento de nietas con mi prima Felisa, sus hijas, algún yerno, mientras cenaban en casa de mi tío China.

    Esta mañana, nada más salir a la plaza, sobre las nueve serían, pegué la hebra con Ignacio de la Puente, les acompañé y estuve un poco, no era hora de visitas, con su tía Angelines Boyano, con su mujer. De allí a la carretera de Madrid, a disfrutar del lujo de mi tía Lola. Un buen rato con su hijo  Goyo Modroño, su primo Mariano Lobato. Ya marchaba cuando llegó la delegación catalana: mi primo Gil, Antonia; Dolores, Eduardo, los cónyuges, un nieto. Con estos ya la empalmamos en la más sabrosa de las conversaciones.

       Y así, en esas conversaciones me enteró que un nieto de Pablo Barrios, piloto militar, con muchas horas de vuelo, a pesar de su juventud, es capitán del ejercito del aire y profesor en la escuela de pilotos. Que un hijo de Teodoro, el del Sr. Publio Sánchez, arbitro de los partidos de fútbol en campos sin cal y porterías sin redes, por los años cincuenta es General del arma de aviación en el mismo Ejercito del Aire. Que es bueno se sepa, que de Villalpando no sólo salen toreros.

     Para despejarme me puse a dar una vuelta por el pueblo con la bici. Así supe que en el tanatorio había dos personas fallecidas: un hombre de Castroverde y una mujer de Villamayor. Conversé con algún familiar, viejos conocidos. Compré pan, conversé con más gente, así supe que muy poca gente en la procesión porque la gente se queda en la iglesia cogiendo sitio para la Misa, que no se encontraban cargadores de San Roque y Santiago...; me fui a casa a atender la intendencia personal.

         Ahora una triste noticia: ha fallecido la chica búlgara del accidente de ayer por la tarde, 18 años segados en flor.No fue en el camino de Villalpando a Quintanilla del Monte, como dice La Opinión, sino a Cotanes. En el conocidísimo camino  de Valladolid, un poco para allá de la nave de Vidal. Venían en dirección a Villalpando. Aquello es recto y con piso bien arreglado, en ese tramo por el ayuntamiento. ¿Pudo derrapar por impericia? Es igual: triste noticia.                                                                                                

   

 

sábado, 15 de agosto de 2015

ENCIERRO FRUSTRADO



      Mientras hago tiempo para ir al motorizado encierro de ahora quiero recordar aquel abortado de allá por 1960.

       Por entonces ya, como ahora, soltaban dos o tres vacas de un camioneto que el mocerío, y no tanto, nos encargábamos de llevar, casi siempre vivas, al pueblo, lo que daba lugar a multitud de episodios.

         Extraigo uno de los libros de actas municipales: año 1923: el Ayuntamiento acuerda pagar el alquiler de las vacas con el importe de lo abonado por el tablajero Saturnino Martínez Caramazana, por una vaca que se ha estropeado en los encierros y otra que se encuentra en el término de Revellinos de Campos, habiendo de hacerse cargo el citado tablajero en la recogida de la res en dicho pueblo, ambas por un importe de SETECIENTAS VEINTE CINCO PESETAS.

        Recuerdo de cuando siendo mocico, una vaca cogió el careo de la ganadería, a campo través, y fue a parar al término de Villalba de la Lampreana. Pues hasta allí la siguieron, "Pichi" (Ramón Alonso), Moíses el yeguaricero, Domingo el herrador y Segundo "Relojero"; allá pasaron el día, hasta que por la tarde fueron a buscarla con el camión de mi tío Matías.

      Mil episodios, como cuando la vaca buscaba a Domingo "Pachico" debajo de una morena.

      Pues el año de marras resulta que se corrió la voz, los días antes, de que  los "cuatro" caballistas que venían  forasteros, sobre todo los de Cañizo, querían llevar las vacas a su pueblo. También ya por entonces Eduardo había comprado uno de los primeros tractores que hubo en el pueblo, un "Ebro 55" azul, único vehículo que aparecía en el encierro. Coches había los dos taxis y el de Luis Mazo, que no salían del pueblo.

       "El valiente Velas no podía ver al  Eduardo. Juntó a una panda de los mozos de entonces: "ya he hablao con Vitaliano pa que las suelten despacio de una en una. Yo la llamo con la capa, me tiro a los cuernos y rápido os tiráis todos a sujetarla por los cuernos y el rabo, la enmaromamos y al pueblo con ella".

       La suelta fue en la hondonada que había a la izquierda al principio del Camino de Canillas, ahora rellenada, frente a Ovicampos.

       Pues así fue: vaca abajo, "El Velas", unos cuantos, maroma y a la plaza, primero una y luego la otra. Por supuesto que con revolcones, magulladuras y solastrones para unos cuantos, entre los que me encontraba.

       Deseo con esta breve crónica rendir un homenaje al grande y mítico Ángel Guaza Paramio, desconocido para las nuevas generaciones.

     

miércoles, 12 de agosto de 2015

EL NIÑO DE LA FERIA.


   Los niños del racionamiento, de sabañones y cazadoras de borra, del Catecismo del Padre Astete y el "recordatorio" de D. Benigno, de barros, polvos, velas y carámbanos, teníamos, también, algunas compensaciones a lo largo del año. Era una la llegada de "las barcas", anunciando "la feria".

    Dos días intensos, llena la plaza de olor a churros y a resina de los trillos; de puestos de guindas y cermeños, redes, hoces, tornaderas...; carros recién pintados, retratistas, trileros, charlatanes; tostados labriegos de las aldeas y la villa; mujericas de pañuelo negro y mozas de falda almidonada...; novillada en el viejo palacio de los condestables; buenas "cintas" en el Unión, incluso baile de sociedad en sesión vermut.

     Los "barqueros" de Toro eran los primeros en llegar con sus achiperres en cualquier camioneto alquilado. Algunas veces el de los Modroños. Componían al tribu el viejo patriarca, el abuelo  Carreras; dos mujeres que creo eran hijastras del mismo, una soltera con un hijo, otra casada con marido, chica y chico.

    Además de las barcas poseían caseta de tiro al blanco.

    No recuerdo bien si eran cuatro o seis aquellas barquichuelas pendulares pendientes  mediante unas barras metálicas de una viga elevada sobre tres caballetes hincados en el suelo empedrado de la plaza. El recinto lo cerraba una valla de madera con puertas iguales. La diversión consistía en montarse y columpiarse en las mismas durante cinco minutos, calculo, con la entrada de una peseta por barca para dos pasajeros.

     El encargado de empujarlas era un hombre flaco, menudo, abundante canoso pelo, cara afilada, marido de la casada, alta y delgada. Eran entrañables aquellos toresanos. De toda la vida venían por Villalpando. Iban a por agua al caño, cocinaban detrás de la caseta que les servía de morada.

    Ya no recuerdo si estos mismos, cuando se anticuaron las barcas, se pasaron a "las cadenas" y los caballitos del "tío vivo".

    Desaparecieron trillos, carros, hoces, redes, tornaderas, retratistas, trileros, tostados labriegos. Acabaron por desaparecer las ferias de la madera, después de unos años en que la principal atracción eran los "coches de choque". Hubo una pista que pasaba aquí algunos inviernos. Desaparecieron "los barqueros de Toro", pero quedaron en nuestra memoria infantil.

    Pasan muchos años y empieza a venir por San Roque otra más moderna pista de "coches de choque". Veo instalándola en el "juego pelota" al mismo hombrín al que decíamos: "empuje, empuje". ¡No puede ser! Si aquel hombre  iría con el siglo, el XX, se entiende, y andamos por el 2.000.

       Caemos en la cuenta: este buen hombre es aquel niño un poco mayor que nosotros que lleva, desde que nació hace 77 años  feriando de pueblo en pueblo, aunque éste sea para él el más querido.

        Es un fenómeno. En los últimos años me he puesto a charlar con él. Ni sabía como se llamaba. Eran "los de las barcas". Y es que verlo me retrotrae a aquellas ferias y fiesta de la madera. Es el último vestigio que queda de aquello. Es como volver a las cachabas y al retratista del caballo de cartón.

       Resulta que se llama José Antonio Colás, quien heredó el negocio familiar. Él no vale para vivir de la triste pensión sin hacer nada. Cuando empieza la campaña se da de alta como autónomo, deja de cobrar la pensión, tampoco cotiza más que un seguro, había los trailer y a recorrer los pueblos montando y desmontando. La mujer queda en Toro. Viene a ayudar los días de más jaleo. Tiene con él a dos empleados. Todos viven en la caseta que ahora es de lujo. Se hace la comida, duerme cuatro horas.

      Cuando converso con él siempre termina hablando de lo que lleva dentro. No es ni la pista, ni el dinero, ni el Real Madrid. Es su afición a los toros. Él es torero. Me muestra la cicatriz en la mano del estoque al entrar a matar a un utrero. Se planta y torea de salón. Es amigo de Andrés Vázquez. Dice que va a torear, como subalterno en la plaza de su pueblo, que paga él un becerro para que le dejen pegar unos pases.

      Admirable este muchacho de 77 años, activo, en plena forma, este calco del barquero de nuestra infancia. Aunque no llegues a leerla, va por ti esta crónica, en la que cuelgo tu nombre torero: "EL NIÑO DE LA FERIA".

 

 

 

domingo, 2 de agosto de 2015

DOS CAMPEONES VILLALPANDINOS.



    ¡Pues qué quieren que les diga!: que me ha dado mucha alegría ver cruzar la meta primero a Jorge Manrique, a la hora, en bici, primero a Álvaro, y de nuevo, ya como ganador a Jorge.

    Hoy se ha celebrado el primer duatlón popular "villa de Villalpando". La participación ha sido muy numerosa. Calculo saldrían más de cien corredores, alguna chica.

    La carrera partía de la plaza de toros. Los corredores pedestres recorrían cinco kilómetros por los caminos del Ardero. A medida que iban llegando salían los compañeros ciclistas, tomando el relevo.

   De los de a pie el primero que cruzó la meta fue Manrique. Por tanto el primero que salió en bicicleta fue su compañero Álvaro. Los ciclistas habrían de recorrer 30 km. por caminos, dos vueltas a un circuito de 15.

    Cogí la bici y salí a su encuentro. Llegué hasta cerca del Ahogaborricos, hasta que vi aparecer en lontananza al primer ciclista. Me paré a ver quien era. Llegó enseguida: -"Papá, voy el primero".  Veo que viene otro detrás, a bastante distancia. -¡Dosifica que le sacas mucho!

    Me voy la vuelta tras su estela. Enseguida lo pierdo de vista. Empiezan a pasarme ciclistas. Llegó a la meta. Me dan distintas versiones: -¡Alvaro ha pasado primero! Le sacará como un minuto al segundo. Calculo que algo le ha recortado de cuando se cruzó conmigo unos cuatro kilómetros más atrás. A esperar a ver quien aparece primero. -"No te preocupes, que iba como una máquina".

     Seguían apareciendo ciclistas de la primera vuelta. Por fin: -¡Ahí viene Álvaro!, seguido de cerca por otro que no sabíamos si sería uno doblado. Pero no, era otro que llegaba a meta, como él. De la primera a la segunda vuelta le había recortado bastante la distancia.

     Salté a darle un abrazo: -"Por lo de  Fortu me alcanzó, pero le aguante y me puse a rueda. Ahí al dar la vuelta demarré y lo dejé atrás. Es un tío muy bueno del país vasco.

     Salíó inmediatamente el compañero pedestre a recorrer los últimos dos kilómetros. Aumentó la diferencia con el segundo. Los dos padres nos abrazamos. Los de Epi son todos campeones.

     Perdonen esta peculiar crónica deportiva. No esperé a ver escrita la clasificación. La publicará la prensa, espero. Así, a ojo, por parejas y desconocidos la mayoría es imposible dar más datos. Sí que corrieron más de Villalpando: Manriques, chicos y chicas; Senara, Luis Vaquero, Zulima.., y Ferchi Granado-Giralde en muy buen lugar.

sábado, 1 de agosto de 2015

ABUNDIO Y LOLA




      Me lo acaba de decir Sarita: -Que hoy Abundio y Lola celebran sus Bodas de Oro. Que lo sepas por si quieres asistir.

   -¡Cómo no "florita". Muchas gracias por darme la noticia. Hoy no voy al melonar, que se esperen los abrojos, me quedan pocos. ¡Cómo no acompañar a nuestros amigos del alma, de toda la vida...!


    Y de golpe me invaden los recuerdos: Acción Católica, primavera del año 1957. Crucina Allende, y don Modesto habían organizado, muy en secreto para el domingo, con las chicas una excursión en autocar a la Santa Espina. Alguna hermana se debió chivar, y entonces, a los mayores: Luciano, Riaño, Pacucho, Abundio… se les ocurre la idea de ir también nosotros, “los jóvenes”, en bicicleta. Esta decisión la tomaron cuando se enteraron, el sábado anterior.

            A Abundio, su padre, por eso de ser el mayor, (de lo que se aprovechaba Mariano) le había encargado de cerrar la sangría en el malecón del río, lindando con la finca de “La Culebra”, que entonces ellos traían en renta. Recurre entonces a los más amigos, Evencio y servidor. Nos facilita picos y palas, y, en hermosa noche del mes de mayo tapamos el corte en el malecón y nos fuimos a la cama.

            Preciosa la mañana primaveral. Carretera de Madrid los cinco citados, el menda, y Eloy “Barril”, Antonio “el sastre”, Jesús Boyano y no sé si alguno más que no recuerdo.

 En flor los algarrobales en Villanueva de los Caballeros. Ahí tenía Abundio un amigo, compañero de trabajo en el “Monte de las Pajas”. Nos lleva a la bodega. Nos saca chorizo, pan y un clarete fresquísimo. Yo tenía sed y era un pipiolillo, el benjamín del grupo. Dicen que me emborraché. Lo cierto es que subiendo la cuesta de Villagarcía empecé a sentirme mal. Llegué a la Espina malísimo con el estómago muy revuelto. En esas circunstancias se lo dijeron a don Modesto y, previa reprimenda, me recogieron en el autocar. Desarmaron la bici y me la trajeron los que tenían transportín: uno el cuadro y otros dos las ruedas.

Me atendió mi prima Nana. Pasada la vomitona me dieron agua y algo de comida, y me sacaron un cantar. Aquello de :Agapito se puso malito / de cuentitis casi se murió / pero al verse montado en el coche / enseguida se resucitó. Otra adolescente, de preciosas coletas rubias, hermana de Riaño, me dio agua y un poco de fruta.

No sé si por aquel entonces no andaría ya Abundio detrás de Lola y esa fuera la oleta de preparar la excursión. Lo dudo pues, como buen Ansé, era conquistador y por aquellas fechas tuvo varias novias; episodios glosados por “Luci el Tobo” en un refrán por San Antón.

Y estoy llorando (saben cómo me parezco al predicador de Semana Santa). Es la emoción de toda una vida de recuerdos: aquella compartida religiosidad, aquella sincera espiritualidad de los años de Acción Católica, de los “Cursillos de Cristiandad”; de su marcha a la Granja Florencia,  del viaje en las respectivas "Vespas", compradas con el primer dinero de cuando ambos ya dábamos clase, a Villar de Fallaves con nuestras novias, Lola y Sarita, a ver la iglesia y  a su amigo Joselito, con el consiguiente escándalo en el pueblo y bronca del consiliario.

Se casan un día de abril del “sesenta y cinco”,  y les cantamos el himno de A.C. Vuelven de Granja Florencia, abren el taller, “Hnos Gallego”, Abundio y Marcial.  Paulita y Lola comparten la casa que fuera de la “señá” Aurelia, “La Tachuelera”, hasta que la llenan de niños.

¡Cuántas alegrías, cuando ya un poco libres de  biberones y pañales nos juntábamos la panda, en cualquier casa, en la peña “La Queda”, en la bodega de los Mirandas…, cuánto nos tenemos reído!

 ¡Cuántas penas compartidas!: el susto del accidente en la curva de Benegiles, y, buena gana de seguir.

En Abundio y en Lola se está cumpliendo con creces la bendición bíblica: -Que el señor os bendiga e ilumine vuestros rostros, que conozcáis a los hijos de vuestros hijos hasta la tercera generación. 

Y ¡qué generación!: María, Carlota, Rodrigo, Adrían, Álvaro (uno va para Messi), Daniel, Sara Victoria, y lo que está camino. Nos ganan, de momento, por siete a seis. ¡Claro!: así cualquiera, viniendo tres de un porrazo.

Amigos de corazón. Ya me voy a cambiar para estar con vosotros,  como tantas veces, con Loli, Inmaculada, Rocío, Zosi, en la iglesia de las Monjas. Sabéis que Sara y yo os queremos, que nuestro mutuo afecto es como un roble viejo, bien enraizado, al que no derriban los vendavales. Que ni siquiera tengo celos de que Abundio sea mucho mejor hortelano que yo, que ni se le ponen talludas las lechugas porque nuestra amistad es siempre tierna.

“Juventudes católicas de España,
galardón del ibérico solar,
que lleváis en el fondo del alma
el calor del más cierto ideal”...

¿Os suena?
¡Qué lejos… y qué cerca!